Capítulo 25 "Morpho azul"

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Blake

—¿A qué estás jugando?—preguntó al otro lado de la habitación.

Sonreí de medio lado. 

—No te pongas sentimental. ¿O me vas a decir qué realmente estás enamorado de ella?

—Yo...—cambió el peso de su cuerpo al otro pie.

—Colton, no puedes estar enamorado de Scarlett—le dije la cruel y pésima verdad—apenas y han cruzado palabra unas cuantas veces.

—Ella no sabe cómo eres—ahora se mostró firme—.Yo sí. No me trago eso de que te irás con calma y harás las cosas bien. Solo trato de ayudar.

—Por eso eres unos de mis mejores amigos—concordé con él.

—¿En serio harás todo esto por una follada casual?

—Claro que no. Scarlett se acaba de convertirse en mi reto personal.

—¿Qué va a pasar después de conseguir lo que quieres?

—Pásartela a tí—dije burlón

En silencio Colton se acercó a la puerta y cuando estaba apunto de irse habló una vez más:

—Juega bien tus cartas, puede que salgas perdiendo.

Mi madre entro a la habitación, con una mochila

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Mi madre entro a la habitación, con una mochila. Su sonrisa lánguida la acompañaba junto con unas violáceas manchas debajo de sus ojos azulados.

—Te traje ropa, vamos a cambiarte—me dijo dejando la mochila a los pies de la cama. 

—¿Vamos?—le pregunté—Voy. No soy un bebé Lidia.

—Estas lastimado, no vas a poder sólo—insistió

—Pase una gran parte de mi vida haciendo las cosas por mí mismo. Tres costillas rotas no me van a limitar.

—Eres tan testarudo como...

—No digas algo de lo que puedas arrepentirte Lidia—le dí una mirada fría con la voz cargada de advertencia.

Me vestí con los pantalones de chandal gris y la camisa negra que me había traído mi madre. Lidia firmo todos los papeles para que el alta fuese dada de una vez y, salimos—por fin—del hospital. Tenía planeado ir a buscar a Philippe y arreglar cuentas con él, pero mis planes se vieron frustrados cuando sin querer, me quedé dormido en el taxi, que compartía con mi madre. Cuando ella me despertó estábamos frente a su casa.

—No voy a entrar—me rehúse a salir del auto

—Por favor...

—No quiero—me resistí cuando tiró de mí brazo.

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