Y entramos en la tercer y última parte de la historia, ¿preparadas? Yo no.
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— He venido en cuanto Thiago me ha llamado, ¿estás bien? —dice Mia separándose de mi. Mira detrás de mi. — ¿Estáis todos bien? —pregunta con preocupación.
— Si, nosotros si. —digo aún con una de mis manos en su hombro.
— ¿Cómo que vosotros si? —pregunta confundida.
— Loren y Lucy están siendo atendidos. —dice Thiago.
— ¿Lucy?¿Cómo que está Lucy aquí? —Debe recordar a mi amiga por las veces que le hablé de ella cuando estuvimos encerradas.
— Ella venía a quedarse en la cama conmigo, igual que Maison. —señalo con la mirada a mi amigo detrás de nosotras, y Mia se da la vuelta.
— Vaya, lo siento no te había visto. Soy Mia, la hermana de Thiago. —dice con una sonrisa. — Maison asiente y le devuelve la sonrisa. — Siento mucho que pasara todo eso, no os dejan tranquilos. —dice medio abrazándome.
— Solo espero que Lucy salga ilesa de esta.
— Es fuerte, saldrá de esta seguro. —dice Maison.
— Eso espero. —digo yo dejándome hundir en el sofá.
— Por cierto, a ti tiene que verte alguien, estabas fatal cuando llegamos, no podías moverte. —dice Nicolas. Maldigo en bajo.
— No hace falta, estoy bien.
— ¿Lo estás? Entonces levántate o gira el cuello sin gemir de dolor. —dice Thiago a mis espaldas. Cierro los ojos en protesta.
— Solo estoy mal del golpe, además, los dos enfermeros están ocupados.
— No, hay uno que no. —dice Matt.
— ¿Cómo? —pregunto mirándole evitando girar demasiado el cuello.
— Eso, que hay uno libre. Solo está en la sala de curas esperando.
— De veras que no hace... —me giro hacia Thiago, y el cuello me la juega dándome un dolor punzante que hace que me encoja, cosa que todos notan.
— Id a por ese médico. —dice Maison. Mi propio amigo traicionándome. Lo miro mal, y el se encoje.
Tal y como esperaba, Marc se levanta y se va de la habitación. Siguen hablando de cosas en las que no pongo atención, mientras no puedo pensar en otra cosa que no sea mi mejor amiga en la habitación de enfrente.
A los pocos minutos, Marc aparece en la puerta, llamando a Thiago.
— Tenéis que salir los dos. —dice este.
Thiago se acerca a mi, y me rodea la cintura con un brazo, sujetándome fuerte para evitarme los dolores que el simple andar me causa. Ambos salimos por la puerta, y Marc nos deja solos fuera con el enfermero.
— ¿A quién debo analizar, señor? —pregunta este.
— A ella, no sabemos como calló, pero desde que se despertó apenas puede moverse.
— Si que puedo moverme. —digo mirándole.
— En fin, necesito que la revise, subamos arriba. —dice mientras comienza a andar en dirección a la escalera. El hombre nos sigue.
Una vez en la parte de abajo de las escaleras, Thiago me suelta para agacharse delante de mi y cogerme.
— No hacia falta...
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Jefe de la mafia.
RomanceThiago Henderson es una de las personas mas excéntricas que puedes echarte en cara, y no es ni más ni menos, que uno de los jefes de la mafia más importantes de todo New York. Sus manos están manchadas por los miles de crímenes que ha cometido. Pero...