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Ayer dormí con el recuerdo de acostarme sobre su pecho, en medio de la nada, escuchando su corazón latir y una suave brisa en mi cara. Confieso que prefiero dormir con él en un suelo rocoso, antes de hacerlo sola en el suave colchón. Diez am estaba arriba, pues a las 11:15 deberíamos dirigirnos a una excursión a las famosas Minas de Wanda. Un lugar lleno de rocas y piedras preciosas.
   No podría negar que pensé en Peter durante toda la aventura. Tal vez no vernos, pero quería por lo menos oír su voz. Hace apenas más de 24 horas que no estoy con él, pero extrañarlo era natural. Desde hace seis años que había deseado conocerlo pero creía que era algo inalcanzable y solamente ficticio. Hoy puedo corroborar que no es así, es una persona de carne y hueso que es tierno y bonito como siempre demostró, supongo que errores también comete, pero no habría observado ninguno gracias a su poderosa bondad. Decir que junto a él aprendí a soñar y que ahora gracias a él estoy cumpliendo mi sueño, es magnífico. Al estar a su lado mi corazón se alegra de tal manera que siento que reviento, pero también estoy cómoda cuando noto que tiene los pies en la tierra y es tan humano como yo y cualquiera. Cada vez que confirmo su humildad y generosidad imagino que es mi amigo y no esa estrella surrealista que juzgué que era. Aunque todo esto no quita la admiración que le tengo, tanto como cantante y actor como persona.
   Regresamos a la cabaña alrededor de las tres y media de la tarde luego de haber almorzado en un bar del centro. Llamé a mi casa para saber como andan todos por allá. A pesar de pasarlo espectacular en esta ciudad, echaba de menos a mi familia cada día. Al finalizar la charla, decidí escabullirme a la habitación para tocar algunas melodías con mi guitarra. Pasé por diferentes canciones hasta que mi cabeza recordó los suaves acordes de  Baja el Telón, una de las últimas canciones de mi banda favorita. Tras esa idea, pensé en escribirle a Pitt, por lo menos para saber cómo y en qué andaba. Fui en busca de mi celular y casi leyendo mi mente a distancia, su nombre apareció en la pantalla con una llamada entrante.

- Hola Pitt - contesté la llamada

- Hola La, ¿Cómo andas? - por fin escuchaba su voz - ¿En qué andabas?

-Bien, tocando la guitarra, ¿vos?

-Necesito un Show, sólo para mi - sonreí- ¿Estás ocupada hoy a la noche? -Me quería ver, no solo hablar-

- No, no estoy ocupada

- ¿Entonces salís conmigo? -respondió rápidamente-

-Obvio que sí

-Mmm bueno, para las 9 estate lista, te paso a buscar y no aceptó un no como respuesta

-Pero -intenté hablar-

-No, sin peros.

-Buen -fui interrumpida de nuevo

-Ah, perdón, a tus amigas también deciles -está vez no sería algo romántico- Hacemos una salida de amigos -Yo no quería exactamente eso, pero me alegré por mis amigas-

-¿Van a ir tus amigos también? -reaccioné-

-Ah no se -rió suave- sí, algunos, pero no te voy a decir exactamente -suspire- me imagino tu pucherito - lo escuché echando una risita-

-¿Como sabías? ¿Sos mago también?

-No, pero soy detallista y te puedo conocer. Te quiero mucho La, gracias. A las nueve nos vemos

-¿A dónde vamos? ¿Cómo me tengo que vestir? -interrogé-

-No importa como te vistas, sos hermosa siempre -me sonrojé-

-Gracias -No me salió otra palabra- Nos vemos Pitt

-Chauchis -finalicé la llamada-

   Salí instantáneamente corriendo hacia mis amigas para contarles la buena nueva. Sus gritos de emoción retumbaron en toda la casa. Siendo ya las 4:30 de la tarde, pedimos un delivery de facturas para calmar la ansiedad. Agustín nos miraba entre: asustado de qué nos pasaba y riéndose de su exagerada emoción. En realidad, no lo considero exagerado, cada vez que lo veía me latía el corazón a mil y tenía una gran impresión.
   Tan pronto como terminamos la merienda, mis amigas comenzaron a buscar outfits para vestir, relativamente temprano. Yo, por mi lado, decidí salir al parque en el que se encontraba nuestro actual hogar. Quería tomar aire, meditar conmigo misma. Pero en esta casa no era posible, Agus salió para sentarse al lado mío y distraerme.

