Capítulo 23 "El cumplido"

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Scarlett

—¿Quién eres?—preguntó la madre de Blake

—Me llamo Scarlett—le extendí la mano y ella la aceptó con educación—Soy una compañera de la universidad de Blake.

—Vaya—se sorprendió por algún extraño motivo—¿Qué estudias?

—Derecho penal.

—Al igual que Blake—sonrió la mujer. 

—¿Eres...su novia?—preguntó con pena.

Negué con la cabeza varias veces—No, solo soy una conocida.

—¿Qué hacías con mi hijo?

—Él...—Claramente no iba a decirle que su hijo fue a buscarme para saber mi decisión, sobre su propuesta de revolcarnos—. Pasó por unos apuntes de clase a mí trabajo, olvidó algo y cuando lo encontré...estaba tirado

—Muchas gracias por estar ahí, mi hijo normalmente no habla de sus cosas personales conmigo, es muy reservado con todo eso. Siempre estoy en la incertidumbre de dónde está, qué está haciendo o con quién está. A veces siento que no me quiere.

—Así somos los jóvenes señora—Traté de consolarla—. Mi madre tampoco sabe lo que hago la mayor parte del tiempo, pero eso no significa que no la quiera.

Sonrió con tristeza—Seguramente tienes razón—Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, puse mi mano sobre su hombro, en un gesto de apoyo.

—Estará bien.

La mujer se acercó y me abrazo. Me tomó totalmente desprevenida, pero no la aparte, la abracé y dejé que llorara.

Esto me recordó a mi madre. Habían veces en las noches que la atrapaba llorando en la cocina, bebiendo una copa de vino, mientras veía el cóctel de medicinas que tomaba Leigthon todos los días. Yo solamente la abrazaba y me tragaba las lágrimas, sabía que no podía derrumbarme frente a ella o frente a Leigthon, los dos necesitaban verme bien. Era lo que pasaba ahora, la madre de Blake no podía verme llorando, simplemente la alteraría más de lo que ya estaba.

—Lo siento, fue muy imprudente...—se alejó de mi con la cara roja y las mejillas mojadas.

Le dí una sonrisa que pudiera tranquilizarla—Esta bien, no se preocupe. Me gustan los abrazos—solté una risita. Ella también rio un poco.

—Familiares de Blake Jones—. Una doctora Rubia con un traje de cirugía estaba en el pasillo. La madre de Blake corrió hasta ella.

—Soy su madre doctora

—Su hijo está bien—dijo y yo pude soltar el aire que sin saber estaba sosteniendo—Tuvo una hemorragia interna, afortunadamente llegó a tiempo. Tiene tres costillas rotas, va a necesitar mucho reposo.

—¿Puedo verlo?

—Claro, en un momento lo bajan a piso, el enfermero le dirá cuándo pasar, con permiso—se fué

Mi celular vibró en mi bolsillo del abrigó. Miré la pantalla. Era mi madre, ni siquiera tuve cabeza para decirle el porque de mi tardanza. 

—Hola mamá

¡¿Dónde estás Scarlett O'Conell?!—bramó mi madre al otro lado de la línea.

—Estoy...

—¡Juro que cuando llegues a casa te encerraré un año entero!

Estoy en el hospital

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