Capítulo 29.

682 44 0
                                    

Cap +18

— Una y otra vez, Becca, una y otra vez. —dice acercándose. — Es que no aprendes cariño, ¿es que no lo entiendes? 

— No porfa, yo...

— No te enteras de nada, lo haces mal una y otra vez, te enseño lo que pasa cuando lo haces mal, y vuelves a hacerlo.

— No voy a volver hacerlo, de verdad, por favor.

— No, las cosas se aprenden con actos, ahora por haber sido una niña mala, papá te va a tener que castigar, tú te lo has ganado. 

Salto de la cama con rapidez, e intento a toda velocidad escapar escaleras abajo, pero no me da tiempo a llegar ni a la parte de arriba de estas. Me coge del brazo con fuerza, y me tira con fuerza hacia la cama, incluso noto como algo cruje con fuerza en mi brazo. 

— ¿¡ESTÁS JODIÉNDOME!? ¡TE ACABO DE DECIR QUE LO HACES TODO MAL, Y VUELVES A HACERLO! ¿¡ALGUIEN EN ESTA CASA HA VISTO A ALGUNA VEZ A ALGUIEN TAN ESTÚPIDO COMO ESTA NIÑA!? 

En cuanto se acerca a mí, comienzo a arrastrarme por la cama para escapar, pero me duele horrores el brazo, algo ha pasado en él. Es inútil, por que en un par de segundos, lo tengo agarrándome de piernas y brazos.

Entonces, alguien aparece en la puerta. 

—¡Mama! ¡Mamá por favor ayúdame! Por favor... —digo llorando, desesperada. 

— Carl... ¿no deberías dejar...

— ¡VETE DE AQUÍ! —grita mi padre.

Entonces, sin más, se va cerrando la puerta.

— ¡No mamá, no por favor! ¡Ayuda! —grito con todas mi fuerza. 

A la velocidad de la luz, mi padre se acerca a mí y me pega en la cara. Yo rápidamente cubro la zona del impacto con mi mano, como así fuera a calmar el dolor, y comienzo a llorar más fuerte.

Mi padre coloca sus piernas sobre las mías con fuerza para evitar que me mueva. Con una sola mano me agarra ambas, y ya no puedo hacer nada, una niña de 14 años no puede hacer nada contra alguien como él. Con su mano libre se desabrocha los pantalones, y veo como los echa hacia abajo, entonces, cierro los ojos, deseando que sea una pesadilla, pero no lo es, me hace esto todo el tiempo. Cuando los abro, me doy cuenta que está a punto de violarme, literalmente, está a nada de entrar en mí, así que comienzo a moverme lo más que puedo e intentar quitármelo de encima, no más, no quiero más.

— ¡No por favor!¡Dejame!¡Por favor no! 

No puedo dejar de gritar y llorar.

— ¡Becca!¡Becca! —grita alguien. Me cogen del brazo con fuerza, y no puedo evitar gritar.

— ¡No, no!¡Déjame!

Entonces me levanto lo más rápido que puedo, y me doy cuenta de que estoy en el cuarto de Thiago, a salvo. Miro a todos lados, y veo a Thiago a mi lado con la cara descompuesta.

— ¿Thiago? —Entonces me coge del brazo, y se acerca a mí. 

— Soy yo, solo soy yo, ha sido una pesadilla. 

— ¿Él no...Él no...

— Él no está aquí, estás a salvo, conmigo estás a salvo Becca, siempre lo vas a estar. 

Entonces el miedo se disipa poco a poco, solo estoy con él, con él estoy bien. Sin pensármelo dos veces, me tiro sobre él, y le abrazo. Él me recibe al momento, y me estrecha con fuerza, y me sienta sobre su regazo. Coloca mis piernas a cada lado de su cuerpo, y yo las uno detrás de él, para profundizar el abrazo. 

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora