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Realmente no creo poder estar en un momento más feliz. Estaba cumpliendo sueños, muchos.

Cuando llegué a la cabaña para alistarnos nuevamente, recibí un llamado de Anita. Ella, totalmente impaciente de que llegara a Buenos Aires, me comunicó que iba a ser tía. Siempre quise ser esa tía copada, que te lleve a jugar y pasear cuando chico, y te cubra cuando grande. La noticia fue un motivo de festejos aquí.

Estar cenando con las cinco personas, ya que Rochi estaba mejor y decidió venir, que más admiraba de los artistas internacionales. Reírme con ellos, poder soltarme y mostrarme como soy, sabiendo que no me van a juzgar. Que nos hayan aceptado a mí y a mis amigos desde el segundo uno, era maravilloso. Poder conocerlos como son realmente, poder salir de fiesta y a explorar con ellos, como todo un gran grupo de amigos. Esto, también me alegraba

Conocer a Peter Lanzani personalmente. Descubrir cómo es, qué le gusta y qué no, lo que prefiere hacer, sus planes y lugares favoritos en el mundo. Enamorarme profundamente de la persona que es y lograr, sin quererlo, que él me quiera a mi. Pasar tiempo a solas, jugar, boludear. La sonrisa que hace sólo para mí, sus ojitos chinos brillantes, la voz ronca y la risa adorable y contagiosa. Que él decida llamarme e invitarme a cenar, dormir juntos, abrazados. En otra cita optó por besarme y decirme que me ama. Me halaga y me hace estallar de carcajadas como él solo puede hacerlo.

Gracias vida por tanto.

Por último pero no menos importante: mis sospechas. Ambos estaban muy acaramelados en la cena de anoche. Se decían secretos y había miradas que yo no pasé por alto. Cuando llegamos me encerré con Agustín en su cuarto y comencé el cuestionario. ¡Mis suposiciones eran ciertas! Yo estaba tan feliz por ellos. Parece que Agus por fin tomó mis consejos y encaró a Cande. Ella no reaccionó de ninguna manera que yo no me haya esperado. Al parecer aquí comienza una historia de amor. Y no cualquiera, porque yo, como cupido de esta pareja, sé que ambos se enamoraron a simple vista. Otra razón de festejo.

Y ahora sí, terminando mi reporte y volviendo a la realidad, me dirijo a encontrarme con, claramente, Peter en el galpón. Ya habíamos declarado ese sitio como nuestro. Él llevaría cosas para entretenernos, como cartas, algún juego de mesa, su guitarra y música, mientras que yo me encargaría de los aperitivos. Quería pasar toda la vida con él en este lugar

Cuando llegué él estaba ordenando un poco las cosas que estaban por el escenario. Había llevado una mesa de acampar blanca a la tierra firme, junto con dos sillas desplegables. Le sonreí y me invitó a sentarme. Nos saludamos con un beso en la mejilla.

La tarde pasaba volando junto a él. Jugamos hasta a las palmaditas, dos nenes chiquitos parecíamos. Dos nenes chiquitos entre risas contagiosas y besos.

- Pitt, ¿Lo nuestro va en serio? -pregunté y tomé del mate-

- A ver La -estábamos enfrentados en la mesa pero se puso a mi lado- Yo... yo nunca sentí esto. Nunca. Ni con una estrella, ni con una compañera del colegio, del elenco, y menos con alguien que haya entrado de la nada en mi vida - tomó aire- ¿Crees en el destino? -asentí- Para mí fue eso realmente. Vos comprando, yo justo ahí, mi cuerpo moviéndose solo a ayudarte. No creo que sea casual, pero sí causal. La causa con la que llegué a vos, la causa dónde vos me conociste. De ahí nos vimos todos los días más o menos - exhaló una risa- Y yo decidí verte cada día, yo decidí aceptar tu número de teléfono, pero yo no decidí amarte, sos vos. Sos una persona genial Lali. Tenes una sonrisa contagiosa, una cara de ángel, pero lo más importante es que sos buena persona, que me amas y aceptas mi persona en sí, así que gracias. Todo para decirte que yo te amo y que solo si vos querés lo hago público. No quiero que te moleste, incomode o intimide, pero creo que así nos van a dejar de perseguir por todos lados. Por mi parte, lo que siento por vos es muy en serio -

Saqué mis manos de las suyas para ponerlas detrás de la nuca de él.

- No se como me entra tanto amor por vos en mi cuerpo y corazón -dije y lo besé

Proseguí diciéndole que antes de deschavar nuestro noviazgo, primero le informemos a nuestra familia y amigos más cercanos. Pero me sorprendió cuando me dijo que sus parientes ya sabían lo mucho que él me amaba y que estábamos en algo. Por poco me derrito de ternura. Aunque yo había hablado con mis padres y hermana, no les había contado lo que estaba pasando con Peter. Luego de comentárselo, nuestro amor sería liberado. Y eso, por alguna extraña razón, me enamoraba más de él.

Poco antes de las siete de la tarde, nuestros amigos llegaron al galpón y les contamos la buena nueva oficial. A ellos ya les parecía obvio pero nos felicitaron y halagaron igual.

Ahí mismo pedimos unas pizzas a la hora de cenar. Hicimos karaoke, competencias - ya sean de carreras o de armar casitas con las cartas- y una buena ronda de anécdotas y chistes. Creo que con ellos a mi lado el mundo no puede ser aburrido.

Enamorada de mi idoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora