5° Llamada: En vivo

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—Empiezo a arrepentirme de esta decisión.

—Aun no han pasado ni cinco minutos desde que llegamos Yoonji. —ríe Jimin, enternecida y divertida por la cara enfurruñada de su acompañante. Es una pena, pero las dos van a lugares totalmente opuestos en la pequeña agencia.

Mientras Yoonji tiene un estudio de tamaño considerable y se encierra ahí hasta pasar más de la mitad de su tiempo de vida, Jimin está al lado contrario siendo coreógrafa, vocal de apoyo y bailarina cuando hacen falta en los contados grupos de la agencia. No es muy grande.

Van bien y en un principio apenas existían. Sin embargo, últimamente les está yendo mortalmente bien. Considerando que este es un nuevo edificio pueden imaginarse el nivel. Yoonji mueve un poco su melena, causando enternecidas risitas en Jimin.

—Me encanta. Estas tan linda que te quiero comer a besos. —La apretuja sin ninguna clase de compasión. Yoonji da palmadas al brazo para ser liberada de una vez.

—Supongo que tienes algo que hacer.

—Sisisisi, en realidad sí. Avísame cuando salgas. Llamo a Kookie para que vayamos a comer. Le está yendo bien en su experimento.

— ¿El de ser gamer? — Jeonggoo es una mujer especialmente extraña para la estima de Yoonji. Tiene una voz de infarto, sabe bailar genial, tiene un físico con el que nadie se pensaría siquiera meterse por temor a perder un diente... Y la muy rara es ilustradora. Quizá es ser quisquillosa, pero tiene la impresión de que hay un potencial desperdiciado a raudales en esa persona.

Por no decir que lo demuestra sacando un cover casi cada mes -dedicado a su novia-, y ganando mucho gracias a ello. Sin mencionar que es la diseñadora gráfica de la empresa.

—No—Da una suave palmada—. El de hacer un mural enorme en la sala. Es horrible porque huele a pintura en todo lado, pero está quedando muy lindo.

—Ah... —En algún momento se lo dijo, siempre recuerda esa estupidez que dijo Jeonggoo estando borracha. La de querer ser una gamer.

Jamás podrá olvidarlo. Es sencillamente imposible.

—Te veo más tarde. Adiós~

Tras esa pequeña despedida Yoonji prosigue su segunda cueva. No tiene muy en claro cuánto tiempo estuvo allí, solo que fueron horas y horas de sus ojos friéndose violentamente por las pantallas de la computadora y demás aparatejos en el estudio. Sale de su morada únicamente porque su estómago exige a grito pelado que lo alimente y dado que esta vez no tiene la concentración para ignorarlo no tiene más opción que cumplir con ese pedido.

Puede decirse que fue una jornada monótona. No hizo la gran cosa en términos de extensión, pero si lo suficiente para no sentirse insatisfecha o que perdió el tiempo al venir. Llama a Jimin, siendo contestada con música estridente y la voz jadeante. Toma sus pertenencias y se dirige a la salida para aguardar e irse.

—Yoonji es bonita, pero siempre usa la misma ropa. Qué horror. Ni siquiera cuando hay que venir bien ella lo hace.

—Que importa. No es la gran cosa. Es sosa.

—Es que se nota que tiene piernas bonitas y quisiera verlo. Seguro son suaves.

— ¿Algo más que ver?

—Si no usará suéteres tan grandes al menos podría ver si tiene pecho o es una tabla. Aunque con lo niña que se ve posiblemente sea más tierno que otra cosa.

Su expresión incómoda no hace sino acentuarse. Ese tipo no deja el fastidio con querer verla. Rara ocasión va con ropa que no sea ancha o que sea más típica de una mujer como Jimin. Faldas, blusas, vestidos. Tiene en su armario, pero jamás los usa. No le gustan. Prefiere pantalones, suéteres, camisas y esa línea exacta de prendas. Es más cómodo y ciertamente no deja a la vista para nadie como es.

Suicide Line || NamGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora