Capítulo 51

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— No sé de qué hablas, Remus —Mentira, pero necesitaba que Hermione y Rómulo pudieran excusar su aparente saber por lo que inclinó la cabeza levemente para con sus compañeros, una señal para Remus de que no olvidará que ese par "No sabía y debes entrar en pánico porque ya nos tiraste a la borda" y una para sus amigos para que ellos mismos se expusieran "por favor lavenme las manos porque no es mi culpa que ustedes vinieran conmigo y sepan de su condición".

— Viendo que Harry quiere desviar el tema de la manera más ridícula posible —Le cortó Hermione mirándole como si estuviese riñéndole por intentarlo y tal vez si lo hiciera porque él no quería ser el que parecía que abrió la boca— Rómulo y yo nos enteramos de tu... pequeño problema peludo —Explicó y al notar que Remus palidecía, aparentemente por haber recordado (recién) que dos de ellos no sabían, y que ahora le confirmasen que sí (en realidad Harry no podía culparlo eran un grupo grande, debió esperar esto) — Admito que tenía mis sospechas desde antes, que siempre tuvieras problemas aproximadamente cada mes, y que nunca te presentaras a las clases de astronomía que caía en luna llena fue algo muy sospechoso, las clases de DCAO también ayudaron, pero cuando vi a Harry, digamos que llegué a esa conclusión —Explicó con cierta incomodidad, fingida, Harry lo sabía.

— Harry me pidió ayuda para investigar bueno "eso", al principio lo ignore, cuando Hermione me trajo a Harry y me hizo la misma pregunta termine pensando en todo y bueno, lo descubrimos —Explicó Rómulo con una mirada apenada.

— ¿Te descubrieron? —Cuestionó Remus casi sin poder creérselo, estaba hablando del mismo chico que podía meterse en la sala común de otras casas sin advertir a nadie, la idea de que lo hubieran pillado, más cuando se convertía en un pequeño gatito, en teoría nadie debería poder haberlo descubierto.

— Necesitaba practicar —Fue su respuesta, casi sonando como un niño regañado— Cuando lo hice la primera vez me costó mantenerme centrado y bueno, actuaba de forma poco común —Admitió de mala gana, no le hacía mucha gracia reconocer que con suerte no se había comportado como un gatito, porque hasta él admitiría que por muy cría de pantera que fuera actuaba y parecía un gato negro común por el momento— Hermione me atrapó haciéndolo cerca del aula de transformaciones, les dije que fue por probarme a mí mismo, pero creo que no los convencí —Gruñó.

— Bien, pues ya son 6 que lo saben —Musitó entre estresado y fastidiado, no podía culpar a Harry por ser atrapado en plena transformación, no cuando tenía problemas para mantenerse centrado, pero ya eran 6 personas más de las que debían saberlo, y aunque Rómulo y Hermione parecían no tener problemas con su pequeño problema peludo, era preocupante la cantidad de personas que lo habían descubierto.

— En realidad es un milagro que solo lo sepamos 6 —Murmuró Lily con algo de pena— Las pistas en astronomía son muy claras, y los últimos dos profesores en serio que mencionan a los hombres lobo en la primera clase —Se explicó sin ánimos de sonar grosera.

— Si, si, muy bien, pero pueden explicarnos en qué pillaron a Harry —Pidió Sirius, bien, no había querido que Harry se metiera en eso por no meterlo en peligro, especialmente cuando James le hizo mención de lo peligroso que era, y ahora parecía estar en algo aún más peligroso.

— Creo que es más fácil hacerlo que decirlo —Murmuró el chico antes de girarse para ver que nadie pudiera verle, y un instante después del chico no había ni pista, pero lo que sí había era un gato negro, particularmente pequeño, una cría tal vez, que tenía una mirada de orgullo y diversión, pero antes de que pudiera volver a transformarse fue atrapado entre los brazos de Sirius.

— Siempre supe que eras un gatito —Bromeó el chico sosteniendo a su amigo, comenzando a acariciarle en la parte trasera de la cabeza y casi al instante comenzó a ronronear para sorpresa de James y Lily, ternura de Sirius, y diversión de parte de Rómulo y Hermione, viendo a su amigo retorcerse plácidamente ante las caricias del chico— Espera —Se detuvo cuando entendió lo que el chico frente a él, o el gatito frente a él, había hecho— ¿Te convertiste en un animago ilegal? —Inquirió viendo con seriedad al minino.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora