Capítulo 31.

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Bueno, en comparación con la extensión de los demás capítulos, este es larguito, así que espero que lo disfrutéis.

Por otra parte, perdonadme si veis alguna falta, o fallo, tengo que ir escribiendo y revisando cada capítulo, y a veces se me escapan algunas, pero voy releyendo los capítulos y corrigiendo.

A disfrutar.Fondly.❤️

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Cuando acabamos de desayunar, dando gracias por que no han seguido hablando del tema de siempre, es decir, tema Thiago y Becca, recogemos todo.

A pesar de no aguantarlos a veces, o más bien, la mayoría del tiempo, les estoy cogiendo cariño. 

Al salir de la cocina, los chicos se disponen a hacer lo que Thiago les ha mandado. Yo y Eric, por el contrario, nos vamos hacia el cuarto de curas. Eric viene a mi lado, y nos dirigimos los dos hacia el rellano, donde se encuentran todas las habitaciones, pero me interrumpe la voz de Thiago llamándome. Se acerca a mí cuando me doy la vuelta, y espero a que hable. Agacha la cabeza hacia abajo para verme.

— Cuando acabes ven a mi despacho, por favor.

— Está bien. —Asiento, y el repite mi gesto, luego se aleja, y yo me giro de nuevo hacia Eric.

— ¿Qué pasa? —me pregunta haciendo una mueca.

— Nada, solo me ha dicho que vaya al despacho luego.

— Vaya, eso es que tienes premio. Siempre he querido hacerlo encima de una mesa. —dice tan tranquilo. 

Le doy un leve empujón, y abro la puerta de la habitación.

— No se te puede decir nada, a la mínima te ofendes.

— Sí claro hombre, ahora el problema es de la que no dice nada, y no del que no para de hablar de lo mismo todo el tiempo. 

— Bueno, ¿que le puedo hacer? 

— Túmbate anda. —digo dando varios toques en la camilla, cuando ya estoy sentada en la silla de al lado de esta.

— Como usted diga, doctora. —No puedo evitar reírme.

— ¿Sabes? Eres el prototipo ideal de mi amiga Lucy.

— ¿Quién era esa?

— Pues mi única amiga, Eric, ya te he hablado de ella alguna vez.

— Ah, la que te obligaba a ir a una cita con un chico que no conocías el día que te cogimos.

— Sí, esa misma.

— Bueno, ¿y por qué?

— No sé, le encantarías, estoy segura de que se enamoraría totalmente de ti al segundo de conocerte. Le gustan rubios de ojos azules, divertidos, y con ese toque picante.

— Vaya, acabas de definirme. —dice subiendo y bajando las cejas.

— Si. —dejo de mirarle, y le subo la camiseta, le corto el vendaje, y comienzo a curarle.

— Algún día podría conocerla. —dice mirándome.

— Ojala, pero dudo que eso pase. —entonces, me entra el bajón que no me ha dado desde hace más de un mes.

— Oye, quizás sí.

— Eric, ambos sabemos que no. —Acabo de curarle la herida, y le pongo con rapidez la venda, para irme de ahí, o en cualquier momento me echaré a llorar, y ni siquiera entiendo por que.

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora