CAPITULO N°14

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Miguel

Rafael estaba parado frente a mí, con los brazos cruzados y mirándome fijamente.

-¿Qué significa todo esto Miguel?- dijo y pude captar que se refería a mis libros

-Solo quería saber un poco más tener más información, no es malo- dije juntando los libros que Jenna había leído

-¿Para? Hermano ¿desde cuándo te interesó saber más sobre estas cosas?- dijo mientras sostenía él libro de cómo detectar sombras.

-No lo sé un día en una misión, en la cual era intermediario encontré de estos libros me parecieron interesantes, es decir hablaban sobre nosotros, ¿no te interesa saber lo que somos?

-No, porque ya se lo que somos Miguel, somos ángeles de Dios eso somos y con eso me basta

-Los libros dicen lo contrario- dije sosteniendo uno en mis manos

-¿En quién crees más en un libro o en Dios?-dijo enfadado

-En Dios pero eso no influye en nada él nunca nos dijo que éramos ángeles, por lo menos que yo recuerde- Rafael alejo la mirada y cerró los ojos frustrado

-¿Por qué tanto interés?  Ayudamos a las  mujeres como lo pactamos, agradecemos a Dios por haber salvado a nuestra madre, ¿Qué más quieres Miguel?- dijo mientras se sentaba en mi cama

-Solo quiero saber que soy- dijesentándome a su lado

-Eres un buen hombre Miguel, eso eres y con eso te bastara ¿entendido?- dijo seriamente Rafael parándose, me lo quede mirando y no le respondí-¿entendido?- volvió a repetir solo que esta vez más duramente, e lo quede mirando- ¿por favor?- dijo esta vez con tono suplicante

-¿Por qué no quieres que siga investigando? ¿Aqué le temes Rafael?- le preguntéponiéndome a su altura o lo más que podía

-Miguel, hay cosas que hay que dejarlas como están, tienes que entender que es mejor así- dijo poniendo su mano en mi hombro

-Pero que si no quiero dejarlas como están, ¿Qué me ocultas Rafael?- pregunté alejándome de él

-¿de qué hablas?- preguntó él frunciendo el ceño

-Tienes un afán para que no siga averiguando, ¿Por qué? Dime la verdad

-está bien ¿quieres la verdad?- dijo él elevando la voz

-Sí- dije con decisión

-Tengo miedo- dijo lo que me sorprendió – miedo de que no seamos lo que creemos que somos, miedo de que si llegamos a averiguar lo que realmente somos no nos agrade, entiéndeme hermano, no quiero perder lo que tenemos, no quiero perderlos- dijo y pude ver como contenía las lágrimas, era la primera vez que veía a Rafael de esa forma él siempre fue duro, nunca lloro siempre tenía que consolarnos a mí y a Gabriel, nunca pensé verlo de esa forma

-Hermano no nos perderásnunca- dije abrazándolo- entiende solo quiero averiguar lo que somos porque lo necesito hay algo dentro de mí que me pide que lo haga, además si tenemos alas y él espíritu santo nos bendijo con sus dones, creería que estamos en él lado bueno- él rio y me apretó más fuerte

-Lo sé pero yo presiente que algo malo a ocurrir- dijo recuperándose rápidamente

-¿de qué hablas?- pregunté sin entender

-Siento que ocurrirá un cambio en nuestras vidas, lo pude ver en un sueño

-¿Ahora eres profeta?- dije frustrado

-No lo sé pero lo poco que vi no me gusto- lo miré él continuo- estábamos en el departamento y vi a nuestro padre- hizo una pausa para ver mi reacción, no dije nada no me moví solo asentí- luego todo se volvió nubloso y te vi estabas en la iglesia solo, y un padre te hablabasobre cuidados que teníamos que tener y que nos preparemos para él día- otra pausa, no dije nada- todo se volvió a nublar, esta vez Gabriel estaba conmigo, pero tú no. Cambiaba de escena donde Jenna sufría- dijo el a lo que me tense completamente- Luego nuestro padre venia caminado hacia nosotros, contigo en brazos- se quedó en silencio- Miguel no te movías, estabas inerte, muerto- termino y yo caí al piso de rodillas.

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora