10. Sangre

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ADVERTENCIA: El siguiente capítulo puede contener escenas sexuales explícitas y lenguaje adulto. Se sugiere la discreción del lector. 

Louis se miró en el espejo de un baño que no era el suyo, una vez más

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Louis se miró en el espejo de un baño que no era el suyo, una vez más. Tenía ojeras grandes debajo de sus ojos cerúleos, pero nadie podía quitarles el resplandor. Estaba feliz. Harry lo hacía feliz.

Las citas continuaron ocurriendo cada vez más seguido. El rizado lo llevaba a todos lados; desde restaurantes donde había músicos tocando el violín, hasta caminatas largas por los pequeños lugares que encontraban cuando se escapaban de la ciudad. Harry era del tipo de personas a las que era difícil resistírseles, no solo por sus preciosos ojos verde esmeralda, o esos hoyuelos que provocaban mini aneurismas en Louis, sino porque era honestamente, un buen tipo. Era cortés con su mamá cuando lo buscaba en su casa, mantenía conversaciones cortas con sus hermanos si alguno estaba presente, y hasta había intentado establecer algún tipo de conexión con sus amigos, pero aquello no había funcionado. No lo culpaba, a decir verdad, a él tampoco se le había hecho fácil llegarle de alguna manera a Andras. La muchacha era un témpano de hielo en la intimidad, y toda sonrisas y carisma cuando aparentaba en público.

Intentaba no prestarle mucha atención a aquello. Sobre todo porque aún no lograba rescatar la relación previa con Niall, Liam y Riddle. Intentaba mantenerse sociable y llevar la situación de la mejor manera posible, pero cada día le costaba más fingir que eso no le afectaba.

La buena noticia era que, al pasar menos tiempo con su grupo habitual de amistades, tenía más oportunidad para espiar desde lejos a Liam y Zayn. No podía negarlo, su amigo jamás se había visto tan feliz y relajado en toda su vida. Sonreía de una manera tan sincera y complacida que no le cabía tanta emoción en el cuerpo. Por su parte, Zayn estaba bastante mejor. No quería entrometerse demasiado en el tema, pero el muchacho no era ni la sombra de lo que había sido hacía un par de semanas atrás. Si bien continuaba cubierto de moretones, estos ya no eran recientes y eso podía verse a leguas. Las cicatrices de su rostro perfilado habían sanado, y sus mejillas se veían hasta más llenas. Sus ojos grandes y marrones destellaban esperanza, y por un momento no pudo evitar desear ser la mitad de lo hermoso y perfecto que Zayn Malik era. Le encantaba aquella pareja, le encantaba ver a uno de sus mejores amigos tan feliz, y le encantaba ver cómo influía positivamente en la vida de Zayn.

Riddle, a pesar de su naturaleza bélica, había intentado por varios medios alivianar el ambiente entre los cuatro, pero Louis simplemente no podía olvidar que le ocultaban algo. Que no era digno de ser parte de aquel secreto entre amigos. Todo fue peor cuando confrontó a Niall por ello. Es decir...era Niall ¿verdad? Su mejor amigo desde los nueve años, la persona en la que más confiaba, el primero al que acudía si algo lo aquejaba.

—¿Es en serio, Niall? —discutió indignado mientras sus ojos se aguaban, pero se negó a llorar.

—Lou, estás exagerándolo todo, no pasa nada —el rubio minimizó la situación—. Siempre has sido experto en hacer una montaña de un grano de arena —las manos le sudaban, pero no permitió que su amigo se diera cuento de ello. No daba crédito a la manera apática y horrible en la que minimizaba su pesar.

Lucifer is BritishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora