Scarlett
—¡Mierda!—escupí cuando otro cólico arrasó en mi abdomen bajo.
Estaba sola en mi habitación y no había nadie en casa. Mamá se había llevado a Leighton a comprar la despensa.
Necesitaba levantarme ahora.
Tome toda mi puta fuerza y me sostuve del buró, respiré y puse los pies en el piso.
Caminé despacio con un rastro de dolor aún.
Abrí la puerta de mi habitación para bajar a la cocina y buscar un analgésico.
Me aferré al barandal de las escaleras sintiendo que en cualquier momento mis piernas fallarían.
«Odios los cólicos»
Busqué en cualquier cajón habido en mi casa, pero no habían analgésicos por ningún lado.
Genial, tendría que ir a la farmacia.
Tome mis llaves y me puse el abrigo sobre mi camisón corto de satén.
Era lo único que me daba libertad con el periodo.
Bajé las escaleras del porche y tenía que caminar bastante para llegar a la farmacia, así que era mejor idea llamar un Uber, pero entonces antes de que pudiera sacar el celular otro dolor intenso me atravesó el abdomen.
—¡No!—me quejé cuando el dolor permaneció más tiempo—¡Carajo!—dije cuando no solo una, sino dos punzadas me alcanzaron.
«¿Qué demonios pasaba?»
El calor del dolor se extinguió, el frío que me rodeo entera al sentir líquido escurriendo por mis muslos con lentitud.
Pero si ya me había puesto una toalla sanitaria...
Miré hacía abajo y ví el piso de la entrada manchado con un charco pequeño de sangre.
—¡Scarlett!—la voz femenina me hizo reaccionar.
—Beth...—mis ojos se llenaron de lágrimas por el miedo y alivio que sentía al verla—No sé que está pasando...—lloré sin dejar de mirar el suelo.
—Tranquila—me agarró los hombros—. Iremos al hospital—trató de llevarme a su auto.
—¡No!—me negué—. Tengo que ir...—no pude terminar, el dolor me interrumpió—, al banco...yo necesito conseguir...
—No es una maldita discusión—dijo Elizabeth—. Vamos.
—No puedo—dije con poco aliento—. No tengo dinero, solo quiero un analgésico, tengo el periodo, es normal...
—Te estás desangrando—exageró—, tus periodos no son con este sangrado tan abundante Scarlett, algo no está bien...
«Algo no está bien»
Y viaje en el tiempo recordando que esas mismas palabras había usado mi madre cuando Leigthon empezó a enfermar.
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Lo Que Somos
Teen FictionY me destruyó de la manera más maravillosa y aterradora de todas, porque beso mi alma, llevándose las alegrías, las motivaciones y esperanzas. Porque desnudo mí interior, convirtiéndose en una necesidad...tan fácil me arrancó el corazón. Destruyó mí...