CAPITULO N° 12

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Miguel

-Solo digo que un poema no significa nada- dije saliendo de mi apartamento junto a mis hermanos quienes me miraban mal, ya que les había contado esta mañana sobre el poema

-Un poema en otros tiempos era un signo de amor- dijo Rafael seriamente

-Exacto en otros tiempos- dije pidiendo el ascensor   

-Pero actualmente también- agregó Gabriel

-¿Podemos dejar el tema del poema para más tarde?- preguntémientras subíamos

-No- dijeron a la vez, bufé con molestia.

Las puertas del ascensor se cerraron y no pude oprimir el botón de planta baja lo que significa que alguien había llamado el ascensor y ese alguien era Jenna.

-Charly, no- se escuchó la voz de Jenna, luego las puertas del ascensor se abrieron mostrando como Charly tenía a Jenna sujeta de la cintura dándole besos en el cuello que hacían reír a Jenna.

Charly fue elprimero en captar nuestra presencia

-¿Y ustedes que hacen aquí?- preguntó enojado,  Jenna miro hacia donde Charly miraba y cuando dio con nuestra mirada se sonrojo completamente, sonreí siempre se veía tierna cuando lo hacía, pero mi sonrisa titubeo cuando me di cuenta que ella no estaba en buenas manos sino en las de Charly.

-Vivimos en el piso de abajo, y justamente cuando estábamos en el ascensor ustedes lo llamarón- dijo tranquilamente Rafael, haciéndose a un lado para que ellos entraran

-Podemos esperar a que ustedes bajen- dijo Charly negándose a entrar, pero note que Jenna no le gusto esa idea, miré la hora si esperaban el otro ascensor llegarían tarde

-No creo que sería una buena idea, si esperan el otro ascensor corren el riesgo que alguien lo pida antes que ustedes y lleguen tarde- dije calmadamente, Jenna mostró alivio

-No nos importa- dijo testarudamente Charly, pero pude ver como Jenna quería hablar pero no lo hacia

-A mí me parece que a Jenna sí- dije cruzándome de brazos, Charly me fulmino con la mirada

-Eso no es cierto

-Charly, sí es  cierto, podemos por favor bajar con ellos- dijo en voz baja Jenna, sujetándolo del brazo, él la miro y pude ver como habían dos batallas en sus ojos, lo que me confundió

-Está bien pero solo por ti. Ahora aléjense- dijo empujándonos, poniendo a Jenna en la punta del ascensor, colocándose a su lado protegiéndola.

-¿la está protegiendo de nosotros?- preguntémentalmente a mis hermanos – si es él el posible golpeador- dije frustrado

-Mantén la calma y no digas nada estúpido- me contestó Rafael, quien había presionado el botón de planta baja

-a Jenna antes que me olvide tu uniforme quedo en mi casa ayer, así que puedes venir hoy a buscarlo sí quieres- dijo en un tono de voz elevado Charly, mi cuerpo se tensó completamente y mi sangre hirvió, una sensación que nunca antes había tenido vino a mi

-Miguel, contrálate-me ordeno  mentalmente Rafael

-¡Charly!-gritó susurró Jena, donde viéndola de reojo me la encontré roja no sé si de enfado o vergüenza

-¿Qué? No te lo pude traer por lo que hubiera pensado tu padre- dijo encogiéndose de hombros, y si fuera más posible Jenna se sonrojo más

-Charly, solo cállate- dijo dándose vuelta conectando su mirada con la mía, la cual alejé rápidamente, miré la pantalla con los números íbamos por él piso 30 bufé, lo que llamo la atención de todos

El Pacto De Los AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora