Capitulo N°2

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Jennifer

Eran ya las doce y media de la noche y mi padre aun no llegaban, y estaba completamente enojada con él, no me malinterpreten yo sé que generalmente trabaja hasta tarde pero hoy me había prometido que íbamos a cenar juntos más bien me lo juro, yo no quería emocionarme porque siempre es lo mismopero como me lo juro no pude evitar emocionarme, hace mucho que no cenábamos juntos preparé su favorito espaguetis a la boloñesa y lo esperé sentada con impaciencia. Hasta esta hora donde mi comida se encontraba en la basura mientras que la de él en el microondas , por cierto soy Jennifer pero pueden decirme Jenna, debo decirles que mi vida no es tan color de rosa como todos piensan sí tengo todo lo que quiero pero la verdad es que sí tengo dinero pero eso no lo es todo, más que nada cuando te falta tu madre y tu padre te ignora las 720 horas del mes si son 30 días por supuesto y no, no hice la cuenta mentalmente la saque con mi celular pero bueno eso no es lo importante, lo importante es que otra vez se había olvidado de mí, como siempre.

Decidí salir al balcón, vivíamos en departamento de un piso mi padre ganaba lo suficiente como para costearnos uno pero a mí me daba igual y no me gustaba mucho ya que generalmente siempre me encontraba sola, miré al cielo esperando, a que mi padre llegará y me diera otras de sus escusas pero un ruido del vecino de abajo me llamo la atención ya que ese piso estaba desocupado hace bastante tiempo, miré hacia abajo disimuladamente para encontrarme con chico de pelo negro oscuro, empapado lo que dejaba ver sus bíceps, tríceps hasta el infinito, luego alguien a pareció a su lado otro chico solo que este era rubio y también estaba empapado con la misma tonificación  que él otro, no podía creer que debajo de mi piso se habían mudado dos guapos chicos y luego volví a mirar abajo para encontrarme con otro chico más esté tenía el pelo castaño solo que este era el más alto de los tres. Sentí como la puerta se abría y retire mi cabeza rápidamente lo que produjo que me golpeara con un caño que había por algún lado, di un pequeño grito de dolor

-¿Jenna?- preguntó mi padre buscándome en la sala, Salí rápidamente del balcón para encontrarlo con su traje azul hecho un desastre y la corbata a mitad de él suelo, su pelo castaño hecho un desastre y sus ojos azules mostraban cansancio, ¿Cómo podía recriminarle el hecho de no venir a comer cuando lo encontraba de esta forma?

-Papá- lo recriminé- no deberías trabajar hasta estas horas necesitas descansar- no mencioné la cena no quería que se preocupara por mí

-Jenna yo lo siento y no sabes cuenta te lo recompensare yo…- lo silencie, mientras le sacaba la corbata que estaba ya por los suelos y luego le saque él saco y lo lleve a la mesa pusé a calentar la comida, le prepare la mesa, mientras él me miraba en silencio, que se rompió cuando sonó el microondas, le serví la comida, le besé la coronilla de la cabeza  y me alejé

-Buenas noches pá- le dije pero él me sujeto del brazo

-Sabes no te merezco eres la mejor hija del mundo y yo no soy un buen padre, no debería ni…- lo volví a silenciar

-Eso no es cierto pá eres un buen padre solo que tu trabajo no deja demostrarlo no te preocupes yo estoy bien- no, no lo estas, dijo una vocecita dentro mío pero no le di importancia y sonreí, él suspiro y me beso la mano

-No importa lo que digas te lo recompensare, buenas noches hija

-Buenas noches pá- le dije, estaba enojada con él pero no podía molestarlo desde que murió mi madre con tan solo 8 años, mi padre no cayó en depresión ni nada de ello, en cambio empezó a trabajar como loco, para poder ganar más dinero, para poder mantenernos hasta que logro tener su propia compañía, cuando eso ocurrió pensé que iba a pasarmás tiempo conmigo pero al contrario cada vez llegaba más tarde del trabajo y se olvidaba de mí pero siempre me regalaba cosas para pedirme perdón, yo las aceptaba por supuesto pero igual no arreglaba nada. Mi última adquisición fue mi auto descapotable a causa de que se había olvidado de ir a inscribirme a la escuela, nunca me voy olvidar entre a clase con todos mis amigos y que me pidan retirarme porque no estaba inscripta en este colegio, para nada vergonzoso ¿verdad? Estuvo pidiéndome disculpas por una semana diciendo que fue culpa de su secretaria  que no apunto la cita y luego de otra semana asumió que era su culpajunto un nuevo auto descapotable azul oscuro, siempre era lo mismo.

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora