1

821 38 1
                                    

El avión aterrizó después de más de 1 hora de viaje. Pedimos un taxi hacia nuestra pequeña cabaña alquilada y también buscamos el auto rentado. Desayunamos en una cafetería del centro de "El Dorado" y desde ya Cande insistió en ver los locales de ropa así que eso hicimos. Cuando llegaron las 12 del mediodía, Agustín propuso ir a comprar alimentos y demás a un supermercado gigante que se podía ver desde donde estábamos. Yo y Cande buscábamos consumos para desayunar y merendar mientras que Agus y Mery para cenar y almorzar. Mi dúo no duró tanto cuando nos topamos con la zona de masitas y facturas, mi amiga corrió hacia la cola de compras que había allí. Seguí mi camino y encontré mis cereales favoritos de la infancia, en Buenos Aires ya no se vendían más y no dudé en comprarlos. Pero el problema ocurrió cuando noté que aquella caja estaba fuera de mi alcance, gracias a mi querida baja estatura no podía llegar a tomarlos. Una persona, muy generosa al parecer, me hizo el favor de facilitármelos, claramente le agradecí. Cuando por fin lo ví a la cara, no era ni más ni menos, que Peter Lanzani. MI GRAN IDOLO. Creo que fue la vez que más lloré en tan poco tiempo, de la emoción, claro. Me aferré a él en un tierno abrazo, hasta que Agustín me llamó. El celular no paraba de sonar y debí soltarme para atender cuando Pitt me lo señaló.

LLAMADA TELEFÓNICA

-Lali, dónde están?- preguntó del otro lado del teléfono- 

-Tengo que cortar - tenía su mirada verme sobre mí-

- Por? Dónde están? -insistió

- En el sector de facturas, chau-

- Pero -No lo escuche y corté

FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA

-Di discúlpame -tartamudeé y me sentí una tarada - ¿Cómo estás? - yo llorando nuevamente? Raro -

-bien muy bien, tomando una vacaciones - esa sonrisa tan linda de él me enamora-

-A tiempo las vacaciones, te esforzás mucho con lo que hacés - mi voz temblaba y él aguantaba un poco su risa-

-No llores así - me hizo sonreír y secó una lágrima, CASI ME MUERO-

- Gracias -Estaba embobada con él delante mío-
¿Te... sacarías una foto conmigo por favor? Si no te molesta- dije tímida

- Con gusto, y no... no me molesta. - me miraba mientras buscaba mi celular en el bolso, estaba temblando. Él tuvo que sacar la foto porque parecía Parkinson lo mío.

Lo abracé nuevamente y le dije que lo amaba. Se retiró y busqué a Candela. Llegué y parecía que ya había hecho la compra porque no estaba, casi leyéndome la mente, me llamó Agustín de nuevo.

LLAMADA TELEFÓNICA

- Llegó Cande y vos no estás, ¿Dónde te metiste? -sonaba preocupado pero en modo padre-

- Perdón perdón, ya voy - iba a decirle que estuve con mi ídolo cuando llegué con ellos, No antes- ¿Dónde estas?

- ya salimos de pagar, te esperamos en el auto -Estaba más tranquilo-

- Ok, dale. Voy. -Estaba ansiosa por la noticia-

Entré en el auto con el aire y me alivié del calor Misionero en diciembre.

- No me creen lo que pasó - Mery, que estaba adelante, giró la cabeza para mirarme mientras Agustín arrancaba el auto -

- De vos puedo creer cualquier cosa -afirmó María y Cande rió.

- Ey! -dije simulando ofendida- En serio no me la creen

- Habla de una vez Lali - Agustín apurándome de nuevo-

- Miren esto - tomé mi celular y les mostré la foto-

- Dale, más editado eso - Cande no lo podía creer y se lo había dicho -

- MARIANA! ¿Esto es real? -sorprendido cuando le llegó el teléfono a Mery y se lo mostró a Agustín-

- Si si si si si - sonreí emocionada - Lo crucé recién, por algo no podía atender. Estaba severamente ocupada - Candela quedó boquiabierta- Está de vacaciones acá - casi grité -

- ¿Y no te lo chapaste? - preguntó riendo la de adelante- Bueno no importa, ¿por qué no me llamaste? Que mala amiga eu

- No, no se, no podía, estaba muy nerviosa, me temblaban las manos - recordé-

- Ay no, lo quiero veeer - puchereó Cande -

- Lo vamos a volver a ver seguro, está en esta misma ciudad chicas - la calmé

Enamorada de mi idoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora