8º Llamada: Como una cita

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— ¡Ah! ¡Por fin! —Estira los brazos hacia arriba—. Pensé que no acabaríamos nunca.

—Aun no acabamos.

—No. Pero esa parte es la divertida y ya acabamos la odiosa, con eso me doy por satisfecha.

Yoonji la ve cruzar las piernas. Si lleva falda ajustada parece tener piernas kilométricas. Lo peor del caso es que se descubre a sí misma viéndolas por largos ratos. Es casi hipnótico y nadie en este maldito edificio puede decir lo contrario. El tono ligeramente moreno, las botas altas que lleva y que aparte de todo está usando una blusa con la que ve perfectamente el sujetador negro.

Quisiera no ser como un enfermo cualquiera, pero francamente se le está haciendo imposible. Todo en Namkyung la hace querer verla. Lo peor del caso es que ni siquiera es algo que suceda solo hoy, ayer, o hace tres días.

Es que han sido semanas así y ya es ridículo. En un principio solo era ver su rostro, el cuello y la clavícula, como mantiene el cabello en perfecto tono púrpura; luego avanzó a la cintura y el pecho, incluyendo los brazos que de un golpe te dejan viendo a Dios. Por último, fueron las piernas, siendo que muchas veces se sientan contiguas y por tanto al rotar un poco la mirada ya es capaz de verlas.

Es muy frustrante, la avergüenza y hace sentir mal en partes iguales. Afortunadamente no ha tenido la necesidad de llamarla de nuevo, no ha habido recaída y está bien. El problema recae en imaginarse como sería contestando el teléfono. Usando lentes, en su cama, en la cocina ¿Dónde estaba hablando todas las veces que la llamó antes?

—Yoonji ¿Vamos a beber? —Respinga debido a la repentina oferta de Namkyung, quien se levanta y masajea uno de sus hombros.

—Si tú pagas... —Es la técnica maestra para todos cancelen sus ofrecimientos de ir a cualquier lugar. Pues nadie quiere pagar lo de otro la mayoría del tiempo. Menos si se hace por cortesía.

—Claro. Te veo en la salida. Voy a cerrar mi estudio- ¿Qué?

—Nada, nada, tenía un gas.

Namkyung mira a los lados y sale del lugar en tanto que Yoonji se echa se la mesa ¿¡Desde cuando hay gente que le dice que si cuando pregunta si la invita!? Ay no. Ahora que hace. Sale de la sala de reuniones, se dirige a su estudio, toma su bolso, lo cierra y vuelve a dar un grito de vergüenza ¿¡Por qué dijo que si sabiendo como es Namkyung!? Era casi obvio que diría que sí a pesar de su intento por evitarlo.

Por el mero hecho que le da vergüenza estar demasiado tiempo junto a ella. Le ha dicho demasiadas cosas, sabe demasiado. Siente que va a ser tan incómodo sin el trabajo de por medio. Por desgracia sus chillidos son similares a la señal de Batman, con la diferencia de que estos invocan a Jimin sin importar donde estén.

Pasó en un centro comercial, aun no lo supera.

— ¿Qué tienes? ¿Te duele el vientre? ¿Te manchaste? —pregunta cada vez más bajo y discreta. Yoonji niega con la cabeza.

—Voy a beber con Namky-

— ¡AH! ¡FINALMENTE! —exclama emocionada—. Bien. No te preocupes, ella simplemente habla mucho, bebe mucho y tal vez se emborrache, pero nada para que te sientas incómoda. —Claro maldita sea, tu no entiendes que ella sabe hasta de cuando me corté las venas por primera vez.

No estoy segura, tal vez-

—No te asustes—La toma de las manos y la sacude—. En serio, ella no te va a morder o echarte en cara algo. Ella no es así. Es muy tierna. Lo que tiene de tamaño lo tiene de dulce. No entres en pánico... Ven aquí. No debería decirlo, pero vale—Yoonji se inclina para escuchar—. Es bisexual.

Justo eso es lo que no quería saber.

— ¿Y entonces...?

—Que no tienes que sentirte incómoda por nada. Ella entiende todo eso. Lo que sea que haya hablado también va a hacer como si no lo supiera para que sea más ameno. Respira profundo y deja el drama. Quiere ser tu amiga nada más. Es de las que apoyan en todo—afirma sonriente—. Excepto que asesines o violes a alguien, eso... eso ya es ilegal.

Frunce un poco le entrecejo. Pues, es cierto, Namkyung no la juzgaría por nada estando en la misma condición. Seria hipócrita, tampoco la ha hecho sentir menos en ningún momento a menos que la altura cuente. Exhala, considerando el segundo punto malo en todo este y es que estará entre una multitud y-

—Te agarra de la mano. Es muy mamá gallina—afirma en un silbido—. ¿Y bien? ¿Qué dices? ¿si irás? Por favor. —pide dando pequeños saltos.

—Si iré. Ya le dije que sí. Es feo cancelar en la cara.

— ¡BIEN! Ven un momento, te haré un peinado para que no te dé calor con el suéter.

Agradece que se limite a eso y no quiera maquillarla. El maquillaje la fastidia. Al menos en el nivel de Jimin que es indispensable una base, corrector de ojeras, delineador, sombra, labial, glider ¡TODO! Se estresa. Es evidente que Jimin la conoce.

Cuando se acerca a la salida del edificio ve a Namkyung hablando con Jeonggoo. Jamás pensó que nadie pudiera hacer lucir a esa mujer pequeña. Es tierno en demasiados aspectos. Al verlas ambas saludan con la mano. Jeonggoo no tarda en guindarse de su novia pelirosa y darle discretos besos en la mejilla.

No es precisamente público, pero dado que el lugar está vacío ¿De qué sirve disimular nada? Yoonji rueda ligeramente los ojos viéndolas. Típico. Ser la tercera rueda con ests alrededor.

—Ustedes vayan a amarse en su casa ¿Nos vamos? —Invita Namkyung. Asiente sin pensarlo demasiado—. Te queda bien el cabello así. Te ves linda.

El elogio la toma por sorpresa, con una sonrisa leve y girando la cabeza a otro lado. Sube al auto de Namkyung, deja su bolso en la parte trasera y se acomoda en el asiento. Namkyung revisa mensajes antes de tomar el volante.

—No tomas nada que te haga daño con el alcohol ¿Cierto?

—No.

—Entonces si podemos ir.

— ¿Qué pasa si te decía que sí?

—Te llevo a tu casa.

—Wow...

—No quiero que pases vergüenza vomitando en un bar o matándote por mezclar medicamentos con alcohol.

—Gracias ¿Supongo?

—De nada, ahora sí, vámonos~

Yoonji se recuesta más en el asiento, hace un ligero puchero al ver por la ventana. No sabe cómo sentirse con respecto a Namkyung. Es linda, es gentil, se preocupa por ella sin siquiera conocerla realmente y por lo que ha escuchado tiene un IQ elevado. Esta mujer es malditamente perfecta. A su lado, no es más que un trapo sucio. Exhala encogida en su suéter. No pensar en eso, no pensar en eso. Está en lo que puede denominarse una cita de amigas y al menos quiere mantener la decencia de no dejar ir su negativismo.

Además de respirar profundo para evitar un ataque pánico. Esos que vienen el nada y le joden la existencia. Namkyung no hace más que tararear, en su propio mundo y a saber qué demonios está pensando exactamente, viendo a Yoonji de reojo de tanto en tanto.


Suicide Line || NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora