Capítulo 34, parte 2.

638 30 11
                                    

Últimamente, los capítulos tienen demasiado de esto, pero bueno, creo que mejor para vosotras:

+18

_______________________________________________________

Después de estar por lo menos diez minutos llorando, abrazada a Thiago, decidimos meternos un poco en el agua. Yo nado por un rato de un lado a otro, mientras él solo me intenta cabrear de una y mil maneras. Desde intentar ahogarme, a cogérmela pierna bajo el agua cuando no espero y provocarle a mi corazón sobresaltos innecesarios, salpicarme con agua cada vez que mi cabeza asoma por la superficie.

A pesar de todo, debo admitir que hacia demasiado tiempo que no me lo pasaba tan bien.

— No sé como agradecerte todo esto. —digo subiendo al filo para sentarme.

— ¿Agradecerme el qué? —pregunta nadando de un lado a otro.

— Pues no sé, todo esto, nunca había vivido así, me estás dando toda la vida que he perdido estos años atrás.

— No tienes que agradecerme nada, de echo, no deberías darme las gracias por nada ni mucho menos, teniendo en cuenta que te secuestré, te quité la vida que estabas viviendo en ese entonces.

— La vida que tenía antes de todo esto no se parece en lo más mínimo a esto, en mi vida había estado nadando en un río, ni estado en ningún sitio a a la altura de esto.

— Bueno, me alegro entonces, muñeca. —dice con una sonrisa sincera en la cara. Se acerca a mí, y se sube de una vez, saliendo del agua, se sienta a mi lado, y luego se levanta. Se dirige hacia nuestra ropa.

— ¿Ya se ha secado mi ropa? —pregunto dándome la vuelta. Asiente en respuesta, y veo como coge su camiseta y la mía, y se dirige al centro del llano. Coloca ambas camisetas estiradas a lo largo en el suelo, y me hace una seña para que vaya.

Me levanto del suelo, y ando hasta su lado, cuando llego, se sienta, y da varios toques en su pierna para que me siente encima. Una vez ha estirado las piernas, me siento de lado en ellas. Tan pronto como lo hago, niega con la cabeza, y me coge ambas piernas, para darme la vuelta y colocarme cara a cara a él. Mis piernas descansan a cada lado de su cuerpo, y uno mis manos tras su cuello.

— Quién iba a decirme a mi que iba a estar así ahora mismo, hace tres meses. —digo mirando el cielo.

El día esta precioso, no hay ni una sola nube, y se nota perfectamente que es un día típico de verano. Hace bastante calor, pero es agradable habiendo salido ahora mismo del agua fría.

— La verdad es que si, nunca me lo hubiera imaginado ni creído. No parece que llevaras aquí ya tres meses la verdad.

— Se me ha pasado... no sé entre rápido y lento.

— A mi lento, es bastante complicado aguantarte. —dice serio. Entonces, le doy un empujón en el hombro y se ríe. Vuelco los ojos hacia el cielo, y me coge de la barbilla para que le mire.

— También me has dado vida dentro de esa casa.

— ¿Enserio? —le pregunto sorprendida. Asiente varias veces, y yo no puedo evitar sonreír alegremente. — Me alegro.

— No sé que nos deparará el futuro la verdad, pero a veces me preocupa.

— Lógicamente a mi también me preocupa, pero intento centrarme en el ahora, por que de lo contrario no dormiría posiblemente.

— Bueno, es cierto.

Thiago alcanza el collar de su hermana, que ahora me pertenece, y lo acaricia con los dedos.

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora