12. La calma que antecede al huracán

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ADVERTENCIA: El siguiente capítulo puede contener escenas sexuales explícitas y lenguaje adulto. Se sugiere la discreción del lector. 

Desde el principio de los tiempos, Harry siempre había sido relajado

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Desde el principio de los tiempos, Harry siempre había sido relajado. No importaba qué clase de peste hubiera, qué clase de maldades hicieran los humanos en su nombre, y ni hablar de los males que su propia familia le atribuía para despojarse de responsabilidades; el diablo tomaba todo con calma. ¿Qué podía ser tan malo como para no arreglarlo en toda la eternidad que le quedaba de existencia? A veces miraba el futuro con esperanza, aunque lo cierto era que el tiempo, en sí, no existía. Le gustaba pensar que, en miles de millones de años, cuando los humanos murieran, nadie lo recordaría como el tipo malo; como el antagonista de su padre. Nadie tendría un dogma. Nadie se acordaría siquiera de él.

Entonces ¿Cuál era el punto? ¿Para qué estresarse intentando limpiar su imagen si dentro de millones de años nadie lo recordaría?

Pero apareció Louis.

Sabía que era cliché, sabía que no era sano, pero de pronto el futuro incierto de Harry se había convertido en Louis. Se sentía terrible al saber que, por castigar a Harry, Dios también había castigado al ojiazul. Como si el pobre ángel tuviese la culpa de haber nacido siendo el alma gemela del Diablo.

Su existencia se centró en mantener a su pequeño vivo cuando fue enviado a la Tierra. Cuidar de que ningún asqueroso humano lo lastimara, que nadie intentara matarlo, profanarlo de alguna manera, romper su espíritu... que nadie lo hiciera infeliz.

Y, de hecho, le había ido bien. No era muy difícil mantener a un humano vivo, sobre todo cuando el humano en cuestión tenía cinco hermanos mayores sobreprotectores, padres involucrados y tres amigos sobrenaturales.

Hasta que ya no lo fue.

Harry se sentía desesperado. Andras tenía a más de cincuenta hombres siguiendo a Louis a todos lados desde las sombras, asegurándose de que nada le pasara. Pero ¿Qué tanto podían luchar cincuenta humanos de mierda contra un arcángel?

Asmodeus buscaba información de todas partes; el cielo, el infierno, nefilims, demonios que vivían en la Tierra, hasta buscaba a humanos con poderes especiales que veían a entes como ellos. Pero todo apuntaba a una sola y única verdad: le habían dado la orden a Michael de que bajara y se deshiciera de Louis.

Harry estaba seguro de que su padre tenía que ver en esto, pero jamás lo admitiría. Alguien debía haber dado la orden, y la ley suprema era Dios.

—Mi Lord, tiene que calmarse —Asmodeus observó a Harry desde una esquina. La gigantesca habitación principal continuaba destruida desde el enfrentamiento con Gabriel porque su personal no daba abasto. Andras se ocupaba de la seguridad de Louis, Asmodeus de la información y Harry no podía ir por ahí contratando humanos para arreglar su desastre sin darle una explicación viable de por qué estaba así. Tenía que dejar de llamar tanto la atención.

Lucifer is BritishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora