Capítulo 47

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— ¡Chicos!¡Becca ya ha llegado! —grita Luc, desde la puerta interior del despacho. 

Casi al segundo, todos aparecen por el pasillo, y se acercan revoloteando hacia nosotros. Yo dejo una muleta apoyada en el umbral de la puerta de la calle, y me sujeto con la otra, impaciente por recibir a mis niños. 

El primero en llegar a mi es Luc, me estruja con tanta fuerza, que ni falta hace que me diga que me ha echado de menos. Cuando se va a apartar, los demás chicos tienen la maravillosa idea de abrazarme todos a la vez, rodeándome. Eric me abraza por detrás, y los demás por los lados y por donde pueden, acabando dejándome sin estabilidad, y menos aún con aire. Aunque realmente me importa lo más mínimo. 

No puedo evitar reírme felizmente de poder al fin estar con ellos. 

— Nunca pensé que podría echaros tanto de menos. —digo a la vez que se separan de mi. 

Thiago se coloca a mi lado, y yo me apoyo en él a la vez que Mia me da la otra muleta. 

— Oh, vaya, se nos pone cariñosa. —dice Marc. 

— Pues si, no he podido echaros más de menos.

— ¿Más que a Thiago? —me reta Loren con las cejas levantadas.

— Este busca romper parejas. —dice Nicolas. 

— En eso os supero a todos. —dice Thiago, con aires de superioridad y riéndose. 

Le miro de reojo, y él se ríe a la vez que arrastra hacia su lado a Mia. 

— Por cierto Mia, ¿Cómo estás tú? —pregunta Loren.

— Bueno, dentro de lo que cabe no podría estar más feliz, no me imaginaba nada más fuera de esas cuatro paredes.

— No puedo imaginarme lo difícil que ha tenido que ser, lo siento muchísimo. —le responde.

— Ojala no te hubiera tocado vivir eso, pero la verdad es que me alegro de que estés viva, aunque hayas tenido que pasar por todo eso... no sé se que suena... —intenta Eric apoyarla.

— Te entiendo tranquilo, lo cierto es que prefiero haber pasado ese tiempo encerrada mil veces antes que estar muerta. —dice Mia, sin dejar de sonreír.

Aún no la he visto sonreír abiertamente, pero la verdad es que me cuestiono mucho el hecho de si yo sería capaz de sonreír si quiera algo si hubiera pasado todo lo que ella.

Cuando Mia acaba de hablar, reina en la sala un extraño silencio, que decido romper.

— Creo que necesito una ducha. ¿Vais a hacer algo de comida? —pregunto en dirección a los chicos.

— De echo Marc estaba intentando hacer una receta nueva. —anuncia Matt a su lado.

— Wow, ¿y eso Marc?¿Tú cocinando? —le pregunto divertida.

— Pues sí, quería probar algo especial para cuando llegaras, para cuando llegarais.

— Entonces estoy segura de que te va a salir genial. ¿Cuánto le queda?

— Hombre pues claro, ¿es que esperabas menos de mi? —me responde con aires de superioridad. — Creo que te da tiempo de sobra a ducharte, quizás esté en una media hora o así.

— Genial, pues... me voy entonces a ducharme. Ya luego nos pondremos entre todos al día, ¿Vale? —digo colocándome mejor, para salir a andar.

— Te acompaño, deja que te ayude. —Thiago se coloca a mi lado, y me rodea la cintura, mientras comenzamos a avanzar con las muletas. Los chicos se hacen a un lado, y me dejan pasar.

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora