CAPITULO N°25

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Jenna

Todo en mí dolía, pero no me podía mover era como si me tuvieran amarrada completamente, el dolor era insoportable, abrí los ojos encontrándome en la oscuridad, no había una luz que me guiara a saber dónde estaba. Volví a cerrar los ojos de todo modos era lo mismo.

Intente volver a moverme pero me era imposible, y no entendía porque no sentía nada en mí que me impidiera hacerlo, volví a abrir lo ojos, aun todo seguía a oscuras, ¿Qué me había sucedido?

Recuerdo haber estado en el aparcamiento pensado cuando todo se volvió oscuro,  también haber sentido unas manos junto con un trapo en mi boca, Dios sabía horrible. Y luego eso fue todo, cerré los ojos y volví a abrirlos aquí. Aquí en la oscuridad, me pregunto sí fue Charly quien me trajo aquí, pero sería imposible él me dijo que aún quedaba tiempo.

¿Y yo creo en la palabra de una sombra? No puedo creerlo, no tuve que haber asistido a la escuela, ¿Por qué lo hice? Ahora podría estar junto con Rafael y Gabriel, que deben de estar muy preocupados por mí, tal vez ni siquiera saben que estoy secuestrada. Y mi padre, mi pobre papá él ya perdió demasiado con mamá sí el me pierde no sé qué será de él.

Comencé a sollozar estaba perdida, no podía hacer nada, ni siquiera podía moverme, lágrimas y más lagrimas salían de mis ojos y nadie saldría consolarme, porque soy estúpida soy la persona más estúpida del planeta.  ¿Por qué pensé que podría tener un día normal?, mi vida ya no es normal, ahora cientos de sombras me persiguen.

Sombras, cosas raras que me quieren, ¿pero porque que tengo de especial?, solo soy una simple humana, ¿Por qué yo?, ¿Qué hice, que tengo, de que les sirvo? Trate de recordar algún momento en mi vida en la que mi madre o padre me hayan hablado de ellas pero nada, no recordaba nada.

Volví a tratar de moverme,  pero nada, no podía hacerlo, ¿Qué me lo impedía? traté de ajustar mi visón a la oscuridad, pero aun así no veía nada en mi cuerpo. ¿Sí no había nada en mi cuerpo?, ¿Por qué no podía moverme?, tal vez sea solo mental, tal vez debo de pensar que puedo moverme, entonces así pueda moverme.

Primero pensé que podía mover mi mano izquierda, pero nada, volví a intentarlo y a intentarlo, no sé cuánto tiempo estuve haciéndolo, intercambiando con mis otras extremidades. Pero no funcionaba tal vez debía de descansar, tal vez verdaderamente sí estaba sujeta al algo, ¿pero a qué? Yo no veía nada,  no sentía nada.

En eso sentí algo que sujetaba mi cabeza, me quede piedra, ¿serán las sombras? En eso las manos me taparon la cara, aproveche el momento y las mordí y sentí un ardor, entonces me di cuenta de que era mi propia mano. Estaba mordiendo mi propia mano, rápidamente la deje hacerlo y comencé a sacudirla dolía un poco.

Lentamente comencé a traté de mover mi pierna, no podía verla pero creo que se estaba moviendo, me puse de pie lentamente, mi cuerpo se resistía era como si la gravedad hubiera aumentado por dos o tal vez el triple.

Comencé a caminar sin saber a dónde me dirigía con las manos extendidas, hasta que choqué contra algo duro, parecía una pared, la seguí con mi mano para saber hasta dónde llegaba y así sucesivamente, debía de tener unos 7 metros de ancho y unos 10 de largo.

¿Qua hacia aquí?, ¿Qué se supone que van a hacer conmigo? , pensé mientras me deslizaba en la pared hasta caer al suelo, me abrasé a mis rodillas y escondí mi cabeza allí, no quería llorar pero me era imposible estar en un cuarto a oscuras encerrada hace no sé cuánto tiempo y estaba empezar a sentirme claustrofóbica.

No sé cuánto tiempo estuve así, horas tal vez, pero sentí un ruido que venía de arriba, mis ojos ardían por tanto llorar y no podía ver muy bien que ocurría, hasta que una luz ilumino todo el cuarto, me cubrí los ojos, eso me había cegado completamente.

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora