Miguel
La vi despertarse con melancolía, ella no podía verme ya estaba convertido en mi forma espiritual mi cuerpo era invisible para los humanos pero no para todo lo paranormal por así decirlo, verla y no poder tocarla o esperar una mirada de ella era una tortura, tal vez nunca debí de haber aceptado esto, tal vez tuve que haber dicho que se me iba a hacer imposible estar cerca de ella sin poder besarla o si quiera abrazarla.
Esos sentimientos desaparecieron cuando note que podía cuidar de ella mejor, ya que podría estar con ella siempre sin generar sospechas, lo comprobé cuando Charly se manifestó tranquilamente en su departamento, por lo menos tuvo el cuidado de no mirarme fijamente sin que Jenna se diera cuenta pero igual hablo demasiado sobre mí, no sé qué hubiera pasado si no hubiera llamado a mis hermanos antes de que Charly le pudiera hacer daño con mi forma espiritual no podía detenerlo.
Ahora Jenna estaba en nuestro departamento cambiando de canales sucesivamente, yo estaba sentado a su lado suspirado sucesivamente esto estaba muy aburrido. La miré otra vez se notaba que estaba tan aburrida como yo, y Gabriel solo estaba en su habitación leyendo un libro su comportamiento social era nulo.
-Que aburrimiento- murmuró Jenna mientras apagaba la televisión y se ponía de pie, fue a la cocina abrió la heladera y saco una naranja, para luego encaminarse hacia las habitaciones supongo que a la de Gabriel, la seguí con mis manos en los bolsillos. Pero en un momento la traspase sin darme cuenta se había detenido. Y frente mi puerta.
La miré extrañado mientras se quedaba mirando la puerta con el ceño fruncido, ¿se acordará de mí?, no imposible, es decir ellos eliminaron cualquier recuerdo de su mente sobre mí. Ella dio un paso más cerca de mi habitación pero en ese momento Gabriel apareció detrás de ella, exaltándola a decir verdad a mí también me llego asustar, ahora entiendo por qué Jenna siempre se quejaba de eso.
-¿Te aburres?
-Dios Gabriel no hagas eso- dijo ella con una mano en su pecho, desde aquí podía escuchar los latidos de su corazón, instintivamente trate de escuchar mis latidos pero no habían.
-Lo lamento solo note que te había dejado aquí sola y bueno…- dijo mientras se rascaba el cuello teníamos eso en común cuando nos poníamos nerviosos nos rascábamos el cuello.
-Ho, bueno yo iba a ir a verte para preguntarte justamente si podíamos salir o algo- dijo ella decayendo en sus palabras, para luego aclarar-claro solo si tú quieres, no quiero que lo hagas sino quieres hacerlo por su puesto- dijo rápidamente, sonreí, pero Gabriel solo asintió y se marchó.
-¿Pero qué rayos te sucede?- avance rápidamente a su lado, mientras dejaba a Jenna confundida
-Nada, ella dijo que si no quería no lo hiciera- lo golpeé en la cabeza y fuerte, pero mi mano lo traspasó él sonrió
-Eres un….- me contuve y respire- mira ella quiere salir, esta aburrida así que ahora la llevas a dar una vuelta si pudiera lo haría yo, pero como veras no estoy en condiciones y tengo otras cosas que hacer, dije recordando algo
-¿Tú que cosas tienes que hacer?
-Sí no es que te das cuenta soy el que investiga y eso voy a hacer, pero no puedo dejar a Jenna sola así que protégela con tu vida entiendes- le dije mientras lo apuntaba con mi dedo
-Siempre- dijo el algo ofendido, asentí y miré por última vez a Jenna que seguía parada en el mismo lugar con su ceño fruncido, se veía tan adorable.
Sacudí la cabeza no tenía que desconcentrarme.
-¿Vienes?- dijo Gabriel esta vez en voz alta, Jenna lo miro sorprendida para luego ponerse roja
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El Pacto De Los Angeles
ÜbernatürlichesEllos hicieron un pacto ante Dios y él se los cumplió Ella necesitaba ayuda y Dios la ayudo. Pero lo que ella no sabía era que la ayuda iba a llegar en tres atractivos adolecentes. Dios puede ser muy bueno cuando se lo propone. Esta historia es comp...