Jenna
Sí antes mi cuerpo lloraba de dolor ahora gritaba a todo pulmón, Dios hasta mis parpados dolían, no tenía ni las fuerzas de abrirlos, moví mi cabeza en un mejor ángulo estaba apoyada sobre algo duro y tieso incomoda trate de abrir los ojos, pero no vi nada, me incorporé lentamente para poder apoyarme en algo más suave que él suelo. Pero la luz volvió a encenderse dejándome ciega por unos segundos.
-¡Como te atreviste!- gritó la madre de Charly, apareciendo repentinamente.
-Dios hable más bajo mi cabeza está a punto de explotar- le dije en murmullo
-¡No me importa niña ingrata!- gritó ella cada vez más alto- ¡Tú!, ¡Tú rompiste el trato que tenía con las sombras!, ¡lo has roto!- gritó ella acercándose rápidamente a mí.
-¿De qué rayos está hablando?- le pregunté tratando de ponerme en píe, pero ella me sujeto del cuello de la camisa de la escuela, Dios esta mujer tenía un fuerte brazo
-¡Tú!, ¡Tú liberaste a mi hijo!, ¡no se suponía que debías de hacerlo!- grito a lo que yo sonreí, recordado como la sombra salía expulsada de su cuerpo.
-Ese trato fue hecho sin su consentimiento, debía de ser liberado- murmuré a lo que ella dio un grito , que me rompió mis tímpanos generando que en mi cabeza estallara un bomba nuclear era realmente molesto
-¡Eso no es de tu incumbencia!, ¡No sé qué hiciste y no me importa tienes que arreglarlo y ahora!-gritó ella.
Y en ese momento sombras a su alrededor se hicieron presentes, me sorprendió recocer a una, o si quiera distinguirla siempre pensé que eran todas iguales pero algunas tenia formas distintas, eran como cuerpos humanos pero sin rostro, ni cuerpo era machas negras que flotaban, lo sé aterrador.
-no creo que se pueda arreglar- hablo la sombra de Charly, o por lo menos la que pensaba que era su sombra
-¿Cómo que no se puede arreglar?- preguntó ella pude ver como se contenía, parece que ella les temía. Raro, yo pensé que estaban del mismo lado.
-Su cuerpo, su alma no estaban libres como usted dijo, nos mintió- dijo la sombra acercándose cada vez más a ella no se veían felices o por lo menos eso creía yo.
Era increíble cuanto revelamos con nuestros rostros, sin ellos no puedo saber si está muy molesto o no, aunque su tono de voz me ayuda un poco.
Deje de pensar en las sobras para prestarle atención a la madre de Charly que realmente se veía muy nerviosa ahora mismo, tuve miedo por ella, ¿y si le hacía daño? O peor, ¿la asesinaban por mi culpa? Y fue luego de ese pensamiento que un balde agua fría cayó sobre mí, ¿me estaba culpando por la muerte de la persona que sacrifico a mi madre? Porque estoy segura que ella estaba enterada de los planes de su madre conmigo y con los mi madre.
¿Por qué tenía esta empatía con ella?, No se merecía nada de mí, y pero aun así tenía miedo de su vida, miedo de que pudieran hacerle algo.
-Aléjense de mi hija en este instante- hablo la abuela de Charly apareciendo a mi lado, de un momento a otro, di un respigo, esta mujer asustaba. Pareciera que tuviera una súper velocidad o algo.
Sí lo somos, por lo menos una parte- dijo la voz
Mi cabeza comenzó a martillarme, esa voz me iba a volver loca
-¿Y la otra?
Esta vez era yo esa era mi voz, no recordaba esta conversación, ¿la habré tenido con Gabriel o Rafael?
-Eso es un secreto.
Grite porque después de ese recuerdo fue como si millones de agujas pincharan en mi cerebro. Una sonrisa aprecio en mi mente.
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El Pacto De Los Angeles
ParanormalEllos hicieron un pacto ante Dios y él se los cumplió Ella necesitaba ayuda y Dios la ayudo. Pero lo que ella no sabía era que la ayuda iba a llegar en tres atractivos adolecentes. Dios puede ser muy bueno cuando se lo propone. Esta historia es comp...