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No pude evitar comprar algún regalo para Peter por si lo volvía a cruzar. Por la noche ví las primeras noticias que hablaban de los Teen Angels en Misiones. Me sorprendí un montón. ¿Los cinco acá? ¿Qué hacían todos juntos? Fui a contarle a las chicas y quedaron igual de estupefactas que yo. Podría decir que dormí poco y nada, imaginando un encuentro con la banda.

Amanecí con un ruido de ollas y cuando fui a ver estaba Cande intentando hacer panqueques. Me reí al ver que probó en dar vuelta la comida tirándola al aire y se le cayó, ese fue el momento que me descubrió mirándola apoyada contra la puerta de la habitación.

- Buen día, no sabía que estabas acá - estaba de buen humor, como siempre -

- Buen día -estaba riendo por el hecho anterior - Te salen bien los panqueques , ¿no? - Bromeé-

- ¿Me viste? - echó una risa también - Se voltearlos re bien - asentí - Queres?

- No me apetecen, te agradezco

- ¿esa confianza tenés en mi? boluda - Jodió y reímos-

-No, no, en serio Can, gracias, pero por la mañana no aguanto comidas pesadas como unos panqueques - le mostré los cereales que había comprado - prefiero algo así

-como digas - contestó con una sonrisa -

Mientras desayunaba mis cereales favoritos recordé el momento en que los encontré y me topé con Peter.

Hoy teníamos una excursión a caballo por unos de los bosques cercanos a las cataratas. Cuando terminamos todos de alistarnos, partimos hacia allí. Unas tres horas de recorrido y llegamos nuevamente a la hora del almuerzo, optamos por ir a un restaurante del centro.

Ya de regreso a "casa", quise ir a caminar un poco a la plaza antes de volver. Mery se quedó conmigo, pero Agus y Cande ya estaban cansados de caminar y volvieron a la cabaña en el auto, nosotras volveríamos en colectivo. Pero esa última decisión cambió al ver mucha gente amontonada en una esquina de la plaza. Nos acercamos con curiosidad y cautela, ya suponíamos quién o quienes estaría/n allí.

Nos encontramos con, justamente el galán, Peter. Estaba él sólo, pero rodeado de varios fans. Mi amiga se emocionó como yo, y como toda la gente que estaba. Poco a poco la gente se iba corriendo, y nosotras quedamos últimas frente a nuestro ídolo.

-Hola! Quieren una foto chicas?  - preguntó con una sonrisa- A la morochita, te conozco ¿no? - sonreí embobada cuando me reconoció -

-Si, bueno, ayer nos vimos en un super - le confirmé- Te... te había comprado un regalo, pensando en que te podía gustar pero, no... no tengo el auto -dije avergonzada señalando con el pulgar hacia atrás -

-Bueno, Gracias y en otra ocasión me lo darás, no hay problema, gracias por pensar en mí -siempre pienso en vos Lanzani, hable conmigo misma-

-Nos... podemos sacar una foto? - por fin Mery había hablado. Peter asintió- ¿nos sacas Lali porfa?

-¿Lali? ¿Te llamas Laura? - preguntó él y yo reí despacio-

-no no, me... llamo Mariana- tomé el celular que Mery me había dado y capturé el momento- Mariana Espósito

- ¿Vamos para la parada? - me interrogó mi amiga, también se notaba cansada-

- ¿De colectivo? - irrumpió Juanpe - ¿A dónde van?

-A... las Cabañas Paseo del Yacaratiá - contesté dudando del porque-

-Si quieren las alcanzo, me queda de paso - siempre tan bueno tenía que ser él? -

-No no, podemos en bondi, no te hagas molestia - respondió rápidamente la rubia mirándome-

-Me queda de paso a donde voy, si no tienen que esperar varios minutos a que llegue. ¿Quieren que pida un taxi? 

-Tan amable sos siempre - pensé en vos alta y el sonrió-

-Pero no, está bien, esperamos - interrumpió mi afirmación por justo lo contrario y la miré indignada-

-Bueno, nos vemos entonces, seguro no quieren que las alcance? -insistió una vez más-

-Bueno, Mery, vayamos. Te vas a quedar acá esperando al micro?

-La, es re desubicado ir -dijo mirándome - Aunque me encantaría y sé que sos re bueno - ahora su vista era la estrella-

-Dale, entonces vamos, las llevo. - definió encantador -

Mery arrastraba los pies porque no estaba segura de ir con Peter, siempre era así ella, cree que es una molestia para todos, sin embargo, lucho con ella para que entienda que no es así.

De pronto me encontraba en el auto de mi ídolo que estaba dirigiéndose a mi casa provisoria. Imaginé estar en un sueño. Entablamos una pequeña conversación en el viaje que persistió de un principio a fin.

Al entrar estaban ambos tirados en cada una de sus camas correspondientes y desperté a Agus por mi emoción y Mery lo hizo con Cande. El hombre, como siempre, no entendía tanta emoción porque, como se notaba a simple vista, no era fan como nosotras. Pero Candela echó un grito que retumbó en toda la casa.

Enamorada de mi idoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora