25. Y la mía

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- ¡Kenkou! - gritaba una y otra vez, más y más desesperada.

Continuaba presionando con fuerza la herida de Katsuki, pero era incapaz de contener la hemorragia. La sangre seguía brotando sin parar.

Él temblaba, cada vez más pálido. Sus ojos, clavados en los míos, me mirababan intentando decirme millones de cosas. Pero se estaban apagando poco a poco. Y yo... nunca antes había sentido tanto miedo.

Por fin, escuché cómo alguien se acercaba corriendo. Kenkou apareció por la puerta y comprendió la situación de un vistazo.

- Kenkou, ayuda... - el nudo de mi garganta a penas me permitía hablar.

- ¡Joder! - se acercó deprisa y se agachó a mi lado.
- Por favor... - balbuceé, mirándola con ojos suplicantes.
- Déjame a mí - me hizo una señal para cambiar de posición conmigo.

Aparté con cuidado mis manos del cuello de Katsuki, mientras Kenkou colocaba las suyas. Después, con esfuerzo, intenté ponerme de pie.

- No... - Katsuki me miró aterrado y trató de extender su mano para sujetarme.
- Tranquilo, no pienso separarme de ti. - le susurré con ternura, acariciándole la mejilla - Solo voy a ponerme al otro lado para que Kenkou pueda curarte, ¿vale?

Al escucharme, él se relajó un poco y dejó de intentar retenerme. Me moví todo lo rápido que pude, volví a arrodillarme junto a él y le agarré la mano.

En ese momento, Deku, Kirishima y Shouto entraron a la sala atropelladamente. Shouto empezó a hablar.

- _____, hemos oído gritos, ¿qué...? - se dio cuenta de lo que ocurría - ¡Oh, joder!
- ¡Kacchan! - Deku corrió hasta nosotros y se colocó a mi lado, mirando a Katsuki sin poder creer lo que veía.
- ¡Bakugou! - Kirishima hizo lo mismo - ¡Aguanta, por favor!

- ¡Maldita sea, con tanta gente no puedo pensar! - gritó Kenkou, alterada.
- Está bien. - comprendio Shouto - Alguien tiene que sacar esto de aquí - murmuró recogiendo a Itami del suelo y saliendo de la habitación.

Kenkou estaba muy agobiada y examinaba la herida sin parar. Normalmente, ella trabajaba muy segura de sí misma y nunca la había visto tan nerviosa.

Levantó la vista y buscó mis ojos.

- ____... - murmuró dubitativa. Su mirada me dio a entender que la situación no pintaba nada bien.
- Lo sé. - asentí - Inténtalo, por favor - supliqué, solo moviendo los labios.

Ella se inclinó hacia Katsuki y trató de hablarle con calma.

- Bakugou, voy a ser sincera contigo. Tengo que cerrarte la herida cuanto antes. Nos queda poco tiempo y nos podemos perderlo anestesiándote. Esto te va a doler. - le avisó - Pero es la única opción, ¿entiendes? No puedes desmayarte, ¿me oyes?

Katsuki asintió sin fuerzas y yo le estreché la mano aún más. Deku me pasó el brazo por los hombros.

- Va a salir bien - murmuró en mi oído.

Intenté convencerme a mí misma de que Deku tenía razón y respiré hondo.

Kenkou se concentró. En cuanto ella empezó a utilizar su poder, Bakugou no pudo contener los gritos y poco después las lágrimas resbalaron por sus mejillas. Los siguientes minutos fueron verdaderamente agónicos.

Hazme explotar 2 (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora