Capítulo 5

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Nos quedamos dormidos al estar en silencio. En mitad de la noche escuché un crujido y abrí los ojos para ver qué era. Me incorporé lentamente para no hacer ruido y vi a Nico ir hacia la habitación de invitados.

Me quedé mirándolo durante un rato y pensando en por qué se fue. Me dio cosa que se marchara por si le incomodaba tenerme a su lado, pero volví a tumbarme, aunque no pude cerrar los ojos.

Me quedé embobada mirando hacia un punto fijo y suspiré. Miré de arriba abajo toda la habitación y vi entreabierto el cajón de su mesita de noche. Fruncí el ceño y me levanté lentamente.

Me acerqué cuidadosamente y vi un papel blanco pequeño que sobresalía. Lo cogí con las manos y lo abrí, ya que estaba doblado.

Había algo escrito pero no logré ver nada por la oscuridad. Fui hacia la ventana ya que fuera había una farola que daba luz y así no tenía que encender la luz del cuarto.

Había un dibujo de una chica en él, aunque estaba rayado de bolígrafo por encima. Era precioso. No sabía que se le daba tan bien dibujar, sobre todo a personas.
Le di la vuelta al papel y leí lo que ponía detrás:

Nicolás - 23 agosto 2019
Para Isabela. Feliz cumpleaños aunque hayan pasado seis meses.

Era... ¿para mi? ¿Por qué nunca llegué a ver eso? Me sentí idiota. Ese dibujo era del año anterior y ni siquiera llegué a verlo. Pasó un año y no me dijo nada.

Escuché algo caerse cerca de mis pies y me agaché para cogerlo. Abrí la pequeña nota y la leí:

Dáselo de una vez, Silvia. Deja de arruinarlo y dáselo. Es un puto papel felicitando a tu amiga por sus 16. ¿Qué coño te pasa?

Fruncí el ceño confusa. ¿Qué se supone que acababa de ver?

Lo metí de nuevo todo en el cajón cuando escuché un ruido en el pasillo. Me tumbé en la cama pero me quedé pensando en las notas. No podía dormir.

¿Qué pintaba Silvia en todo eso?

Mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora