Capitulo N°4

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Aún estaba enojado, no podía quitarme la mirada de agrandado que tenía Charly en su rostro y encima desafiándome y escupiendo a mi hermano, repito ES-CU-PIEN-DO a mi HER-MA-NO esto es inaceptable, si no fuera porque la primera ley nos prohíbe hacerle daño al prójimo ya tendría mi puño enmarcado en su rostro, estaba respirando muy rápido y podía sentir como mi don quería hablarme pero no aquí en el pasillo,  busque hasta que encontré un baño entre y me encerré en un cubículo, mi Don empezó a hacerme efecto hasta que sentí la alegría completa en mí aproveche y me relaje

“Las peleas no arreglan, solo dañan él perdón cura y arregla situaciones” pero

“Si él prójimo no se comporta como tal no hay que hacer daño solo tratar de ayudarlo para que siga un camino mejor que la violencia hacer algo constructivo”

El primer consejo no fue de mucha ayuda pero él segundo, me ayudo más y me hizo tranquilizarme completamente, salí del baño y sentí como sonaba él timbre de inicio de clases y yo no tenía ni idea a que clase ir o cual era mi casillero, suspire frustrado

-Rafael ¿Dónde es mi clase?

-Lo mismo pregunto- dijo Gabriel

-No lo sé tenemos que ir a la a dirección para averiguarlo- gruñí si él hijo era así no me quiero imaginar cómo era la madre- y espero que se comporten-ambos asentimos, desde que papá se fue Rafael ocupo ese cargo, siempre nos cuidaba y protegía de todo, como por ejemplo en la entrada de él colegio con Charly, él era nuestro modelo a seguir y yo lo admiraba siempre se media en todo y era él mejor hermano de todos

Cuando llegue Rafael y Gabriel me estaban esperando afuera de la oficina, Rafael se puso al frente de la puerta y el golpeo suavemente pero a la vez firme

-Pase- se escuchó decir a una mujer, lo hicimos y pudimos ver a una señora con él pelo alborotado, lo primero que pensé esta no puede ser la directora

-Ustedes deben ser los hijos de los padres que vinieron ayer ¿cierto?- pregunto la señora quien no dejaba de mirar a Gabriel, y pude notar su incomodidad, quería reír-a la señora le gustaba Gabriel- pensé comunicándoselo a Rafael, quien se negaba a contestarme

-Cállate- me dijo mentalmente, Gabriel

-Sí, lo somos, y queríamos saber si podíamos hablar con la directora para que nos pudiera dar nuestros horarios de clase y casilleros por favor- hablo cortésmente mi hermano, por ello era él que mediaba por nosotros siempre nadie se resistía a sus modales de él siglo XIX

-Esos modales fueron los que te salvaron de muchas cosas- se defendió Rafael y vaya que tenía razón si no fuera por ellos no séqué sería de mí

-Lamento decirles que no podrán hablar con ella- quede sorprendido alguien se había negado a mi hermano- se encuentra ocupada con su hijo, pero espérenme un segundo que yo me encargo de sus cosas y de a hacerles una nota por su retraso

-No hay problema y se lo agradecería muchísimo- mi hermano le sonrío y la señora se sonrojo y fue en busca de las cosas

-Creo que ahora se enamoró de ti- le dije mentalmente a Rafael quien solo bufo, pero ahora lo que me pregunto es ¿Qué hacia él inútil de Charly con su madre? ¿Habrá ido para hablar de nosotros?, les comunique esas dudas a mis hermanos y ellos también sospecharon pero no teníamos idea de que podrían estar hablando, ¿tal vez de nosotros? De cómo alguien se defendió de él y no se postro a sus pies, nenito de mamá.

-tal vez quiera saber nuestros apellidos-dijo Gabriel, me quede pensando en eso por qué tanta insistencia en eso

-Bueno aquí lo tienen-dijo la señora mientras llegaba con unos papeles en la mano-esté es él de Gabriel quien se encuentra en tercer año-Gabriel avanzo un paso tenía 15 años supuestamente-luego Miguel que se encuentra en cuarto año- avance y le sonreí ella me entrego los papeles un poco colorada quien diría que causáramos ese efecto- y por ultimo Rafael quien se encuentra en último año- Rafael avanzo le sonrío y le agradeció, sí conmigo se puso colorada con Rafael se puso completamente roja- sus-sus- se aclaró la garganta- sus uniformes estarán listo para el almuerzo, esta nota les explica a su profesor él porque se su tardanza y por qué no llevan él uniforme, ahora vayan a sus clases.

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora