- Soy un inconsciente, perdón
- Que? no, no. No tenés la culpa - lo calmé- Pero gracias por quedarte
- ¿Vos pensabas que sería capaz de dejarte? - pareció indignado-
- Bueno... - intenté hablar.
- Escuchame una cosa. - acarició mi mejilla- Te dije que no me quería separar de vos nunca, y nunca, para mí es nunca - remarcó la última palabra- Yo decidí estar con vos, vos decidiste estar conmigo, y sí, se nos pasó un pequeño - hizo el gente con su mano- pequeñísimo detalle - exhaló su hermosa sonrisa- Pero ese detalle me puede cambiar la vida. Y para bien, si es con vos - me hizo sonreír a mí- No tengas ningún tipo de duda, lo que pasó, pasó, y si tiene que ser, será. Y lo vamos a solucionar y afrontar. Pero no hay nada seguro. Te amo - se acercó pero frenó en mis labios- mi amor - terminó la oración y me besó
Me había recorrido un escalofrío y mi piel se erizó. Lo besé sonriendo por las dos simples, pero valiosas, palabras.
- Yo te amo más - interrumpí y negó-
- No te la creas
- Ajá, me la creo porque es así, ¡o no sabías? - frunció sus labios y negó nuevamente despacio.
- Mmm, no, no sabía. Estas cometiendo un grave error eh
- No lo creo así. ¿Qué me puede pasar por este error?
Rió y comenzó a darme besos cortitos por todo el rostro y parte del cuello. Me hacía sonreír. Él en sí me hacía sonreír, por todo, y le agradezco mucho eso, porque es algo que pocos logran.
Nos levantamos de la cama y fuimos al living con todos nuestros amigos. Estaban todos hablando entres sí, pero captamos la atención cuando llegamos tomados de la mano.
- No pasó nada, está todo bien - dijo él con una sonrisa y nos dirigimos a la mesa.
Se encontraban Gas y Cande charlando y rápidamente nos integraron a la conversación.
Estos pequeños momentos de la vida son los que llamo felicidad. Y últimamente me pasan mucho así que lo único que me queda es disfrutarlos al máximo, porque no se sabe cuando todo puede volverse gris y la vida te cambia de un día para el otro.
La música sonando. Las risas retumbando en el hogar. Bullicio de charla. Cada uno haciendo sus pavadas que alegran a cualquiera. Uno bailando, otro cantando, saltando, gritando o haciendo todo junto. Un caos. Pero mi caos favorito sin dudas.
Salimos al boliche alrededor de las 12, pero no cambió mucho. Nos seguíamos divirtiendo igual que antes. Pero las copas de más que tomó Gastón nos causaban más gracia. Su risa contagiosa y sus boludeces por doquier. El dolor de panza satisfactorio que tenía de tanto reírme. Porque a pesar de que tenga la risa fácil y me cause gracia todo, verdaderamente estaba siendo feliz en este momento. En este e incontables más.
Pero él me sorprendió nuevamente
-Che, estas bien La? -cuestionó fuerte debido a la música-
-Algo cansada, pero bien -sonreí-
-¿Te querés volver?
-No, no, dale que aguanto
-Vayamos y podemos aprovechar un rato solos de paso
-Como sos eh -exhalé una risa- Si insistís -estire mi mano y él la sujeto-
-Te -susurró en mi oído- amo -una risita escapó de sus labios
Le di un pequeño beso y nos dirigimos a la salida. Él se encargó de mandarle un mensaje a Euge, avisando que nos íbamos.
Estaba ansiosa por llegar y tirarme en la suave cama. En el caso contrario, llegamos a nuestro galpón.
-Esto? -No estaba igual q siempre-
-¿Qué tiene?
-Que sos muy hermoso y detallista, y me encanta -Sonrió-
-Pero es porque vos te lo mereces
-No no, yo no te merezco
-Te mereces mucho más, pero yo hago lo posible para darte lo mejor de mí -lo amaba-
No era un fua, la gran cosa, pero sus detalles me hacían sentir querida. Algunas velas, algunos pétalos, algunas luces led tenues alumbrando. Un colchón inflable, cubierto por suaves cobijas. Una tela blanca colgada en la pared detrás del telón abierto y una filmadora antigua. Perfecto.
-Pero ¿Cuándo preparas vos todo esto? -interrogué sorprendida
-Los caballeros no revelan sus trucos -escupí una carcajada que lo hizo sonreír- ¿Qué? En serio -alcé mis cejas- Me fui en un momento del boliche sin que me vieras -confesó y me colgué de él, abrazándolo-
-Gracias -Me separé y coloqué un beso en sus labios-
-¿Pasamos? -Extendió su mano invitándome- Hay una película por ver, ¿te la aguantas?
-No te lo afirmo pero tampoco lo niego -revoleó los ojos- pero... ¿Una de comedia hay?
-Hay de todo. Igual si no querés, no vemos La. ¿Estás muy cansada?
-Dale, riámonos un rato más, hasta donde aguante
Optamos por "¿Y donde están las rubias?". Peliculón. Pero, debo confesar que a los 50 minutos de película, me dormí. Nuevamente, con sus caricias. Su risa me transmitía mucha paz y me parecía muy tierna (igual que todo lo que proviene de él). Y sus mimos y, debes en cuando, pequeños besos en mi cabello, me calmaban demasiado.
Pero confirmo que sus brazos son mi lugar favorito en el mundo. Sus abrazos, sus caricias. Me reconstruye.
Espero q les haya gustado y no se olviden de votar 💜 nos leemos el próximo domingo con ya casi los últimos caps, prepárense!
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Enamorada de mi idolo
Teen FictionMariana Esposito, 20 años. Fan de los Teen Angels y enamorada de uno de los integrantes, su gran ídolo, Peter Lanzani. Su sueño es conocerlo ¿podrá cumplirlo?