Capítulo 43

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Harry admitiría que pese a que Bellatrix era su aliada (todavía no estaban tan lejos o tan loco para afirmar que la Black era su amiga), algo que jamás había pensado durante su primera vida (nuevamente no estaba loco, esa Bella estaba lejos de ser la mujer que ahora conocía), seguía preocupado por ella, era la máxima expresión de la locura de la familia Black (nuevamente, la conoció en su punto más alto de locura), era tan, o más, impredecible que su familia pero tenía la mente maliciosa que Salazar deseaba en su casa, sumándole eso es que no conocía los límites cuando era por lo que pensaba (otra vez, él lo sabía), además de todo eso es que cuando tomaba una decisión nadie podría quitársela de la cabeza, eso era lo que hacía peligrosa a Bella y en lo que pensaba mientras la veía acercarse con una mirada llena de decisión y un porte lleno de fuerza, lo supo con una fuerza extrema, algo iba a ocurrir, sí era bueno o malo tenía que verlo.

— Hola Bella, ¿Qué te trae por aquí a estas horas? Según recuerdo sueles tomar el té en tu sala común a esta hora —Recordó con una sonrisa amable, algunos encontrarían preocupante que supiese a qué hora alguien hacía algo cuando ni siquiera estaban en la misma casa, pero Harry mantenía una vigilancia estrecha de todos sus aliados, solo por sí necesitaba mover alguna pieza del tablero.

Tener a lo cuadros de la sala común de Slytherin a su favor era solo su beneficio, le ayudaba también a mantener aterrados a todos sobre su omnipresencia que sólo estaba alentando hacia las serpientes para que no vuelvan a sacarle algo como la otra vez. 

— Vengo a darte las buenas nuevas —Empezó y en ese instante estuvo seguro de que lo que iba a ocurrir sería importante, Bella no le avisaría pequeñeces, no con el entusiasmo que mostraba— Voy a casarme con Rodolphus Lestrange —Declaró con una sonrisa radiante.

La mente de Harry sufrió un pequeño shock y luego se puso a pensar en todo lo que sabía de los Lestrange, fieles seguidores de Voldemort desde la primera guerra y en su época, no conocía los crímenes del padre, pero bien que conocía los crímenes de los hijos, Rodolphus y Rabastan Lestrange conocidos y leales mortífagos que incluso fueron a Azkaban, según los rumores gritaron sus crímenes con orgullo, el mayor asalto que Harry conocía profundamente y vio sus consecuencias fue la tortura constante a Alice y Frank Longbottom, los padres de Neville, con la maldición cruciatus de forma reiterada hasta la locura irreparable. 

Bueno, tampoco podía cargarles muertos que aún no morían, al menos no a esos dos Lestrange, que, al igual que Bella, todavía tenían su pizarra limpia de todo daño, ahora que lo pensaba, no sabía nada de la vida joven de los Lestrange, su padre era un mortígafo y purista, básico en esa clase y también básicos sus crímenes tenía como mínimo una muerte en su haber y solo estaba siendo amable en el conteo por el favor de no lastimar su cerebro con cuentas; pero los jóvenes, con los que había asistido a clases, no sabía nada, eso solo aumentaba sus preocupaciones porque no tenía idea de cómo eran y qué pasos daría ya sea para tenerlos con correa corta o alejarlos de Tom, pero tuvo que comerse la preocupación y dar su mejor sonrisa para parecer amable.

— ¿Ya entraron en negociaciones? —Rogaba porque aún no llegaran al final del trato, por mucho que los Black parecían tener un interés en él tendría que haber investigado a todos los que sabía que serían mortifagos para tenerlos vigilados con ojo crítico, la sonrisa que le dio Bella le advirtió de que había algo que aún no le había contado.

— Ni él, ni nuestras familias lo saben, aún —Declaró con su sonrisa ganando tintes nerviosos, la parte emocional de Harry le pedía a gritos que le cuestionará sí estaba loca, la parte racional de su cerebro le recordó que era Bellatrix Black y seguramente sí estaba loca así que se obligó a murmurar otra cuestión.

— ¿Qué estás tramando, Bella? ¿Por qué te llamó la atención Rodolphus? —Advirtió con cierta nota de advertencia, sí fuese un simple enamoramiento por cualquier otro alumno solo sentiría algo de pena y preocupación por quien había llamado la atención de la loca, pero siendo Rodolphus solo significaba que una parte de la historia ya estaba comenzando a tomar su curso, él fue su esposo en su tiempo.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora