Apartir de hoy sere la representante legal de la hacienda

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Llega un señor muy elegante trajeado y un maletín— ¡Buen día!

—¡Buen día!— responde marcos mirándolo disimuladamente de arriba a abajo.

—¿Se encuentra el Sr José Ramón Ramos?— Pregunta.

—¿Quien lo busca?— pregunta Marcos dejando de hacer lo que estaba haciendo y sacudiendo sus manos

—Juan Antonio Cabrera, abogado...

(Al parecer Vanessa cumplió con lo prometido)

—Ya se lo busco— lleno de nervios...

—Don José Don José— grita Marcos desesperado.

—Que te pasa Marcos —Don José angustiado al ver la desesperación que trae Marcos

—Hay un abogado que lo busca—poniendo sus manos en las rodillas todo cansado

—¿Un abogado? — a preguntado Don Jose para luego pedirle que lo llevara donde el estaba, angustiado va hacia donde está el abogado, Vanessa le había advertido, pero no pensó que se atrevería—¿Me dicen que usted me busca?—extendiendo su mano

—Si señor, soy Juan Antonio Cabrera abogado de la señorita Vanesa— aceptando el saludo

Don José ya sospechaba de que se trataba pero aún así le preguntó— ¿qué desea?

A lo que el abogado respondió muy amablemente—le traigo un citatorio de parte de la señorita Vanesa, en el documento está la fecha en que deben presentarse sin falta usted y el Sr Marcos Vidal.

Don Jose muestra cara de preocupación— ¿por qué Marcos si el dueño soy yo?—

—porque el Sr Marcos es el encargado de la distribución de los productos de su Hacienda— responde el abogado mientras mira a Marcos

Alguien le dijo a Patricia que había un abogado buscando a su papá por lo que fue enseguida a buscarlo— ¿Papá papá qué pasa? — A preguntado

Acercándose a ella— ¿Eso era lo que buscabas Patricia? pues ya lo conseguiste, llego el citatorio de parte de Vanesa— restregándole el documento en la cara— que buena negociante eres— en un tono agresivo

—Necesitaremos un abogado!!— Exclamó Marcos

Recogiendo los papeles del suelo para luego decir—Patricia Ramos, mucho gusto, a partir de hoy seré la representante legar de la hacienda y no me importa que te opongas papá igual lo haré— exclamó Patricia muy segura y dejándolos sorprendidos.

—Espera, espera ¿usted es abogada?— pregunto Marcos sin haber salido de la sorpresa.

—¡En hora buena Marcos! La piruja vecina no se saldrá con la suya solo por un capricho.
Voy a tumbar el proceso— volteando a mirar a Don José—papá, te voy a demostrar que si soy buena negociante; aunque tú no creas en mi cosa que nunca pensé que iba a pasar, pero estás son las vueltas que dan la vida—siguió diciendo Patricia dejándole claro a su papá que ella si tenía madera que todo lo que se proponía lo cumplía y que no era solo una cara bonita.

Enojada se marcha, Marcos sale tras
ella—Señorita, señorita espere

—Ahora que quieres Marcos—en un tono despectivo— olvida la apuesta, no tengo tiempo para eso

Quedó sorprendida cuando Marcos dijo—Yo si creo en usted, solo quería que lo
supiera— mirándola fijamente a los ojos

Se queda mirándolo, mientras lo hace se sonroja y de repente dice— vas a ver qué haré—mientras da la media vuelta y camina rápidamente se montó en el vehículo.

Marcos se queda mirándola con una cara de tonto pero luego cae en cuenta al ver la dirección que lleva—Espera...va para donde Vanesa —le grita —Patricia Patricia, espere
—tomó otro vehículo y salió tras ella. Llegando a la hacienda de Vanessa logró alcanzarla, la tomaba por el brazo— ¿qué vas hacer Patricia?

Patricia se soltó bruscamente— confías en mí ¿no? ya verás ¿como es que se llama?— preguntó

Marcos no le quedó de otra que responder —Vanesa se llama ¿pero qué harás?

—confía Marcos, confía...

Patricia toca la puerta desesperada, la muchacha del servicio abre y saluda— ¡Buenas tardes!

Patricia entra sin responder el saludo, mientras camina pregunta— ¿está la señorita Vanesa?

—¿Quien la busca?—

—¿Está o no está?— volvió a preguntar intimidándola

La muchacha no responde.

Patricia se dio cuenta de que ella no respondería—¡ok! Vanesa, Vanesa— empezó a gritar mientras entraba a la casa

—qué pasa aquí y esos gritos— Vanessa mientras baja las escaleras

—Patricia espera, cálmese—Marcos intentando detenerla

—no me voy a calmar— señalándolo con su dedo índice— y no intentes detenerme Marcos, te lo advierto— respondió bien enojada y siguió diciéndole a Vanessa quien venía a parársele como gallito—Y a usted solo vengo a decirle que desista de su acusación o le irá muy mal, muy pero muy mal, sabes perfecto que no tienes razón y que la culpa de que su productos se hayan dañado no es nada más y nada menos que de usted, por mandar sus empleados inexperto a buscar los productos... y de sus empleado por no tener cuidado, desiste o quien la va a demandar soy yo, pero por difamación. Así que piénsalo VANESA —dio media vuelta y se marchó

Mientras caminaba Vanesa le grito—eres una estupida.

A lo que patricia respondió mientras seguía caminando — piénsalo Vanesa.

Vanesa se quedó furiosa, estrelló casi todo en la sala y le gritó feísimo a la muchacha del servicio.

Mientras Patricia a diferencia de ella se fue muerta de risa.

Cuando llegaron al rancho Patricia le dijo a Marcos—te lo dije marcos que lo iba a arreglar, mañana antes del citatorio tendremos visita de un abogado

Marcos sonrió—yo nunca lo dudé, sabía que usted lo iba a arreglar, solo temía a la reacción de Vanesa, no es muy cuerda

Patricia lo mira y mientras lo hace—si, es cierto, gracias— el momento se estaba saliendo de control y para salirse por la tangente dijo —Bueno ya me voy a trabajar tú deberías hacer lo mismo Marcos.

—me gustaría verla siempre así...

—¿así como? Ardiendo del enojo

Marcos movió los hombros— no, así la veo a cada rato, digo así...Feliz, tiene una sonrisa muy linda.

Patricia volvió a sonreír y se marchó diciendo— ya me lo había dicho Marcos

—Y brava— le grito— muy brava. Que mujer— terminó diciendo

Amor en el campo(#1)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora