Capítulo 39

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Connor realmente no estaba tan seguro de cómo le habían convencido para estar ahí, otra vez, en la sala de los Black preparándose para los apartados intercambios de regalos, por un lado porque ellos no habían tenido verdadero tiempo para comprar cosas para los otros (y en serio, qué diablos le regalas a un sangre pura que tiene el dinero para comprarse literalmente lo que quiera; sabía de primera mano que los Black tenían la fortuna suficiente para no trabajar en al menos 5 generaciones y todas con vida opulenta, su madrastra había tenido una temporada en querer casar a su hermana con la Casa Black, algo que su padre negó rotundamente porque sabía que su hija no tendría un matrimonio arreglado, así de obstinada salió su hermana, y los hijos de ella ahora que lo pensaba), por lo que mientras los Black estaban intercambiando regalos, los Evans también se preparaban para el propio, claro que Connor se había mantenido apartado de todos en general, en una clara muestra de que seguía enfadado y que incluso su familia no quería cruzarlo más.

Harry había sido el elegido para explicar la situación a los Black, principalmente debido a que él tenía el plan más estructurado y también estaba el pequeño detalle de que después de su salida a escondidas (No fue a escondidas tío, me dejaste salir, diría él) con el heredero Black no había tenido tiempo para explicar los detalles necesarios a su familia para que pudieran explicarlo entre todos o dejarle ese trabajo a su tío, de momento había parecido lo suficiente creíble como para que no le hicieran preguntas a él, o eso creyó hasta que Lord Black se acercó a él.

— Espero que no se sienta ofendido por lo que dijo mi cuñada Druella, ella no piensa igual a nosotros —Aunque podría sonar como una disculpa Connor no estaría tan seguro, conocía lo suficiente a los sangre pura como para saber que era al mismo tiempo una forma encriptada de decir algo más (porque siempre hay algo más Connor, debes desentrañar las palabras como la red de una araña, solía decir su padre), exactamente el qué ese era un problema, podría ser un modo de mostrarse mejor a Druella, y por ende a su familia original, para ganar su favor y consecuentemente el de Harrison, lo que le hacía temer por lo que ya pudieran saber, o porque intentaban presumirle más, como sí no lo hicieran hasta con lo que tenían puesto.

Aunque, Connor de verdad no tenía la moral para hablar, incluso su ropa muggle era cara, solo lo mejor para él y sus hijos, su padre no sólo le dejó una pequeña fortuna que realizó con su bóveda de confianza independiente que, por su naturaleza, era excluida de la propiedad señorial, y pudo poner en las manos de su bastardo; también contaba con una fortuna propia gracias a su carrera, se había ganado un puesto en la Corte muy rápido gracias a su mente aguda y su lengua afilada, todo gracias a su educación.

— No hay de que disculparse, ella es quien nos menospreció, no juzgo a toda una familia por la culpa de un miembro, ninguno de mi familia lo hace —Sentenció intentando devolver el mensaje oculto, no sabía que tan bien lo habría podido hacer debido a su falta de práctica con magos (los cuales tenían tramas aún más complicadas que la propia política muggle en la que se envolvía día a día gracias a todas las fiestas y sus diferentes contactos; éstas eran tramas familiares que tenían propósitos políticos, una diferencia enorme, y no tenías eso en el mundo muggle a menos que pertenecieras a la nobleza y eso era algo escazo en el mundo muggle, a pesar de ser ingleses), pero intentaba enviar el mensaje de que todos serían juzgados por sus faltas individuales incluso en ese momento de amistad, esperaba que por su tono firme también llegara el mensaje que sí ellos les subestimaban pagarían las consecuencias.

Sí entendió el mensaje no lo supo, Orión sólo se le había quedado mirando firme, decidió dejarlo por la paz, no mentía cuando decía que no juzgaba a la familia entera por la falta de uno, solo que todos los sangre pues eran sospechosos a sus ojos con sus sobrinos aparentando ser hijos de muggles.

Pero sus alarmas se activaron cuando vio al niño Black acercarse con una pequeña caja de regalo a su sobrino, no le era raro saber que su sobrino le había dado regalos de cumpleaños al chico, eran compañeros de escuela, era obvio que se harían regalos, lo mismo con Lily e incluso Petunia obtuvo algo, aunque una bomba fétida por regalo al niño Black de parte de Harry, decidió que no indagaría en los motivos detrás de eso cuando había visto a su sobrino envolver el regalo la noche anterior, y un brazalete de cuero, cosas pequeñas que solo eran muestra de buena amistad, lo que tranquilizó a Connor pensando que había exagerado un poco por su salida; eso hasta que notó que el chico Black le estaba dando un collar a Harry, un pequeño collar de plata, una sencilla cadena a plena vista, sí tenía algún añadido no lo alcanzó a ver, toda su atención estaba en el leve rubor de su sobrino mientras le entregaba su propia caja de regalo al chico.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora