Me quedé en un banco sentada al lado del restaurante esperándole. No sabía lo desesperante que era esperar a alguien cuando tú ya estabas listo. No lo pensaba hacer más.
Fui a mirar la hora del móvil y, cuando levanté la vista, estaba ahí, buscándome con la mirada y viniendo hacia mi.
Me puse en pie, aunque estaba algo nerviosa. Nos saludamos y caminamos mientras hablábamos.
— Siento que haya sido esto tan repentino. Me mudé hace poco y no conozco a nadie — explicó.
— No te preocupes.
— No pensé que se enfadaría tú...
— Es un amigo — asintió —. Tengo que quedarme con él — le miré nerviosa.
— ¿Con él?
— Sí. Mis padres viajaban por trabajo y yo me quedaba con una chica que me cuidaba desde que era pequeña. Ella se ha tenido que ir un tiempo por trabajo, y le dijo a él que me echara un vistazo de vez en cuando mientras ella estuviera fuera.
Aarón asintió entendiéndolo todo, lentamente. No sabíamos hacia donde íbamos. Solo caminábamos hablando sobre nosotros para conocernos mejor.
— Supongo que me toca contar un poco sobre mi — reí y asentí.
— Nos mudamos aquí cuando mis padres definitivamente se separaron.
— ¿Definitivamente? — pregunté.
— Llevaban años separados pero vivíamos los cuatro en la misma casa. Mi hermana, mi madre, mi padre y yo.
— Supongo que fue duro enterarse de la separación.
— Yo lo intuía, pero me dolió más por mi hermana pequeña. Por eso decidieron seguir viviendo juntos hasta que ella creciera un poco más y entendiera las cosas. Pero cada uno hacía su vida por separado.
— Aunque en la misma casa — dije.
— Exacto — sonrió.
— Pero, ¿por qué decidieron separarse?
— Mi padre se sinceró con mi madre y le dijo que le gustaban los hombres. Al principio fue raro no verlos igual que antes, pero entendimos que su felicidad iba por encima de todo — estuve escuchándolo detenidamente mientras miraba el resto de la ciudad.
— Imagino que llevar eso guardado durante un tiempo debió ser difícil.
— Lo fue, pero todo es muchísimo mejor así. Mi padre está feliz, mi madre también, y mi hermana lo está por ambos. Todos nos llevamos súper bien y la relación entre todos está mucho más afianzada.
— Me alegro mucho — le miré a los ojos —. Y ¿con quien vives? — le pregunté por curiosidad.
— Me vine con mi madre y mi padre se quedó en la antigua casa. Hace un mes que me independicé por aquí, pero visito a mi madre a menudo.
— ¿Y tu padre?
— Mi padre está viviendo allí con su pareja. Los visito de vez en cuando y con ellos me lo paso muy bien. Nos gusta hacer las mismas cosas.
— Me alegro mucho por todos. Es genial que os llevéis así de bien.
Aarón sonrió y yo le devolví la sonrisa. Pasamos por una heladería y él vio como me quedé parada mirando a los helados.
— ¿Quieres uno?
— Me muero por uno, sí — me reí.
— ¿De qué te gusta?
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Mi vecino
Romance- Deberías darte cuenta de lo que haces antes de ponerte a juzgar con lupa a los demás - me miró furiosa. - ¿Y qué querías que hiciera? ¿Fingir que no pasaba nada cuando en realidad te miraba y solo era capaz de recordar aquel momento? - elevó los...