1. Al maldito fin del mundo

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Tras un largo día, llegué a casa agotada, me cambié de ropa y me dejé caer sobre el sofá. Encendí la televisión para ver las noticias, aunque mi cabeza no se sentía capaz de prestarles demasiada atención.

Me vi a mí misma en la pantalla, estaban apareciendo imágenes en las que atrapaba a un villano con el que había luchado hoy. Sonreí, aunque no estaba satisfecha. Ese era el único al que había podido detener.

Hacía casi un año que había terminado de estudiar en la U.A. y llevaba algunos meses trabajando en una agencia de héroes junto a Deku y Todoroki. Aún no podía creer que por fin mi sueño se hubiera hecho realidad.

Había aprendido a utilizar mi poder a un nivel bastante más elevado, gracias al esfuerzo constante realizado durante todo este tiempo. Además, era más consciente de cuáles eran mis puntos débiles a la hora de pelear: las costillas y las muñecas se me lesionaban con mucha más facilidad que el resto del cuerpo.

Por ello, al entrar en la agencia, realicé unas ligeras modificaciones en mi traje. Además, me deshice del cinturón para las cápsulas de rehidratación instantánea y ahora las guardaba en un discreto bolsillo de mi bota izquierda. Mucho menos accesibles para el enemigo.

 Mucho menos accesibles para el enemigo

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Pero no todo era perfecto. Katsuki no estaba a mi lado. Le habían contratado en otra agencia de una ciudad bastante alejada y nos veíamos muy poco.

Llevábamos juntos desde que estábamos en primero y, aunque nuestra relación no siempre había sido fácil, seguíamos juntos. No pasaba un día en el que no sintiese que me enamoraba un poco más de él.

Estar separados era duro. Sobre todo cuando volvía a mi piso, sola. Echaba mucho de menos acurrucarme con él en la cama, sus besos, sus caricias, incluso que se burlase se mí.

Habían pasado más de dos meses desde la última vez que nos vimos. Me dieron un par de días libres y, por supuesto, fui a su casa. El tiempo se nos pasó volando.

En ese momento, Katsuki apareció en mi televisión. Daban la noticia de que había evitado la destrucción de un centro comercial. Me llevé la mano al cuello, para tocar el colgante que me regaló cuando empezamos a salir y que no me había quitado desde entonces.

Agarré mi móvil para felicitarle.

Agarré mi móvil para felicitarle

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Hazme explotar 2 (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora