21º Llamada: Vergüenza y decepción

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Da toques constantes a la puerta. El lugar es muy bueno. Mejor que la zona en la que vive. Aguarda a que haya alguna respuesta sin conseguirlo en lo absoluto. Suspira y saca el celular de nuevo. Va a gastarse todo el crédito en Namkyung. A pesar de que llama a casa, no contesta nadie. Lo más gracioso es que el teléfono suena tan fuerte que capaz de escucharlo donde está ahora.

Se junta más a la puerta, llama al celular de Namkyung. Cree escuchar el tono. No está del todo segura y solo le confirma que hay alguien dentro además del perro escuchar una queja demasiado fuerte. Es decir, un grito. Vuelve a insistir en los toques a la puerta al mismo tiempo que el timbre.

Mira a los lados. No hay nadie fuera y el siguiente departamento está a una distancia considerable. Toma un respiro, se trata de infundir valor hasta que finalmente hace lo único que se le ocurre como solución:

— ¡Namkyung! ¡No me importa si estás cogiendo! ¡Contesta el teléfono!

Se asoma abajo. Apenas hay una señora mayor paseando a su perro. Ella saluda desde abajo y por ser cortes le corresponde el gesto. Vuelve hacia la puerta y golpea con más fuerza la puerta hasta que finalmente escucha que la abre.

En un principio, creyó que realmente le estuvo interrumpiendo el momento, pues va muy falta de ropa, pero a medida que sus ojos procesan la imagen, da cuenta de que no es así. Ladea ligeramente la cabeza. Namkyung está extraña y desprende un tufo terrible. Se aclara la garganta, con ella viéndola con ojos entrecerrados y gesto fastidiado.

—Te estuvimos explotando el celular. Necesitamos que- ¡HEY! —Namkyung entra al departamento, ignorándola. Entra, cerrando tras de sí y arruga la cara, cubriéndose la nariz con la mano y buscando alguna ventana. Huele fatal—. ¿Cuánto tiempo tienes aquí metida? ¿Qué acaso no saliste? —Apresura en ir a la ventana para abrirla y que el olor salga. Hay música en la habitación, lo suficientemente fuerte para que nada en la sala de estar se oiga. Entre ello, el teléfono y el celular puesto descuidadamente en una mesa.

Namkyung no le responde, en la cocina con una copa más llena de lo que debería y haciendo burbujas en el líquido. Yoonji torpeza y levanta lo que hay en el suelo. Lo levanta y frunce la expresión. Es el vestido de flores, pero muy sucio. Tiene tierra, comida y está húmedo. Llovizno un poco temprano ya penas hay uno que otro charco por ahí.

¿Por qué está sucio de todos modos? Lo recoge junta a la chaqueta de jean que no está mejor. Los botines llenos de fango, ligas para el cabello y una de las botellas que debe de haberse bebido ya. Exhala, el aire está más limpio ahora. Holly y Rapmon está en un rincón viéndose fijamente. Tratando de identificar si es amigo o enemigo.

—Eh... ¿Qué pasó? Creí que estarías en tu cita tal vez, quizá menos... desastrosa. —dice Yoonji con lentitud a medida que se acerca, dejando la ropa en el sofá. Cuando ubicara la lavadora tiraría todo dentro.

—Ah, sí, eso—Eructa hacia dentro y se vuelve a arquear hacia el mesón. Namkyung va en ropa interior únicamente. Yoonji parpadea repetitivamente. Sus senos se ven enormes cuando no hay nada aparte del sostén—. SÍ fui.

— ¿Entonces? ¿Qué tal te fue? ¿Estuvo bien? —pregunta Yoonji sin comprender por dónde van los tiros aquí. Namkyung sabe dónde detenerse para no estar muy mal. Quizá estuvo bebiendo de gusto y se olvidó o todo fue mal. No sabe que opción puede ser. Le entrega a Yoonji la copa y toma la botella para ella, caminando hacia la habitación bebiendo—. ¿Me vas a seguir ignorando estando justo aquí o...?

— Si tanto te molesta vete.

Chasquea la lengua dejando la ropa a un lado y a pesar de que salta, no alcanza a quitarle la botella que levanta a propósito por encima de su cabeza.

— ¡Venga ya! ¡¿Qué tienes?! ¿Qué...?

—A veces me pregunto si todos quienes se acercan son así—Empieza a decir con un puchero apenas marcado. El maquillaje apenas caído—. Es como sí... nunca hay alguien bueno que quiera acercarse. No entiendo si es que hago... algo mal o qué sucede—Da toques a sus labios con la botella, sentándose en la cama—. No importa si es un hombre o una mujer, todos quienes se acercan es lo mismo y yo no sé qué hice mal para que me quieran tratar así.

Yoonji consigue quitarle la botella de la mano, Namkyung moquea y se limpia la nariz y los ojos, con el apenas coloreado negro cayendo por igual. Se recuesta de la pared a un lado, cerca de ella. Está repitiendo mucho y cuesta sacar nada claro de lo que habla. Ladea la cabeza, con las manos entre las piernas y viéndola demasiado fijo.

La curva de los senos apretados en el sujetador, las piernas descubiertas y medio estiradas con cuantiosos lunares. Se muerde el labio inferior, distraída por lo complicado que es comprenderla.

— ¿Qué te hizo? —pregunta sacando eso en claro. Algo malo pasó. Por eso está preguntándose si es su culpa.

Gesto que no puede ser bueno.

—Quería acostarse conmigo—Se acomoda un mechón de cabello tras la oreja, teniendo aun algunas trenzas hechas—. Me estuvo tocando todo el rato y creí que tal vez mejoraría si le explicaba que no y... —ríe sin gracia, aún más llorosa—. Soy una perra mal cogida, una fastidiosa, que solo tengo lo que tengo por mostrar las tetas...

La lista se vuelve tan larga que duda que sea de esta ocasión. Debe estarlo mezclando con otras tantas situaciones. Yoonji suspira con gesto penoso. Namkyung tiene una suerte fatal para las citas, terrible y escalofriante. Quisiera decir que es su culpa por ilusionarse demasiado, pero en realidad considera que recae en la otra persona por ser tan cortante e imbécil por tratarla mal notando lo emocionada que está.

No se le debería hacer a nadie. Aún no sabe de dónde salió el fango, la comida y la tierra en la ropa de la más alta.

—Soy alta, soy fea, soy fastidiosa y no importa cuánto intente aceptarme de la forma en que soy, nunca voy a ser perfecta para nadie, ni siquiera para mí misma. —Concluye limpiándose una mejilla.

"Perfección".

—Supongo que por eso solo mis senos llaman la atención y nada más.

—Eso no es cierto.

—Es lo único en lo que se fijan o en que tengo piernas "bonitas". Es lo que a Jin le gustaba. Que tengo dinero, que tengo cierto reconocimiento. Realmente a ninguno le importo. En ningún momento he importado. Solo... No soy buena para que nadie se fije en otra cosa. No soy perfecta.

Yoonji arruga la cara. Desconocía totalmente que Namkyung tuviera tanto empeño por ser perfecta. Que esa realmente fuese su meta personal a la hora de tener tantos logros. Ser "perfecta". Resulta tan ambiguo que ni siquiera es capaz de empatizar con la idea de Namkyung.

Porqueen la cabeza de Yoonji, Namkyung ya es perfecta y muchísimo más apesar de que no es capaz de darse cuenta de que lo es ahí.

Suicide Line || NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora