Dumbledore miraba con sospecha el retrato de Phineas Black, las vacaciones de primavera ya habían acabado y los alumnos ya habían regresado a Hogwarts para continuar con las clases, pero solo uno de ellos le llamaba la atención; Harry Evans, ese chico había llamado la atención de todo el profesorado con su corto tiempo ahí, desde el un poco impresionable profesor Dickens, pasando por el selectivo profesor Slughorn hasta llegar con la siempre estricta profesora McGonagall, no mentiría que incluso a él le había llamado la atención por el tremendo prodigio que había llegado a las puertas de Hogwarts y su talento mágico siendo un nacido de muggles, pero sí era sincero su maravilla con el niño no era en el mismo sentido del que sus compañeros docentes compartían.
Porque aunque no eran iguales, era malditamente parecido a ese chico que ahora era un monstruo, igual de encantadores, igual de fuertes, igual de elegantes, inclusive sus malditas varitas se asemejaban lo suficiente para que no pudiera ser ignorado, y cuando se dio cuenta del poderío que tenía en el nido de las serpientes, porque algo como el escándalo de que un niño que no fuera una serpiente estuviera arriba en su escala de poder fue algo que Slughorn no se pudo callar y lo derramó con una taza de té, temió.
Dumbledore temió de un niño de once años por su parecido con aquel demonio de su pasado, porque Harry Evans era más parecido a Voldemort de lo que le gustaría aceptar. Y por eso se acercó en su momento, necesitaba despejar sus miedos, necesitaba, por su bienestar psicológico y emocional, comprobar que ese niño no se volvería un monstruo como ese huérfano con el que compartía semejanzas y aunque todo parecía demostrar que no seguiría el mismo camino de la oscuridad, no sólo por sus orígenes y crianza, también porque sí los retratos le habían dado la información correcta, el niño no era un tolerante de las palabras sangre sucia, algo en lo más profundo de sus adentros gritaba que no debía fiarse de aquella sonrisa amable y dulce de un rostro infantil, ya había cometido ese error una vez y no debía fiarse de lo que veía, que esos ojos esmeralda ocultaban oscuridad suficiente para que temiera, una parte de su cerebro quería desestimar todo eso como engaños de la edad y paranoia al saber lo que vendría. Otro señor Oscuro era lo menos que necesitaban, y ahora la prioridad era acabar con el actual, y se iban a necesitar todas las varitas disponibles.
— ¿Qué es lo que te pone tan nervioso, Albus? —Interrogó cansado el retrato de Phineas después de, lo que pudo suponer fueron, largos minutos de miradas fijas.
— Ese muchacho en el que tienes tanto interés —Empezó silenciosamente, casi queriendo acallar lo que estaba por decir incluso antes de decirlo— Estoy intentando entender a qué se debió tú repentino interés en que el joven muchacho Evans, un nacido de muggles debo agregar, se mueva libremente por la sección restringida cuando ya vimos lo que eso puede hacerle a un alumno —Pronunció casi en un susurro sin querer recordar como ignoró todas las señales tan deliberadamente de que Tom Ryddle dejaba lentamente de ser humano, el cómo se perdió que el niño del orfanato se consolidaba como un monstruo.
Aunque él sabía cómo lo perdió, había tratado de pensar que se enmendaria, que merecía una oportunidad, los muggles podían ser la peor basura, pero pensó que estar con sus iguales el niño ignorara a los muggles, se dejó engañar por el entusiasmo y compromiso del niño en sus estudios, una distracción del mundo muggle y sus problemas, sus sospechas habían estado en su lugar pero no hizo mucho, no hasta que fue muy tarde y una estudiante fue hallada muerta, y aún así no pudo pararlo, fue en ese momento que se le había ido todo de las manos.
— Motivos hay muchos, pero el más importante es para ver los resultados, tú temías que este muchacho, Evans, se convirtiera en lo mismo que ese... muchacho, Ryddle —Empezó con tanta claridad cómo podía aunque el desagrado fue demasiado notable al decir el segundo apellido— Yo quería ver los resultados ya que tú estabas tan inseguro, después de todo estamos aquí para darte consejo y cualquier problema a futuro sería mi culpa más que la tuya, de cualquier forma este nuevo muchacho puede eliminar a ese error tuyo —Gruñó Phineas sin ganas— Sí tiene una visión que difiera con la de ese sujeto, cosa que has dicho que es, y considerando que ataca a nacidos de muggles o mestizos con mayor frecuencia y a sus familias muggles, entonces lo lógico es que se enfrentarán y uno matará al otro, o quien sabe tal vez se maten los dos; por otro lado, sí este muchacho se quiere convertir en un Lord Oscuro, tendrá, primero que eliminar a este tal... Voldemort, primero, como lo veas es un activo positivo en esta guerra —Aseguró dejando en silencio al resto de retratos que murmuraban como si ellos no pudieran oírlos.
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¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?
FanfictionLuego de la batalla de Hogwarts hay muchas muertes que pesan sobre el niño que vivió. Dos muertes posteriores sobre sus hombros es todo lo que toma Harry Potter antes de tomar una decisión definitiva. Pero la muerte sabe quién es su Amo y le ofrece...