Lo Que Somos

Capítulo 45 "Una parte de ti"

Scarlett

No era un nudo. Era una roca lo que se me había instalado en la garganta. No se me revolvió el estómago, me ardió, como si me hubiese tragado una bola de fuego que ahora hacia una fiesta en mi interior.

Me dí la vuelta sin mirar a Colton y toqué la puerta del baño.

—Beth...—la voz me tembló y mi garganta se seco, tanto que las palabras apenas y fueron tangibles. La música era tan fuerte que apenas y yo me pude escuchar—¡Beth!—grité y toqué más fuerte—¡Beth!—seguí suplicando con todas mis fuerzas—Beth...—el llanto salió de mi sin poder evitarlo, mi voz ya no era nada.

El pecho me dolía, me dolía como si alguien me hubiera golpeado.

La puerta del baño se abrió y solo pude llorar.

—¿Qué pasó?—preguntó una Elizabeth muy ebria.

No podía hablar, solo podía sentir el dolor que me recorría cada fibra del cuerpo, era impotencia, coraje y tristeza. Estaba temblando, me sentía débil, tan débil como el diente de león que pierde sus hojas con el más suave de los alientos.

—Ya no quiero estar así—fue lo único que pude decir—Quiero olvidarlo, quiero sacarlo de aquí—me apreté el pecho con la mano, dolía tanto—¿Por qué Beth?—le pregunté a mi mejor amiga—¿Por qué no me eligió a mi?—un sollozo se me escapó.

Beth sin preguntar nada, solo me abrazo y con cuidado me hizo sentarme en el piso del baño.

—Él no es para ti y tú no eres para él—fue lo único que mi amiga dijo. Ella sabía a lo que me refería sin siquiera decirle.

Maldita sea, tenía tanta razón, me había aferrado tanto a él, que por un momento creí que podríamos encajar.

—¡Scarlett!—la voz de Colton me llamaba—¿Estás bien?

Nunca había escuchado una pregunta tan estúpida.

—¿Es imbécil o qué?—preguntó Beth en voz baja—¡Está bien!—le respondió Elizabeth—¡Ya vamos!

Ahora estaba furiosa, el dolor ya se había ido de un segundo para otro, ahora solo sentía una inmensa furia que estaba carcomiendo cada célula de mi sistema. Con mis manos sequé las lágrimas que salían sin parar de mis ojos.

—Salgamos—le dije a Beth.

—Sí...yo creo que no—se levantó mi amiga a la par que yo—Corrreré a esta gente y, tú y yo nos iremos a dormir.

—No hace falta—me acomodé el vestido.

—No te estoy preguntando—habló en serio—. Quédate aquí, date una ducha, traeré una pijama para que te metas a dormir—ordenó y se fue.

Yo estando ebria tenía muchos cojones, así que sin acatar la orden de mi amiga, salí del baño, donde me encontré a Colton recargado en la pared frente al baño.

—¿Todo bien?—preguntó preocupado.

—Maravilloso—fingí.

—Lo siento Cher, no debí decirte...—

Con un solo y largo paso me acerqué a él y le bese. Esperaba algo de Colton, exepto que me hiciera a un lado.

—No Scarlett, yo no soy el premio de consolación de nadie—dijo molesto—. Mucho menos la venganza.

—Bien—sonreí—¿Vas a decirme que no deseas tocarme?—me hice a un lado el cabello que me caía por los hombros—¿Nunca has pensado en cómo follarme?—habló mi despecho—¿No quieres entrar a esa habitación conmigo y desnudarme?—señale una de las habitaciones.