27º Llamada: Confesión

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Frota su cuello y suspira una vez está dentro del departamento. Carga a Holly que corre a recibirla y se deja lamer la cara por el cachorro. Deja la bolsa con frascos de medicamento en el mesón junto a los récipes médicos. Deja al perro en el piso y toma asiento en la mesa, juega con los envases.

Se lleva las manos a la cara y da un quejido desesperado. No quiero seguir tomando medicina, está harta de tomar pastillas. Está harta de vivir dopada. Está harta de tener depresión y que, en cada visita al hospital, haya la tentativa a ingresarla en una clínica psiquiátrica.

—No quiero volver ahí, no estoy loca, solo no quiero... solo... —Da un sollozo quebrado, bajando las manos y dando un respiro doloroso. Abre el frasco para tomar una de las pastillas. Son bastante grandes, gruesas y difíciles de tragar.

El sabor se le queda en la lengua, la garganta rasposa y acaba siendo insoportable por tener que tomar más de una por día. Mira a Holly un instante, quien mantiene los enormes ojos negros en su dirección. Levanta en dos patas, insistente por ser cargado.

Quiere consolar a su dueña.

Ella siempre está triste y eso no le gusta.

Por más que intenta animarla, ella está triste.

Va a buscar agua, se toma la pastilla y tras unos minutos de solo ver su mano, los dedos de borde rojo de tanto morder el pellejo en torno a la uña y el temblor manifestado en el agua, vuelve a la mesa y se toma otra pastilla. Una más, una más, una más, ü̶͔͍͖̥͗͘n̶̝͑̈́ȁ̴̺͇̭̚ ̴͈͔̹͈̽͘m̶̰̬͊a̴͔̍͆̇́ͅs̴̢̳̘͕͠-


U̴̧̧̲̼̟͖͔͚̜̱̪͓̤̣̽̄̈́̈̂́͜n̵̛̦̺̥͖̝͛̀̃͊̀̃͜a̶̹͚͚̦̟̝̞̲͎̅͊̆̉̀̉̂̓̎͝͝ ̶̡̟͖̲͙͙͖̗͍̦̘͈͓̓̈́͆̉̾̀̈̒̾͆͑̈́͗͌̿̕͠m̵̛̰̪̅̓̌ą̶̲̭͕̪̗́̽͒̂̂̄͜ͅs̵̯̭͔̺̮̿̓̏̑͐̔̓̎̍̐͌͘͝͠


Deja el vaso en la mesa y empieza a toser con desespero. Ahogada y en pánico de darse cuenta de lo que acaba de hacer. Por más que intenta provocarse el vómito, no lo consigue y en su frustración da un grito ahogado, jalándose el cabello; queriendo hacerse más daño por considerar que lo merece por ser tan estúpida.

Sentirse mareada, tonta y casi borracha. Se sienta en el suelo, con Holly lamiéndole parte del rostro. Lo abraza, gimoteando y temblando con un frío insano que la hace sentir incluso más vulnerable. Toma el celular y a pesar de treinta intentos fallidos de llamar, pues su mano tiembla demasiado y es incapaz de detallar los números o nombres, consigue el contacto que necesita.

~ * * * ~

Se quita las gafas y masajea el puente de su nariz. Ya es tarde, no debió traerse trabajo a casa. Era obvio que acabaría siendo una forma de impedirla descansar el tiempo necesario. Llama su atención el celular vibrando a un lado. Suele quitarle el sonido cuando pasan de las diez de la noche.

Considera que es su tiempo personal y privado donde otros pueden esperar. Rara vez la llaman a su celular, suelen ser mensajes y esos también los ve en la computadora. Lo toma y levanta una ceja al notar que es Yoonji—Pensé que estaría en el hospital más tiempo—. Contesta y deja la computadora a un lado, quitándose los calcetines y deshaciéndose el moño mientras camina en la espera de que escuchar algo al otro lado. Aparte de la respiración pesada de Yoonji.

— ¿Llamaste por accidente? —pregunta Namkyung—. ¿Estás bien? No creí que te dieran de alta hoy, tampoco nos avisaron a pesar de que pedimos que lo hicieran. Ir de ahí a tu casa sola debió ser complicado... ¿Yoonji? ¿Estás ahí?

Suicide Line || NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora