El ambiente festivo podía sentirse por todo Hogwarts, acrecentándose cada día, cada hora, más, el motivo era sencillo, Halloween se acercaba, y sin contar con la cena de Samhain que aparentemente el profesor Slughorn pensaba comenzar a hacer anualmente, la propia comida/cena que ofrecía el castillo por sí misma representaba una delicia de lo más placentera, y como es predecible una oportunidad tan única no podía ser ignorada por el grupo bromista, encabezado por los que se harían llamar los merodeadores, aunque aquello aun no lo sabían.
— Vamos chicos, tenemos que hacer que la fiesta de Halloween sea memorable —Anunció James a sus camaradas, en realidad le sorprendía un poco que lo que en un principio era un pequeño grupo bromista hubiese llegado a un equipo, grupo, que no solo podía encargarse de bromas, dudaba que hubiera algo que no pudieran lograr juntos, Hermione sentada al lado de Remus que sonreía tímidamente, Rómulo estaba sentado en el suelo, Peter estaba recostado en su cama, Lily estaba sentada en la cama de James viendo con una sonrisa aquello, y Sirius había tomado a Harry haciéndolo sentarse en su regazo, con la cabeza del Black en el hueco entre el cuello y el hombro.
Y, aunque varias preguntas se levantaron, todos decidieron por unanimidad no decir nada con respecto a eso, se habían dado cuenta que Sirius era una persona táctil porque siempre tenía que tener sus manos apoyadas en alguien, los padres de James fueron los que hicieron visible ese punto para él, y le dijeron que a diferencia de James que era simplemente cariñoso con las personas, Sirius podría simplemente necesitar sentir físicamente un apoyo, y, según notó James, en su casa Sirius no hacía eso con nadie de su familia como si se reprimiera esas pequeñas manías suyas, también notó que todo su grupo sabía sobre esto porque nadie le dijo nada cuando Sirius simplemente se apoyaba.
— ¿Y sí hacemos explotar la comida? Seguro lo recordarían —Opinó Sirius con una sonrisa, ninguno de ellos estaría, del todo, en la comida general, irían a la cena de Slughorn, no solo para evitar su propia broma, sino que debían admitir que aquella cena era más placida y cómoda.
— Un poco extremista, además, algo así de grande podría golpear un poco duro a los de primer año, dejémosles tener un Halloween agradable —Opinó Remus, aunque no era la única razón por la que se negaba a una broma como esa, se negaba por los dulces de chocolate que también quería probar y no los quería en las paredes o el suelo.
— ¿Bombones en forma de murciélago que vuelen? Escaparían de los alumnos al principio y luego irían a los alumnos, sorprendente, poco agresivo, y sin lugar a dudas a los niños les encantaría —Sugirió Rómulo con una sonrisa desde su lugar, en parte le parecía un poco perezoso en comparación a las típicas bromas de Halloween pero no podía descartarlo.
— Muy suave —Opinó James con una mueca, a este paso no encontrarían una buena broma y la fiesta se acercaba más y más, no tenían tiempo que perder— Vamos, debemos encontrar algo, no podemos limitarnos a simples bromas —Ofreció con una mueca, algo tenían que hacer, lo que casi nadie notó fue la maliciosa y divertida sonrisa de parte de Harry.
La semana siguiente...
Halloween había llegado, y Sirius no podía evitar seguir a Harry, una parte de él necesitaba urgentemente aclarar las cosas que sentía, ese beso le había confundido, le había gustado, pero no sabía en qué estaba, sí se habían convertido en algo más que amigos, si seguían siendo amigos tras todo aquello (si algo paranoico considerando que Harry dejaba que lo siguiera abrazando frente a todos e incluso lo hiciera sentarse en su regazo para tenerlo cerca, pero ese no era el punto), necesitaba saber sí al chico le había gustado tanto como a él, o sí él quería que fueran algo más que amigos, en palabras simples estaba infinitamente confuso y nada era simple, por lo que ahora que estaba decidido a entender lo que sentía, a aclarar las cosas de una vez por todas, y la mejor manera de hacerlo era hablando con Harry, y por ello lo había seguido, ese día había coincidido con su día libre, nada de clases, por lo que no podía entender porque iba tan temprano a las cocinas, entró como un gato, sin hacer ruido, como una sombra que nadie podía ver, le gustaba la dulce ironía de aquello. Le siguió, intentando igualar aquella hermosa sombra, sin ser visto, sin hacer ruido, no lograría tal imitación, pero pudo entrar.
— ¡Chicos! —Llamó con una sonrisa, los elfos domésticos parecían verlo con una adoración extraña, aunque suponía que él veía al joven casi de la misma manera— ¿Podrían ayudarme con un pequeño regalo de mi parte para con los alumnos? —El chico sonreía con emoción y brillo, casi se sentía deseoso de abrazar al chico— Algo que divertirá y alegrará a todos los alumnos, para que vean que los Evans podemos dar alegría y no solo terror ¿Qué dicen? —Inquirió con ese brillo misterioso en sus ojos.
— ¿En qué podemos ayudarle, joven maestro? —Cuestionó el que parecía ser el "jefe" entre los elfos, el jefe de la cocina por decirlo de algún modo, pero este también sonreía, al igual que todos los elfos, sonriendo como si viesen a un viejo amigo al que extrañaban, la nostalgia y melancolía brillaba en esos ojos.
— Quiero dulces, los dulces más deliciosos y asombrosos que los alumnos jamás hayan visto, entre nosotros podemos lograrlo —Su voz era potente, y traía recuerdos, era casi igual a la voz de mando de James, fuerte y mística cual augurio de muerte, pero viperina y goteando un sentimiento en cada palabra, cual serpiente que gotea su veneno, casi creía que así sonaría un hijo entre James y Lily.
— ¿Qué planea? ¿Cómo desea maravillarlos? —Cuestionó con genuina emoción el elfo líder, la sonrisa que surgió en los labios de Harry le encantaba.
— Coulants que realmente hagan erupción, nada exagerado, pero sí que sea algo llamativo - Que aquellos volcanes hicieran erupción y soltaran más chocolate sonaba delicioso— Malvaviscos en forma de murciélagos que realmente vuelen, fantasmas de azúcar, serpientes de goma que se arrastren por la comida, pastelillos de calabaza decorados como arañas, con patas de caramelo endurecido que tejan telarañas de malvavisco, babosas de miel que se reconstruyan si las aplastan pero que se derritan suavemente al ser comidas, copas de helados con caramelos en forma de ojos que giren a ver a quien se los come —Con cada nueva idea su voz se llenaba de alegría y emoción, y Sirius no podía evitar sentir emoción, sí aquello era lo que tramaba no debía sorprenderle que los primeros años comenzasen a idolatrar a los Evans tras ello.
— En serio que piensas lucirte —No pudo callarse más, entre sorprendido y emocionado, Harry le dirigió una mirada complacida.
— Debo agradecerte —El chico se bajó del banquillo en el que había dado su pequeño anuncio antes de acercársele, extendiéndole la mano con una sonrisa— Tú me diste la primera idea, y ya que esto será un pequeño regalo de Evans Garden para Hogwarts, pensé que debías participar en esto tanto como lo haremos Lily y yo ¿Qué dices? —En serio adoraba a ese chico, antes de que se hubiera dado cuenta ya lo estaba abrazando por la cadera, sonriéndole, y tardo aún menos en unir sus labios con los del otro
-Me parece una buena idea - dijo con una sonrisa cuando se alejó disfrutando de la cara aturdida de Harry
- Sabes, creo que necesito otro
- ¿En serio? - preguntó alzando una ceja
- Si, muy en serio - confirmó
- Bien - lo volvió a besar disfrutando como Harry alzó sus brazos para ponerlos en su cuello, cuando se separaron no pudo evitar mirar su obra, los labios de Harry estaban hinchados y rojos - Me puedo acostumbrar a esto
La sonrisa de Harry solo incrementó - Yo también
-¡Harry! - ambos se separaron de golpe viendo el momento exacto en que Rómulo caía al suelo con una Lily y Hermione detrás que acababan de cruzar el retrato a la cocina, siendo la primera la que tenía los brazos estirados en señal de haberlo tirado
- ¿Qué rayos? - preguntó Harry recuperándose primero
Sirius por su parte, quería matarlos a todos por interrumpir su momento.
-¡Se comió mi última varita de regaliz! - reclamó Lily lanzando una mirada fétida hacia Rómulo
Si, Sirius los mataría, abrazaría todo el conocimiento oscuro de su familia y los torturaría al infierno.
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¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?
FanfictionLuego de la batalla de Hogwarts hay muchas muertes que pesan sobre el niño que vivió. Dos muertes posteriores sobre sus hombros es todo lo que toma Harry Potter antes de tomar una decisión definitiva. Pero la muerte sabe quién es su Amo y le ofrece...