2. Bakugou-sensei

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Desperté y, aún con los ojos cerrados alargué mi brazo para buscar a Katsuki en la cama. No estaba, pero olía a tortitas.

Sonreí y me levanté en seguida. Me puse una de sus camisetas mientras salía de la habitación.

Le encontré discutiendo con mi cocina. Por sus gruñidos, parecía que iba ganando la cocina.

- ¡Mierda de sartén!

Me acerqué y rodeé su cintura por detrás.

- Buenos días - besé su espalda.
- Si llegas a levantarte cinco minutos más tarde te hubieses quedado sin desayuno, maldita marmota - murmuró poniendo la última tanda de tortitas en un plato junto a las demás.
- No serías capaz, ¿verdad? - le mordí el cuello en señal de protesta.
- ¿Quieres apostar? - se dio la vuelta y levantó suavemente mi barbilla con su pulgar para besarme - Venga, maldición, que se enfrían.

Nos sentamos a desayunar.

- ¿Cómo llevas lo de tener que dar la clase de hoy? - pregunté echando una excesiva cantidad de salsa de chocolate sobre mis tortitas.
- Sigo pensando que es una mierda. Había traído unos apuntes para repasar el guion, pero paso - murmuró molesto.
- ¿Te... te has preparado la clase de verdad? - le miré sorprendida.
- ¿Creías que iba soltar cuatro idoteces que se me ocurriesen sobre la marcha? - frunció el ceño
- Bueno, siendo tú...

Gruñó e hizo explotar mi tenedor, justo antes de que me lo metiese en la boca.

- ¡Eh! - observé con desolación como desaparecía mi cubierto - Vale, merecido - suspiré.
- ¡Quiero ser el puto número uno! Y si para conseguirlo tengo que hacer de profesor de una panda de imbéciles durante un día...

Carraspeé y le miré mal.

- Tsk, de una panda de imbéciles y de la idiota que me soporta - puso los ojos en blanco - ¿mejor?
- No te creas - resoplé con ironía y creé un tenedor de agua para seguir comiendo.

Sonrió de medio lado y se levantó de la mesa.

- Voy a la ducha - salió de la cocina quitándose la camiseta - No tardes.

Terminé de desayunar rápidamente. Cuando entré en el baño, Katsuki ya estaba bajo el agua.

- No la pongas muy fría, Katsu - dije mientras me desnudaba.
- ¡No me llames así, maldita sea! ¡Ya te he dicho que no me gusta nada! - gritó molesto.
- Perdona... - entré en la ducha y me acerqué a él- ¿Mejor Bakugou-sensei? - susurré con voz provocativa, mostrándole un preservativo que sujetaba con dos dedos.
- Tsk- se mordió el labio y lo cogió.

Su brazo rodeó mi cintura tiró de mí para hacerme chocar contra él. El agua comenzó a deslizarse por mi cuerpo, igual que los labios de Katsuki.

Me estremecí y recorrí su espalda con las manos hasta llegar a su cabeza. Jugué con su pelo y nos besamos con fogosidad.

Me dio la vuelta y apoyé las manos contra la pared de la ducha. Se puso el preservativo mientras acariciaba mis glúteos con la respiración agitada.

- Más te vale ser una buena alumna, ¿me oyes? - sujetó mis caderas y entró en mí de golpe, sin previo aviso.

Dejé escapar un gemido, más alto de lo que hubiese querido. Sonrió y pegó su cuerpo al mío. Giré el cuello para mirarle a los ojos.

Hazme explotar 2 (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora