23. Cuidado con la planta

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Caímos al suelo, él sobre mí, mirándonos a los ojos. Nuestros rostros estaban muy cerca el uno del otro y nuestra respiración se aceleraba más y más.

Dirigí una fugaz mirada hacia sus labios. Esos labios que tanto echaba de menos, estaban a penas a dos centímetros de distancia de los míos. Quería volver a sentirlos. Necesitaba volver a perderme en ellos.

Sacudí la cabeza. No era el momento de pensar en eso. Todavía no.

- ¡Maldita idiota!¡Muere! - gritó Katsuki, asegurándose de que le oyeran desde el otro lado de la puerta.
- ¡Aparta, joder! - respondí.

Él estaba a punto de lanzar su ataque cuando la puerta se abrió.

- ¡Bakugou! ¿Se puede saber qué está pasando aquí? - escuché la voz de un hombre que se aproximaba a nosotros.
- ¡Esta estúpida me ha puesto de los nervios! - exclamó sin apartar su mirada de la mía - Pero enseguida termino con esto...

Katsuki bramó con enfado volvió a abalanzarse sobre mí.

- ¡Ah, no!¡De eso nada! - protestó el hombre - Ya nos has hecho cambiar los planes una vez. Ahora te aguantas y esperas a que ella recupere su puñetero quirk, ¿entendido?

El villano sujetó a Katsuki por los brazos y forcejeó con él hasta que el rubio simuló ceder y apartarse de mí. Yo me quedé sentada en el suelo, respirando hondo y fingiendo recuperarme de la pelea.

- ¿Y se puede saber qué cojones haces tú aquí? - preguntó Katsuki poniéndose de pie.
- Vengo a solucionar el desastre que has montado. ¡Tío, la que has liado en un momento!
- ¿Qué eres ahora? ¿Un puto electricista? - soltó Katsuki.

El villano se rió. Katsuki creó un principio de explosión en su mano e iluminó la estancia. Por fin pude verle la cara a aquel hombre.

Le reconocí enseguida. Era el villano con quirk eléctrico que atacó a Kenkou. Recordé que, debido a aquel incidente, tuve que tomar la durísima decisión de alejarme de la persona que más amaba en el mundo.

Me costó mucho controlarme para no lanzarme sobre él, liberando toda esa rabia que me desbordaba.

Le miré con detenimiento. Se le veía tranquilo y tenía una actitud muy despreocupada. Es más, parecía que aquella situación le hacía gracia.

- De todas las cosas que podías hacer explotar... ha tenido que ser el generador... - habló con ironía, poniéndole la mano sobre el hombro a Katsuki.
- Tsk, ese trasto no aguanta una mierda.¡A penas lo he rozado! - respondió él, apartándose bruscamente.
- Pues hemos perdido la señal de la cámara, ¿sabes? Itami estaba enfadada... aunque si te digo la verdad, yo creo que está celosa... - señaló en mi dirección, burlón.
- ¿Y a mí qué? - gruñó Katsuki encogiéndose de hombros.
- Bueno, en realidad todos están cabreados contigo. Joder, que el plan ya estaba cerrado, tío - se quejó.
- Cállate y arregla esta cosa de una vez - dijo Katsuki, ignorando su comentario.

El hombre se puso a silbar mientras utilizaba su quirk para reparar el generador. Un par de minutos más tarde, la habitación volvió a iluminarse.

Entonces, el villano se dirigió a mí con una sonrisa. Le miré con desprecio.

- Permite que me presente. - hizo una reverencia muy teatral - Soy el que se coló en casa de vuestra enfermera. Una mujer guapísima...

No respondí, pero tampoco bajé la mirada.

- La pobrecita estaba tan asustada... ¡Qué recuerdos! Fue muy divertido... - suspiró con nostalgia - Tuve que contenerme para no matarla.

Hazme explotar 2 (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora