Hermione se subió al tren solo un par de chicos detrás de Lily, si no quería parecer sospechosa o una loca acosadora tendría que aparentar lo suficiente, en algún momento la perdió de vista, culpaba de ello a Snape que sabía que estaba con ella, tuvo que tocar en cada compartimento fingiendo que buscaba al gato de otra chica, cuando por fin la encontró fue en un compartimento ya ocupado y hasta un poco apretujado, cerca de la puerta estaban James Potter y Sirius Black, al lado de Sirius se encontraba un chico de cabellos negros con algunos mechones de un pelirrojo oscuro al que no podía verle los ojos, al lado del chico desconocido estaba Lily, fácil de reconocer, y en frente de ellos y al lado de James estaba Severus, que tenía cierta aura de alegría que casi la asustaba al recordar a su profesor, aparentemente los había encontrado en una especie de discusión.
— Ojalá los pongan en Slytherin —Comentó Snape sonriéndole al par frente a él, porque estaba casi segura de que no hablaba con los futuros Gryffindor.
— ¿Slytherin? —Preguntó James que se había quedado callado, en ese momento el chico desconocido volteó a verlo y por poco se cae, eran los mismos ojos verdes de Harry, y ahora que lo miraba más detenidamente era bastante parecido, tal vez un poco más delicado que su amigo y con piel más sana y menos malnutrido.
— ¿Quién va a querer que lo pongan en Slytherin? Si me pasara eso, creo que me largaría. ¿Tú no? —Le preguntó a Black que solo alcanzó a mascullar una respuesta.
— Toda mi familia ha estado en Slytherin.
— ¡Caramba! ¡Y yo que te tenía por una buena persona!
— A lo mejor rompo la tradición —Replicó Sirius sonriendo burlón—. ¿Adónde irás tú, si te dejaran elegir?
James hizo como si blandiera una espada, muy mal empuñada si Hermione podía opinar, y dijo.
— ¡A Gryffindor, «donde habitan los valientes»! Como mi padre —Snape hizo un ruidito despectivo ganando la atención de James que se giró a él.
Así que así inició. Hermione podía ver el porqué de la mala sangre, a pesar de ser despectivo con la casa de verde y plata antes, estaba en juego el padre de James, ahora entendía el porqué Harry entró en crisis con los recuerdos de su profesor.
— ¿Te ocurre algo?
— No, que va —Contestó Snape, aunque su expresión desdeñosa lo desmentía.
No fue algo que adquirió con los años veía, era natural.
— Es ridículo encasillar a las personas por sus casas —Hablo el chico que era ridículamente parecido a su viejo amigo— Es como decir que todos los rubios son idiotas, algo bastante carente de sentido y muy cerrado de mente.
— ¿Y tú qué, niña? —Le preguntó James al chico.
— Si todos los Gryffindor son como tú y prefieren lucir músculo en lugar de cerebro prefiero quedar en Slytherin —Se burló Snape sonriendo divertido al chico frente a él que también sonrió aunque con algo de tensión, ella tuvo que aguantar la pequeña queja si quería mantenerse oculta un poco más y aprender lo que pudiera de ese chico desconocido, parecía demasiado unido a Snape como para ser un chico que acababa de conocer y sí conocía a Snape de antes cabía la posibilidad de que conociera a Lily.
— ¿Y a donde preferirían ir ustedes que no tienen ninguna de las dos cosas? —Intervino Sirius, James soltó una carcajada.
Lily se enderezó abochornada, y miró primero a James y luego a Sirius con antipatía.
— Vámonos, Severus, Harry. Busquemos otro compartimiento—Ordenó levantándose y agarrando su baúl al igual que los otros dos chicos, ella se apartó del camino de la puerta para luego llegar por “coincidencia” al mismo compartimento que ellos.
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¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?
FanfictieLuego de la batalla de Hogwarts hay muchas muertes que pesan sobre el niño que vivió. Dos muertes posteriores sobre sus hombros es todo lo que toma Harry Potter antes de tomar una decisión definitiva. Pero la muerte sabe quién es su Amo y le ofrece...