Si hay que elegir un solo concepto para englobar las horas previas al evento inaugural del Fashion Week sin lugar a dudas es el caos.
Maquilladores, estilistas, fotógrafos, managers, diseñadores, periodistas y modelos de lado a lado, atendiendo a muchas preocupaciones por minuto, desde lo general hasta el más mínimo detalle. Todos están en la misma sintonía, siendo parte de una burbuja de ansiedad y glamour que no deja lugar a las imperfecciones bajo ningún motivo. No, porque la cuenta regresiva ya llegó a cero y falta menos de una hora para que el evento fashionista más esperado del año alce sus banderas en la ciudad de Londres, todo tiene que estar en absoluto orden para cuando el presentador comience a hablar por ese micrófono.
Y allí; en medio de los ruidos de tacones, los secadores, los gritos por sobre el alboroto y la música ambiental, está Harry Styles mirándose al espejo con la única pausa de sus pestañeos. Ya está listo por fuera; vestido y maquillado, solo falta que su interior lo esté. Y esto es una tarea muy difícil, por no decir imposible, pues el rizado jamás supo qué eran los nervios realmente hasta ese día.
—Allí estás, ¿cómo te encuentras?—Louis llega de pronto, sin lograr que el otro se inmute o mucho menos muestre intenciones en responderle.
El ojiazul no necesita mirarlo más de dos segundos para comprender que su compañero está teniendo una terrible lucha interna en esos momentos, en la cual su inseguridad amenaza con apoderarse de toda su confianza y conciencia de talento. Y sabe lo irritable que es Harry en situaciones estresantes, sabe que si él está allí a portas del show es porque no quiere ser molestado por nadie... pero Louis también sabe que el ojiverde se está ahogando en malos pensamientos que pueden afectar su rendimiento y eventualmente arruinarle su tan añorada noche. No, no está dispuesto a permitir que eso ocurra en su presencia.
Con esto presente, rápidamente se dirige al costado de la silla de Harry, se pone en cuclillas y con fuerza lo voltea junto al objeto, de forma que queda el cuerpo del más alto mirando hacia su dirección. Tiene claro que el rizado va a reclamar por haber sido sacado de su momento de relajo, paz o lo que sea que intentaba hacer, así que se apresura a interrumpirlo.
—No, si me pides que te deje solo te digo de antemano que no pienso hacerlo Styles, porque te aseguro que es mucho mejor escuchar a mi voz chillona que a las voces pesimistas de tu cabeza en estos momentos.
No hay respuesta ante eso, solo los ojos gachos de Harry, así que Louis entiende que acaba de lograr una buena entrada en su discurso motivacional. Ahora que tiene su atención, debe aprovecharla al máximo.
—Si quieres no me digas nada, está bien. Solo quiero que sepas que vine a esta estupidez por ti y eso viene con todo incluido... así que si me disculpas, me vengo a sentar acá a hacerte compañía y distraerte un poco antes del show.—Informa comenzando a sentarse en la silla del tocador contiguo al de Harry.
—Louis... ahora n-
—No, mierda, te dije que no me voy a ir así que cierra la boca.—Espeta un tanto duro, a lo que el rizado rueda los ojos y voltea su cabeza hacia el otro lado.
Y así se mantiene por varios segundos, con la mirada perdida en un punto ajeno al ojiazul, mordiendo su labio mientras juega con sus manos con ansiedad. Es inevitable, su cuerpo está hablando por sí solo; por más que quiera mantenerse sereno, la magnitud de lo que está por suceder en aquella pasarela es tal que ni su razonamiento más lógico puede alejarlo de la inseguridad a equivocarse, caerse, entrar en pánico, entre un montón de otras posibilidades desfavorables.
Por su lado, al analizar el lenguaje corporal esquivo del ojiverde que da cuenta de su difícil situación interna, Louis suelta un suspiro y decide que quizás ese día su táctica de actuar de consejero duro no será útil. Por lo tanto, con el fin de demostrar una actitud diferente, el castaño acerca su silla más hacia adelante, de manera que sus rodillas chocan con las de Harry y el ambiente entre ambos se hace mucho más personal e íntimo de un segundo a otro.
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GUCCI & ADIDAS | Larry Stylinson
FanfictionCon el fin de incrementar las ganancias y la publicidad de sus respectivas líneas, Gucci y Adidas se combinan en un solo proyecto: "Catalyst", una campaña colaborativa que se encarga de juntar a los dos mejores rostros de las prestigiosas marcas de...