Capítulo 12.

846 42 3
                                    

Cuando llegamos a Manhattan, Thiago me quita la venda, y deja que al menos ahora vea. Voy viendo las vistas que tanto me gustan de Manhattan, hasta que llegamos al centro.

— Ve preparándote. Estamos a dos minutos. —Yo me quito la sudadera, y me pongo los tacones. He ido todo el viaje descalza, por que si no, los tacones iban a acabar matándome.

Cuando aparcamos, miro por todos lados, hasta que veo donde vamos a ir, es exactamente la discoteca donde me encontré con Thiago hace un par de años, y la discoteca a la que solía venir Lucy cada que podía. Llevo sin verla ya casi un mes, no sé ni como puede hacer tanto. ¿Se habrá rendido en mi búsqueda? Supongo que sí.

Nos bajamos del coche Thiago, Loren y yo y nos dirigimos hacia la puerta. Al llegar, nos saltamos la fila de personas, y nos acercamos directamente al portero. Cuando pasan ellos dos primeros, el portero me coloca una mano en el estomago, y me para.

— ¿Dónde vas? —Entonces Thiago se gira y se acerca. Agarra la mano del portera y la aparta de mi con un manotazo.

— Ella viene conmigo. —Dice en tonon serio. El portero debe sentir el mismo miedo que siento yo cuando Thiago habla en modo te voy a meter una bala en la sien, porque se aleja.

— Lo siento. —Agacha la cabeza como gesto de disculpa. Thiago me rodea la cintura con el brazo, y me acerca a él, después de dedicarle una cara de clara molestia, avanza llevándome con él.

— Creo que has exagerado. —le digo en alto para que me escucha por encima de la música mientras avanzamos.

— Pues que no te hubiera puesto la mano encima. —dice a la vez que me coloca delante suya para que avance. Coloca ambas manos a cada lado de mi cintura, y me guía. Haría el intento de quitar sus manos de encima de mí, pero solo conseguiría cabrearle más, cosa de la que estoy harta. 

No tengo ni idea de donde está Loren, ya que se separó cuando paramos a la entrada con el portero. 

Al llegar a la barra, le veo buscándonos con la mirada. Yo levanto el brazo, y por fin nos ve.

— ¿Qué ha pasado, jefe? —dice cuando llegamos a su lado. Thiago retira sus manos de mi cintura cuando llegamos, y yo me siento en un banco que hay a nuestro lado.

— Nada, solo el gilipollas del portero poniendo las manos donde no debía.—Loren al instante me mira a mi, y yo me encojo de hombros.

— Bueno, muñeca, tu objetivo debe estar cerca. —Yo miro para el camarero detrás de la barra. Levanto la mano y cuando me ve, se acerca. Yo me acerco a él y le grito como puedo la bebida que quiero. Noto una mano en mi pierna y me giro.

— ¿Qué haces? —dice Thiago en alto.

— Pedirme algo, necesito estar mas suelta para hacer esto, no es tan fácil.—Me dedica una mirada de confusión y yo vuelvo a girarme hacia la barra, y espero hasta que el camarero me acerca la copa. Si encima estoy haciendo esto como un favor hacia él, o más bien, sin querer hacerlo, al menos que me pague una puñetera bebida. Cuando me deja la bebida delante, se lo agradezco. — Gracias.—digo con una sonrisa.

— A ti, bonita.

Me giro de nuevo hacia los dos chicos que tengo detrás con la copa enla mano.

— Poco más y se mete en el top. —dice Thiago mirando a otro lado.

— Vaya, pues no es mi culpa tener esta ropa puesta. —digo mirándoles a los dos en mi oportunidad diaría de quejarme de la ropa que me hacen usar.

— Oye, culpa mía tampoco. —me responde Loren. Thiago le mira mal y se calla al momento.

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora