— Estás bien... —susurra contra mi.
Me abraza aún mas fuerte, y por fin me siento a salvo, protegida.
Me separo de él, y me coge de ambos lados de la cara.
— ¿Estás bien de verdad, no? —Asiento varias veces, y parece que la tensión que dominaba su cuerpo segundos antes, desaparece. — Perdón por no haber ido contigo en el coche, y no acercarme a ayudarte antes, Loren no me dejaba, estaba... perdí el control, siento que hayas tenido que verme así. Iba a subirme contigo en el coche, pero no me dejaron, como estaba tan alterado, me dijeron que era mejor que te dejara en el otro, y también quise ayudarte cuando bajé, pero Loren me cogió para hablar conmigo, la he liado.
— No importa, ya estoy bien, estamos bien, es lo que importa. —le regalo una sonrisa para tranquilizarle.
— Oye, tu camiseta, ¿Dónde está? Te vas a congelar.
Yo miro a mis pies, y me agacho para coger la camiseta, ahora mojada, y llena de tierra. Cuando la levanto, y la ve, se quita la sudadera que lleva, y extiende el brazo, ofreciéndomela.
— Gracias. —digo cogiéndola. Le miro ahora con una gran sonrisa, y me la acerco a la cara. Aspiro el olor, y me la pongo de una vez. Al momento, tanto el calor, como su aroma me envuelven, me abrazo a mi misma, y disfruto de la sensación.
— ¡Chicos!¡Deberíamos irnos! —grita Loren desde delante.
Miro a Thiago, y ambos nos dirigimos hacia el coche, de nuevo, cambiamos las posiciones, y volvemos a las de antes. Subo al coche con su ayuda, debido a que ahora mismo mi fuerza es inexistente, y me coloco al final, luego se suben él y Eric.
— ¿Cómo estás, mejor? —me pregunta inclinándose hacia delante, para verme por delante de Thiago.
— Sí, gracias a ti. —le digo con una sonrisa.
— Me alegro.
— Gracias por ayudarme. —me responde con un asentimiento, acompañado de una sonrisa acentuada, y me vuelvo a apoyar en el respaldo del asiento.
Giro mi cabeza hacia Thiago, mirando hacia el frente. Me acomodo en el asiento, y coloco mi cabeza en un hombro, entonces agacha la cabeza y me mira. Se acerca, y me deja un beso en la sien.
La puerta del piloto se abre, y entra Loren. Gira la cabeza, y me mira.
— ¿Cómo estás? —dice en mi dirección.
— Ya mejor, gracias por preocuparte. —le sonrío, y me devuelve una sonrisa algo más seria.
Se vuelve hacia delante, y arranca el coche. Miro hacia debajo, y entrelazo mi mano con la de Thiago, a él le pilla por sorpresa, pero me agarra igualmente.
Durante el camino intento no quedarme dormida, pero el estar sobre Thiago, y notar como me acaricia la mano con suavidad, hace que caiga a los pocos minutos de haber arrancado.
— Becca.
Abro los ojos rápido, y veo que solo estoy en el coche, hemos llegado a casa.
— Me he quedado dormida, lo siento. —Él niega, y me froto los ojos para ver mejor, miro a mi al rededor, y veo como ya todos se han bajado del coche, así que le hago una seña a Thiago para que se baje, lo hace, y yo le sigo. Me ayuda a bajarme del coche, y caminamos los dos hasta el despacho, donde están los chicos, esperando.
— Buenos, creo que os debo una disculpa a todos.
— Jefe yo... —dice Luc.
— Espera. —Thiago se separa de mí, y se dirige hacia la mesa, una vez allí, se apoya en esta, yo me acerco a él, y me siento en esta, con las piernas cruzadas.
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Jefe de la mafia.
RomansaThiago Henderson es una de las personas mas excéntricas que puedes echarte en cara, y no es ni más ni menos, que uno de los jefes de la mafia más importantes de todo New York. Sus manos están manchadas por los miles de crímenes que ha cometido. Pero...