-¿Me querés contar que onda vos? ¿Cómo andas? -Me sacó una sonrisa por preocuparse por mi-

-Onda que... tengo la cabeza dada vuelta - apoyé mis codos en mis muslos y me sostuve la cabeza con mis manos- Estoy viviendo un Flash Agus. En 3 horas voy a salir a cenar con mis ídolos, me siento verdaderamente afortunada.

-Peeero -predijo-

-Veo a Peter y me tiembla todo el cuerpo, tengo escalofríos, me da hambre -rió-

-Las cosquillas en la panza no es hambre Lali

- Ah no? ¿Y vos cómo sabías del cosquilleo ese?

-Una historia que te cuento cuando vos termines. Las cosquillas son de amor La.

-Peor entonces, porque -lo miré- ¿eso significa que estoy enamorada de él? -asintió y suspire bajando mi cabeza nuevamente- Me quiere de amiga

-Pero te tenes que sentir afortunada de eso. Imagínate vos la cantidad de chicas y chicos que quieren ser sus amigos y vos te quejas de eso.

-No Agus, todo bien con eso, pero si vos insinuás que esa sensación es por estar enamorada, no puedo ser su amiga

-Intentalo, tal vez es algo pasajero

-Si, pasajero de hace seis años

-Sos hermosa amiga, por dentro y por fuera, él ya está enamorado de vos -se escuchó la voz de Mery tras nosotros

-¿Y cómo sabes vos eso? -gire la cabeza para mirarla-

-Porque... porque sos así y porque se que él te llamó dos veces, que aceptó tu invitación, que te dice que sos linda cada vez que puede, que durmieron abrazados -Agus vió con sus ojos sobresaltados y solté una risita- ¿Te sigo enumerando cosas?

-No, no, ya basta con eso - Me levanté de mi asiento- Te amo mucho amiga, gracias - me aferré fuerte a sus brazos- Igual, Me dijo que era mi amigo y -Me interrumpió

-¿Qué? ¿Son pareja y no me contaste? No te podes quejar, son amigos -se acercó a mi oído y susurró -: por ahora -echamos una carcajada y nos soltamos-

-Bueno tenes razón -acepté-

-Ahora a dentro para prepararse

-Si si, en dos horas voy, dejame que tengo q hablar algo con Agus -lo miré- no me olvido eh

-¿Cómo que en dos horas Mariana?

-Bueno, ¿Una hora y media está bien? Es re temprano Mery, son las 6 de la tarde por dios

-Puede ser... Igualmente te espero -Me sonrió y se dio media vuelta para volver con Cande-

-Ey! -salté el banco por su respaldo y me senté- Ahora hablas. ¿Con quién te pasan las cosquillas en la panza a vos?

-Yo no dije que me pase a mí -se defendió- Lo aprendí de series, películas y demás -miró hacia cualquier parte excepto a mí -

-Agustín. Te conozco, dale

-En serio

-Y yo soy alta -logré sacarle una risa-

-Candela - me sorprendí y formé una ligera sonrisa, No me lo esperaba. Me miró a los ojos- Desde que me la presentaste, dos años atrás, que la veo y tengo el mundo patas de cabeza

-¿Y qué haces acá que no la invitas a salir?

-Soy su amigo -se acordó de mi situación-

-No lo creas -mostró sus dientes con una gran sonrisa

-Ella... -alzó las cejas- ¿Cande me daría bola a mi?

-No se, intentalo -levanté mis hombros-

- ¿ Y cómo la invito a ella sin que le sea extraño?

- Podrías empezar por sacarla a bailar.

   Proseguí dándole consejos y algunas cosas que le gustan a Candela, para que él haga y la conquiste. Igualmente, no tiene que hacerlo, a mi amiga también le parece atractivo Agus. Y cuando recordé sus palabras de que en este viaje, él iba a ser suyo, sonreí en mi interior. Comencé a imaginar que serían una bonita pareja.
   Rato después de terminar de ver mi novela de la tarde, me dirigí, ahora sí, a elegir mi conjunto de ropa para salir. Terminé por escoger un top negro con una pollera ajustada de jean blanco. Fui a ducharme y me cambié. Cande me hizo unos bucles en mi pelo mientras que Mery me maquilló. Eran nueve menos cuarto y las tres estábamos hechas diosas para conquistar el mundo.


Enamorada de mi idoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora