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Escuché su risa y no entendí qué pasaba. No sabía ni qué hacía en este lugar

- Te quedaste dormida - exhaló otra risita- estabas desmayada La - Peter estaba sentado a mi lado mirándome

- ¿Qué haces acá? - cuestioné- ¿Qué hago yo acá?

- Ya te olvidaste de todo che, pasaron solo 25 minutos. - mi mente recordó la charla que tuvimos por WhatsApp y sonreí-

- Sí, ya me acordé. Gracias

- No hace falta, lo sabes - se paró del escenario y tendió su mano- Dale, vamos

- Nos van a ver viajando juntos - advertí-

- Uno - subió sus dedo índice- Son las siete y media de la mañana, no está ni el loro despierto. Dos - dibujó un dos con sus dedos- No me importa nada lo que digan, yo voy a cuidarte y llevarte - Morí de amor. No aguante la sonrisa-

- Sos muy lo más Pitt, sabelo. - me sonrió- 

- vamos - me dio la espalda e intenté bajar. Pero él me frenó- No no, acá -dio palmadas en su espalda- A caballito dale

- No Peter, por favor

- Lali - me miró desafiante alzando las cejas- Subite - dijo firme, daba miedo-

- Bueno bueno - reí y pegué un salto-

- Uy - se quejó cuando subí-

- ¿Ves? me bajo, listo

- No Mariana, te quedas. Me divierte mucho esto de poder manejarte - Rió y empezó a correr por el sitio-

Las carcajadas estallaron en el ambiente. Él saltaba y trotaba como un caballo de verdad. Yo miedosa, pero me reía de su gran ánimo y la persona que es. Cuando ya se cansó, luego de un largo tiempo aunque no lo crean, se dirigió por fin a la salida con pasos lentos. En la entrada me ordenó que bajara, algo obvio.

Nos adentramos en su auto que estaba estacionado en la puerta. Como el dijo, no estaba ni el loro. Cantábamos a puro pulmón las canciones que sonaban en la radio, y nos reíamos de eso. El viaje del galpón a las cabañas no era tan largo. Poco más de diez minutos. Diez valiosos minutos.

Nos despedimos con un beso en la mejilla. Quedamos en que luego de mi siesta reparadora, organizaremos la salida. Quería pasar todo el día con él.

Tras la puerta estaba Candela. Con su cara cansada y bostezando.

- Por fin llegas, flaca. Yo no me creo ni ahí que fuiste al lago. Y menos ahora que escuché que te trajo un auto.

- Un taxi me trajo Candela - fingí y rió suave-

- El Taxi de Peter. Los vi por la ventana boluda - arrugué mi nariz y bufé - ¿A dónde fueron?

- No nada, en serio. A ver, sí me trajo él. Pero no fuimos juntos a ningún lado.

- ¿Qué hiciste?

- Yo fui al galpón de anoche y me quedé boludeando hasta tipo siete y... le mandé un mensaje, hablamos y me ofreció traerme.

- Y que hicieron desde las siete hasta las... - Chequeó la hora de su celular- Exactamente 7:53 con 24, 25, 26, segundos? - no se le pasaba una- 

- Anduvimos a caballo - susurré y reí- Treinta minutos, esperando que él venga, me quedé dormida. Diez minutos de venir hasta acá y... otros diez minutos? guau - me sorprendí- Diez minutos en los que él me llevó en sus hombros a caballito por todo el galpón - yo cerré mis labios con fuerza para no reír, pero mi amiga no aguanto-

Enamorada de mi idoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora