7º Llamada: Vueltas inútiles

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Se ata un alto moño. Teniendo el cabello tan largo no se le hace cuesta arriba. Tiene un ligero problema y es que al intentar salir con tacones y el moño este acaba chocando con el marco de la puerta. Maldice entre dientes soltándolo y pensando si hacer un agujero ahí es buena idea.

Así se haría su moño y fin de la historia.

Además, quiere usar sus malditos tacones. Es un poco odioso. Es alta a rabiar. Literalmente ella misma se llama Poste o rascacielos, consiguiendo que nadie le pueda usar eso como insulto o broma. Mide uno ochenta y uno, con sus tacones más altos llega a los dos metros cinco y con los que tiene hoy al metro noventa. Más alta que prácticamente todo el mundo a su alrededor.

Hombres, mujeres, los Idols de la empresa que tienen diecinueve años y ya tiene el uno noventa. Quien sabe, es una especie de gusto culposo que guarda y no suelta a pesar de todo. Últimamente tiene a una segunda persona que la hace adorar ser alta: Yoonji.

En un principio y conociendo a Jimin que es tan bajita le hacía ternura. Podía inclinarse para verla. Agotador, pero hace ver a la otra como una niña y a ella le encantan las niñas. Las cosas pequeñas. Las cosas tiernas. Ahí es donde entra Yoonji: Es la mujer más adorable que haya visto en su maldita vida. Todo es adorable.

Incluso la actitud tan desesperante para algunos.

El corte cuadrado, la piel pálida, los ojos tan pequeños y el rostro de aspecto gatuno. Es mentira decir que no le fascina y la sorprende cantidad que sea tan insegura con su aspecto. Puede decirse que lo que más se busca en el estándar coreano: Delgada, no muy alta, callada, cabello negro y capaz de mantenerse sola. La parte emocional es otro tema, pero en rasgos generales es perfecta.

Los coreanos son ciegos ¿Cómo olvidarlo? De todos modos, le fascina. También le da mucha pena que esté tan mal, al mismo tiempo está feliz por serle de ayuda. Que haber respondido al celular fuese la salvación para una persona tan linda y con tanto talento.

—Namkyung-Noona intenta de nuevo que compitamos en altura. —Ríe uno de los más jóvenes que trabaja actualmente en la agencia siendo parte de un grupo. Namkyung niega con la cabeza, basta que pase junto a las salas de practica para que todos la detengan.

—No Soobin, solo quise usar estos hoy ¿Cómo les va por aquí? —Los demás dan un quejido lastimero, tirados en el suelo—. Hosook no debe dejarlos respirar.

— ¡NO! —chilla Hueningkai—. SE MOLESTO CONMIGO PORQUE TAMBALEE. TAMBALEE, LUEGO DE CINCO HORAS AQUÍ. Noona, ayúdame. —Lloriquea tirado en el suelo. Namkyung niega con la cabeza, cruzándose de brazos.

—Soy, como ves, un poste. De bailar no sé nada y si dice que no tambalees, entonces no lo hagas—Concluye con un encogimiento de hombros—. Siempre que paso por aquí están así y no precisamente porque los canse. Sean un poco más animados. —aplaude y ellos no tienen más opción que levantarse.

—Esto es una tortura. —balbucea Taehyun.

—Ah, te crees, dile eso a las de al lado que hacen lo mismo, pero con tacones. —Despide divertida, continuando con su camino. Se asoma por pura casualidad, pero decide no interrumpir. Jimin está muy dedicada en enseñar la nueva coreografía y mejor no cortarle el momento por nada.

Aun cuando seguramente ella dirá que está bien. Siempre está bien ir a hablar ¿Cómo no? Es raro conseguir que se calle.

Tener bailarines parlanchines es la clave del éxito.

Entra en su propio estudio y se dedica a escribir canciones. Tarda lo suyo en varias de ellas, pero queda satisfecha con el resultado. Solo sobra saber a quién dársela. Teniendo tres comebacks planificados y siendo que debe escribirlo entre ella, Yoonji, Hosook, la participación de los cantantes y...

—Me quiero matar—Se jala suavemente el cabello ¿De quién fue la brillante idea de hacer todos los Comebacks en el mismo bimestre? Es ridículo. Van a acabar chocando uno contra otros—. Pase. —Esperaba que fuera Jimin, lo es casi siempre, se sorprende de que se trate de Yoonji—. ¿Necesitas algo?

Ella asiente y dado que no dice más se limita a seguirla en dirección a su estudio propio. Admite que siempre tuvo curiosidad. Pues desde que llegó estaba cerrado. Su interior sobradamente fenomenal. Teclado, un montón de pantallas, grandes altavoces, mezcladores de sonido, etc.

—No enciende y no la quiero romper intentando desconectarla.

—¿No es la nueva que traías en mano hace unos días?

—Aja.

—No creo que esté dañada, quizá solo la conectaste mal—Arrima la silla y sin mucho problema llega hasta el monitor. Desconecta con cuidado y lo carga hasta ponerlo en el escritorio—. Corrección, conectaste lo que no era ¿Quién invierte los lugares para los cables? —Se pregunta volviendo a colocarla para enchufar. Pronto aparece medidores de sonido.

—Gracias.

—Para lo que necesites Unnie.

— ¿Unnie? —Arruga la cara y Namkyung no aguanta la sonrisa y apretar los ojos.

Que adorable.

—Sí, tengo veintiséis ¿Creíste que era mayor? —Interroga divertida. Es lo típico. Yoonji asiente, notablemente incómoda—. No importa. Estoy acostumbrada a que lo crean.

— ¿No te incómoda?

—En lo absoluto.

—Ah...

—Al principio sí, sobre todo cuando estudiaba, pero—Se encoge de hombros—. Se sobrelleva como se puede. Dejarse llevar por esas cosas acaba siendo inútil e impidiendo que vivas como realmente quieres.

— ¿Qué solo escupes palabras sabias que te hacen lucir como un panfleto de autoayuda? —Namkyung ríe, ladeando la cabeza y ocasionando que la larga melena púrpura caiga por sus hombros.

—Perdón, mala costumbre mía, pero ¡Hey! A veces funciona para que las personas se sientan mejor y con eso me doy por satisfecha— Junta las manos en su regazo—. Si necesitas algo más me puedes decir. Sabes que estoy disponible.

—Ujum. —Rasca tras su oreja.

—Bien. Adiós Unnie.

—Adiós...

Yoonji arruga un poco la expresión al cerrar la puerta. Demasiado servicial ¿Es real? ¿Es coreana siquiera? Empieza a dudarlo. Sea como sea, espera no necesitar llamarla porque en serio moriría de vergüenza al hacerlo.

Namkyung no hace sino ir con la misma impresión: Yoonji es muy tierna. Inhumanamente tierna. Pequeñamente tierna. Ah, le encanta. Ojalá si pudieran hablar más seguido.

Suicide Line || NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora