CAPITULO N° 7

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Miguel

Bajé del auto sonriendo, haber ido a la iglesia me despejo y ayudo bastante, ver el auto de Jenn me hizo sonreír aún más había vuelto al colegio en busca del cuadro de Jenna para arreglarlo para ella, ya lo tenía terminado, no podía esperar para ver su cara cuando se lo entregase.

-Miguel, ¿Dónde te habías metido?-me recriminó mentalmente Rafael

-Salí a despejarme- dije tranquilamente

-Sí salir a despejarte es comprar un auto yo también quiero salir a despejarme- dijo burlonamente Gabriel

-¡¿Te compraste un auto?!- me gritó Rafael enfadado

-Necesitábamos un transporte, no íbamos a ir siempre en el auto de Jenna eso le causaría problemas con su noviecito- dije mientras presionaba el piso de Jenna, le daría una sorpresa.

-¿Pero cómo explicaremos que de la nada tenemos un nuevo auto?- dijo Gabriel

-Fácil, le decimos que era nuestro anteriormente y que llego hoy

-No lo creo yo ya le dije que fuiste a comprar un auto - dijo Gabriel

-¿Y por qué le dijiste?- pregunté frustrado

-Ella preguntóqué estaba haciendo que esperabas ¿qué le mintiera?

-Está bien, le diremos que fue un regalo de nuestros padres, y listo, tranquilízate Gabriel no pasara nada por un auto nuevo.- dije mientras llegaba la piso de Jenna- ahora si me disculpan tengo que hacer algo de suma importancia adiós- y me desconecte de ellos, gracias a dios que podíamos hacerlo.

Golpeé la puerta de Jenna esperando que se encontrara en casa, por el agujero de la puerta pude deslumbrar un ojo color azul, Jenna no tenía ojos azules, ¿con quién se encontraba?, un chillido me tenso, estaba apunto de abrir la puerta a la fuerza cuando una Jenna con una máscara verde en su cara me miraba con los ojos abiertos para cerrarme la puerta en la cara. Luego se escuchó un grito, seguido

-¿¡Miguel?! – de otra chica que no era Jenna

-No es sordo te estáescuchando, baja la voz- le recriminó  Jenna nerviosa

-Quien en su sano juicio viene a visitar a una chica sin antes avisar- dijo molesta la otra chica

-¡Lo siento, si quieres vuelvo después!- dije apenado, enserio quería verla

-¡No!- gritó Jenna

-¡Sí!- gritó la otra chica

Quede confundido

-Dame unos minutos y te abro- me dijo Jenna mientrasdecía algo que no podía escuchar, bueno si podría escucharlo pero no quería.

Pasaban los minutos y Jenna no abría la puerta, tal vez quería que me fuera, por eso me hacía esperar tanto, pensé mientras me debatía entre irme o quedarme. Cuando Jenna me abrió la puerta ya sin la máscara verde en su rostro, sino  con una sonrisa apenada, llevabamaquillaje pero no excesivo, sus pestañas se veían más largas de lo usual haciendo que sus ojos celestes destellaran.

Note que no había dicho nada, y pude ver como se sonrojaba

-Yo...- me aclare la garganta- hola, Jenna te vine a traer esto como un mensaje de paz.- ella frunció el ceño al aceptar el cuadro- por lo de la clase de arte, ¿recuerdas?- dije un poco nervioso tal vez no se había enojado conmigo y yo aquí como inútil dándole un regalo

-Ho, cierto, estaba enfadada contigo- dijo, para luego sonrojarse

-Sí, estabas enfadada con él ahora abre el sobre gigante- dijo una chica detrás de ella a quien reconocí como su mejor amiga Kate.

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora