15. WWJD

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ADVERTENCIA: El siguiente capítulo puede contener altas dosis de Jesucristo. Se sugiere amarlo sin discrecion. Muchas gracias. 

Andras no podía quitarle los ojos de encima

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Andras no podía quitarle los ojos de encima. La última vez que había visto a Jesús había sido en el año 1200 en medio oriente vistiendo una túnica azul brillante y el cabello marrón lacio hasta los hombros.

Sabía que él y Lucifer se encontraban de tanto en tanto cuando uno reinaba exclusivamente en el Infierno y el otro se las daba de sanador mágico por países tercermundistas, y también sabía que mantenían contacto de manera remota a través de cartas, personas y llamadas. JC mantenía su distancia de la vida oscura de Lucifer, y éste lo respetaba lo suficiente como para no enviar a demonios a pasarle un mensaje. Tenían una relación estrecha. Bueno... estrecha considerando quienes eran.

—Esto se está poniendo incómodo —susurró JC apretando los labios con una expresión entre chistosa y alegre en el rostro.

—¡¿No pensabas contestarme nunca?! —Lucifer se levantó de golpe empleando toda su fuerza para mantener el equilibrio. Se sentía mareado todavía. JC suspiró pesadamente y se acercó cautelosamente, sin confiar para nada en la presencia oscura que Andras significaba para el lugar.

—Harry, comprendo tu enojo y tu impotencia porque no pude estar presente y sé que levantar la voz es tu manera de canalizar todo eso que traes embotellado dentro, pero no estás enojado conmigo realmente —el castaño abrazó fuerte a su medio hermano y esperó a que su cuerpo se relajase—. A veces cuando nos enojamos buscamos culpables y nos enojamos con la primera persona que comete un error. Es difícil gestionar nuestros sentimientos de manera sana y eso es lo que te está sucediendo ahora.

Andras sintió un profundo malestar en la boca del estómago oyendo aquellas palabras. No le encantaba JC. No tenía nada en su contra y sabía que Harry le tenía cariño real, pero detestaba que siempre fuese el señor correcto. A JC no le gustaban los demonios ni nada oscuro que se presentase. Andras no entendía cómo es que amaba a su medio hermano siendo consciente de que era el mal personificado.

—No sé si quiero pensar tanto ahora —respondió el susodicho por fin envolviendo los brazos a medias en el cuerpo de JC. Aquello era extraño y tan horrible. No era como abrazar a Louis. Extrañaba esa sensación que solo el niño le brindaba.

—Eso está bien también, H. Pero podemos hablar de todo lo otro que te aqueja.

—Y por favor haz que se dé una puta ducha, el tufo llega hasta las puertas del Infierno —pidió la demonio mientras comenzaba a sentir un susurro en su oído. Reconocía aquella señal y era de alguno de los otros demonios que tenía de aliados para pasarle información. Andras se quedó en silencio recibiendo las miradas confundidas de su amo y su hermano—. Joder —murmuró—. Tengo que irme ¿puedes encargarte de él hasta que vuelva? —preguntó clavando sus orbes completamente negros en JC. Éste ocultó su incomodidad ante la muestra clara de diferencia entre ellos, pero asintió una sola vez sin hacer una escena. No era el momento ni el lugar.

Lucifer is BritishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora