Capitulo N°3

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Miguel

Aun no puedo creer que haya preguntado eso, la vi tan tímida en él ascensor, sé que me habían dicho que era tímida pero nunca pese que tanto, mientras hablaba con ella mis hermanos me recriminaban en mi cabeza que no le hablara más que fuera más pasivo con ella, por cierto podemos hablar por medio de nuestras mentes, y más cuando pregunte inocentemente si iba a nuestro colegio, esperando que ella se diera cuenta porque llevaba él uniforme pero a ella se le fue todo él color de su rostro me preocupe y mis hermanos estaban a punto de abalanzarse hacia mí, luego se miró de arriba abajo y libero un suspiro, se había dado cuenta, quise disculparme de inmediato no quería que supusiera que era un acosador o algo similar, tenía que llevarme bien con ella no asustarla, pero cuando quisé ver su expresión por el hecho de saber que íbamos en la misma escuela él ascensor se abrió y ella salió corriendo de allí, mis hermanos aprovecharon y me golpearon en la cabeza, no dije nada me lo merecía pero luego se dio vuelta y nos preguntó si queríamos un aventón, acepte gustoso esperando arreglar la situación anterior, pero a mis hermanos no les agrado la idea que se jodan yo no quería que me tuviera miedo

Así que aquí estábamos sentados en él auto descapotable azul yendo a la escuela, era muy tierno de su parte mira a cada lado, frenar aunque él semáforo este en amarillo, seguía cada regla, me dediqué a observarla sin que ella se dé cuenta por supuesto, era más linda y tierna de lo que  demostraba la imagen era un millón de veces mejor verla en persona, decidí entablar una conversación pero no tan pesada pero ella me gano de mano, me sorprendió de hecho que ella hablara primero

-¿Así que se mudaron a él nuevo edificio?- pregunto y pude notar como volvía sonrojarse y me acorde cuando le decía que era lindo su sonrojo, mis hermanos me gritaron telepáticamente que me calle pero me fue imposible

-Si así es- respondí calmado, quería preguntarle desde hace cuánto ella vivía allí pero me imaginaria que esa no sería una pregunta muy normal creo Gabriel no me había explicado bien como se llevaban los adolescentes con otros, ya que hace unos 10 años que no éramos adolecentes y no sabíamos cómo actuar por ahora parece que lo llevo bien

-no, no lo llevas bien- dijo Gabriel en mi mente

-Lo dice él que no ha dicho una palabra en todo el viaje

-Por qué no tengo nada que decir, no como tú que dices cosas estúpidas y sin sentido

-Perdóname si yo soy sociable con ella, solo no quiero incomodarla sin hablarle

-Mejor no tendrías que hablarle y listo, ya bastante te las mandaste, ella debe pensar que somos acosadores o algo peor

-Silencio- Dijo Rafael, solo que lo dijo en voz alta sin querer note como se sonrojaba y nos mandaba una mirada fulminante, también me olvidaba que si uno le habla a otro mentalmente él otro también lo escucha algo así como una conexión entre hermanos, me di vuelta para ver a Jenna para ver si lo había escuchado y sí lo había hecho por que tenía el ceño fruncido sin entender, entonces miro él radio en donde sonaba una canción suave, nada mal en mi opinión.

-¿Quieres que apague la radio?- pregunto tímidamente

Rafael vio su oportunidad para arreglar las cosas y hablo

-Si por favor y lamento si fue impertinente de mi parte decírtelo de esa manera - cuando lo dijo se volvió a arrepentir, había hablado como si fuera un caballero ingles ¿Qué le pasaba?, Pero Jenna no lo notó solo se sonrojo otra vez, mientras apagaba la radio

-No, no fue impertinente de tu parte descuida- lo dijo tan bajito que si no hubiera prestado atención no lo escuchaba

-Gracias- dijo Rafael, ¿Por qué seguía hablando?

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora