Blake
El primero que caiga, o el primero que muera...
Sin duda hoy no iba a morir yo. Y tampoco iba a caer.
El tipo enorme frente a mí, tenía una expresión de malote plasmada en toda su fea cara. Parecía muy seguro de si mismo, el estúpido quería intimidarme, con esos movimientos que hacía; mover la cabeza de un lado a otro y apretar sus puños. Imbécil.
Tomé un paso hacía adelante y dí brincos en mi lugar, para no perder mi temperatura, troné mi cuello y estire mis brazos, apreté y cerré los puños constantemente.
—¡Peleen!—dió inicio a la pelea el presentador.
La adrenalina de lo que se avecinaba me zumbó en los oídos, mi sangre comenzó a correr más rápido y la cara me picaba. Me sentía vivo.
El destructor de Michigan..., en los cinco minutos que tarde en cambiar mi ropa, Archie se encargó de contarme algo de él. Tiene veinticinco años, se fracturó la cadera y no pudo seguir con su carrera de boxeador, era una promesa juvenil que no alcanzo el vuelo perfecto, para llegar a la cima.
Eran de esos patéticos peleadores que venían a estos tipos de lugares, solo para tratar de demostrarse que aún tienen lo que se necesita, cuando no es así.
El grandulón tomó impulsó y quiso estampar un golpe en mi mejilla, pero fuí más rápido. Me hice a un lado y yo pude darle en la mandíbula, él sacudió la cabeza y trató de darme otro golpe, el cual volví a esquivar.
Cada golpe que él trataba de darme, yo no lo recibía, él por el contrario ya tenía el ojo inflamado y el labio roto.
La situación en verdad me parecía graciosa, llevábamos al rededor de diez minutos aquí y él no había podido tocarme ni un pelo.
Me quedé parado en mi lugar, tratando de apaciguar mi respiración agitada. En cambio mi contrincante parecía ya no resistir más.
Él estaba desesperado y enojado, podía verlo a la perfección. Él iba a explotar. Dió una respiración fuerte y corrió, sí el ridículo corrió. Me sujetó de los hombros y me sacudió
Solté una carcajada que no pude reprimir.
Giré la cadera y alcé el codo, el impacto completo fue en la mandíbula. Él cayó al suelo, le jale el cabello y le dí un puñetazo en la nariz, luego una patada en el estómago y solo soltó gemidos de dolor.
—Vamos ¿Eso es todo?—sonreí—Que aburrido.
—Un principiante cómo tú, no me va a ganar—se levantó lentamente y volvió a caer.
Me reí—¿No lo ves? Ya he ganado. Tu ojo izquierdo está tan hinchado que está cerrado, lo que significa que tu visón es deficiente. Tu nariz no a dejado de sangrar, te duelen las costillas—lo miré desafiante—Lo sé, porque no has dejado de cubrir esa zona tontamente—lo miré a los ojos desde arriba—Estas en el suelo y yo estoy aquí arriba. Gané.
El hombre que había presentado la pelea anteriormente, se acercó y contó del uno al diez. Él no logró levantarse.
Me puse de cuclillas.
—Ya no lo tienes—le dije mientras el hacía muecas de puro dolor—. Tus cortos y patéticos años de gloria terminaron.
Corrí hasta el vestidor haciendo a un lado, a la gente que se me atravesaba en el camino.
Estaba decidido, iba a intentarlo con Scarlett, iba a dar todo de mí para que funcionará. Ella se lo merecía. No iba a permitir que nadie me la quitará y si para lograr eso tenía que gritarle al mundo que era mi novia, entonces iba hacerlo.
Abrí la puerta y solamente encontré a Phillippe sentado en el único sillón de la habitación, con un vaso de whisky en la mano.
—Excelente pelea—me felicitó—Un poco bestial, pero excelente. Acabas de alimentar las retorcidas mentes de un montón de gente con dinero, llenos de frustración, que desean ver sangre, oir huesos romperse y oler la desesperación del dolor.
—Eres un demente.
—No soy diferente a tí—dijo dando un trago al vaso.
—Te equivocas, yo nunca lastimo por placer.
Se levantó.
—¿Estás seguro?—caminó hasta mí—.Porque ahí en la lona ví todo lo contrario. La viveza que te provocaba que él estuviera en la cuerda floja. Que sufriera ante tus humillaciones, disfrutaste verlo tirado, te regocíjaste en su miseria, de demostrarle tu superioridad. Te pareces a tu padre y no eres demasiado diferente a mí... Después de todo, somos sangre.
Se fue dando un portazo.
No, yo no era como ellos.
Me vestí con la ropa, con la que había llegado y salí del vestidor, buscando entre la multitud la melena roja que tanto me gustaba acariciar.
No la veía por ningún lado. ¿Dónde estaba Cher?
Ví a Cobra salir del establecimiento y lo seguí. Esquivé gente y logré salir del Classic.
—¡Archie!—le grité y él volteó—¿Dónde está Cher?
—Esta en su auto—trotó hasta alcanzarme—Escucha Blake, no sé que le dijo Phillippe, pero ella salió muy...rara, enojada como, decepcionada. Así que ten mucho cuidado de lo que vas a decirle.
—Estoy listo—dije decidido.
—¿Qué?—preguntó sin saber a lo que me refería exactamente.
—Scarlett no es Nelly, ni ninguna otra de mis anteriores novias. Ella es muy diferente, no se merece que la siga lastimando. Y no estoy dispuesto a que ni Colton, ni Phillippe quieran quitarmela. Voy a pedirle que sea mi novia.
Él permaneció petrificado.
—Yo...¿Te pegaron muy fuerte?—me examinó la cara—¿Te caíste camino acá?
Rodé los ojos.
—Hablo en serio imbécil.
—Esto es muy sorpresivo, pero está bien. Yo también creo que ella es diferente, es buena para tí Blake, pero si vas a empezar esto con ella, hazlo bien. Deja a un lado toda esta mierda, concéntrate en tu carrera profesional, no en estás peleas clandestinas para gente rica. Encontraremos otra forma para poder pagar la cirujía de Alinor, ve a terapia, sana y mejora, para tí y para que puedas disfrutar con ella.
—Estoy bien Archie, no necesito terapia. Phillippe me dará el dinero y cuando terminé de pagarle, me alejaré de él.
—Blake...—trató de contradecirme.
—Todo está bien Archie, en serio.
—Piénsalo—me dejo en la nube de la pregunta—Ahora ve con ella—hizo un movimiento de cabeza señalando el auto donde estaba Scarlett.
Todo iba a salir bien, todo estaría fantástico, mientras Scarlett estuviera conmigo.
෴
N/A: Helloooo, espero que estén genial, muchas gracias por leer, comentar y votar. Apartir de hoy estaré actualizando una vez por semana, como desde antes, así qué, nos leemos el próximo viernes. Les quiero chiques. ♥️
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Lo Que Somos
Teen FictionY me destruyó de la manera más maravillosa y aterradora de todas, porque beso mi alma, llevándose las alegrías, las motivaciones y esperanzas. Porque desnudo mí interior, convirtiéndose en una necesidad...tan fácil me arrancó el corazón. Destruyó mí...