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Había demasiadas cosas que resolver y mi cabeza no daba para tanto, por un lado estaba mi vida amorosa que por fin estaba tomando un rumbo más estable y aunque todo es un desastre al menos tengo la certeza de que ella me quiere.
Ahora estoy aquí, con ella dormida sobre mi pecho mientras lloro porque está lastimada y se siente amargo revivir toda esta mierda otra vez. Es una sensación agridulce, porque la tengo aquí y eso es el regalo más grande pero, ¿a qué costo?, ¿la salvé o arruiné su vida?.
La sentí moverse e intenté dejar de llorar pero no pude, mis sollozos la despertaron de golpe y me miró preocupada mientras acomodaba unos mechones rebeldes tras mi oreja.

M: ¿qué sucede? - preguntó con un hilo de voz notoriamente preocupada - dime que no te has arrepentido de esto
: De lo único que me arrepiento es de no haberme quedado - miré sus ojos y tomé su pálida mano para ponerla en mi corazón - y jamás volveré a irme.

Me miró esperanza pero al mismo tiempo noté que sus ojos reflejaban el más puro miedo y lo entendí, ya le dejé una vez, ella está asustada.

: lo prometo mi zanahoria - suspiré firme tratando de no romper nuevamente en llanto desenfrenado - y si estoy llorando es de rabia por verte en ese estado, no sé qué hacer todavía pero haré que pague, haré que no desee estar vivo.
M: No debes arriesgarte mi cielo, es peligroso, yo solo quiero tomar distancia de todo y en especial de él

Su voz temblaba al decirme esas palabras, ¿acaso le habrá amenazado? de pronto miles de teorías comenzaron a volar por mi mente y quería llenarla de preguntas pero no lo hice, solo me quedé en silencio y la abracé.

Ella me miró con devoción al terminar ese abrazo y comenzó a delinear mis labios con su dedo índice, alargó un poco más su movimiento a mis ojos y secó aquellas lágrimas que no alcanzaron a quedar en su hombro. Enredó su mano derecha en mi cabello y me atrajo fuertemente a su boca. 
Besar a Madelaine, era probar un trozo de cielo, la forma en la que movía sus labios contra los míos y como me iba recostando suavemente en la cama, era tan adictivo como deleitante, besar a Madelaine es perder la noción del tiempo, tanto que no me di ni cuenta cuando ya se había montado sobre mi, con ambas piernas a mis costados. Quería tanto tocarla, deseaba tanto sentirla pero no conocía la magnitud de sus heridas, no sabía si le haría daño, por un lado tenía en mi cabeza el no hacer ningún movimiento brusco y por otro lado mi cuerpo no me obedecía y seguía toqueteándola y buscando fricción contra su cuerpo.
Por un segundo se alejó y ambas quedamos con las frentes juntas, sintiendo nuestras respiraciones chocar y desprendiendo un calor insoportable de nuestros centros.

M: no quiero que te sigas conteniendo - dijo en un jadeo cerca de mi oído - sé lo que piensas, pero no doy más, necesito esto - mientras hablaba sentía como sus movimientos de cadera comenzaban a aumentar y con ello su voz jadeante - sé que serás cuidadosa mi amor, pero no lo seas tanto, sabes como me gusta

Escuchar suplicar a Madelaine me produce tanto morbo, saber que está así por mi, saber que se muere por ser tocada por mis manos, es una experiencia tan excitante que no lo soporté y volví a besarla, está vez más profundo y metí mis manos por debajo de la polera que le había pasado para dormir, sabía que ella estaba solo con eso encima y sin pudor apreté sus pezones haciéndola jadear, quería provocarla.

: quiero que me frenes si soy muy brusca, trataré de ser delicada - dije mientras daba pequeños besos en toda la longitud de su cuello - sabes tan bien  - ví como Madelaine se desesperaba y quitaba mi camiseta para proceder a quitar la que estaba usando ella y ahorcarme un poco al recostarme otra vez.
Ahora éramos ella y yo moviéndonos de manera sublime mientras nuestros pechos chocaban y nuestros besos se perdían entre gemidos suaves.
Bajé mis manos y apreté fuerte su cola para acelerar sus movimientos, ella comenzaba a gemir más fuerte y su humedad traspasaba su ropa interior, entonces sujeté con fuerza sus caderas para frenarla y poner recostarla.

M: ¿qué haces? no puede dejarme así, mira como me tienes - dijo mientras tomaba mi mano para ponerla en su centro y con ello gemir al contacto, me desesperé al sentir toda su humedad y le quité rápidamente su ropa interior... el espectáculo que era tenerla en una cama con las piernas abiertas a mi, esperando ser devorada, mirándome suplicante, entonces me desnudé frente a su desgarradora mirada.

Tiré mi ropa interior en algún lado y tanteé  su centro para de golpe sentir una presión en el mío, tracé una línea imaginaria desde su ombligo a su clítoris y presioné como si se tratara de un botón, ella levantó las caderas y gimió fuerte mientras yo me acomodaba entre sus piernas para comenzar a moverme en círculos lentamente y es que aunque quería frotarme desenfrenadamente tenía muchísimo miedo de lastimarla, la deseaba y estaba caliente pero también estaba viendo su cuerpo lastimado y eso me limitaba completamente, me absorbí en mis pensamiento y cada vez mis movimientos perdían más fuerza, tanto que en un fuerte movimiento volví a quedar abajo de ella.

M: no lo soporto más,  ahora calladita - dijo mientras se acomodaba entre mis piernas - voy a montarte como se debe

Comenzó a moverse enseguida rápido, sus pechos saltaban en cada movimientos mientras mechones rebeldes se pegaban en su rostro por el ambiente húmedo y yo comencé a olvidar en cada embestida todo aquello que me desconcentraba del placer, al principio apretaba las sábanas para no apretarla a ella pero de pronto era solo deseo lo que inundaba mi mente y comencé a apresurar sus movimientos de cadera. La habitación era un conjunto de gemidos y en ocasiones gritos, entonces sentí que el cuerpo de Mads se azotaba y la veía desplomarse sobre mi y quise parar pero no pude seguí moviéndome desesperada hasta alcanzar el orgasmo también.
: mierda Madelaine que bien te mueves - dije riendo luego de recomponerme un poco -
M: te odio - dijo de pronto riendo - estaba desesperada por correrme entre tus piernas y tú en otro planeta.
: no quería lastimarte - dije sincera
M: sabes que me gusta el sexo con un poco de dolor - soltó en una risita para luego mirarme - me excita - dijo volviendo a subirse sobre mi
: Madelaine - reproché - lo que te sucedió no es un juego, no es gracioso y - suspiré
M: no digas nada, no quiero oír nada sobre eso - me interrumpió -
: lo siento - dije en un hilo
M: también lo siento - dijo para bajarse de mí y ponerse la camiseta otra vez - no pensé que te estaba forzando
: ¿qué? ¡NO! Dios, te deseo más que nada en este mundo, mira lo que eres - dije escaneando su cuerpo - pero esto - toqué sus heridas y moretones visibles - solo no quería lastimarte, yo te quiero  y te deseo, te he deseado desde que se puede desear y lo haré hasta que me muera, ¿entiendes?
M: me muero por ti - dijo mirándome dulce
: yo sí que me moriré si sigues mirándome así

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Hola! perdón por desaparecer tanto tiempo, he estado ocupada haciendo música! espero que sigan interesadas en mi historia y que comenten sus apreciaciones! cuéntenme que les gustaría que pasara, besitos! las leo.

ALMA MÍA - Madelaine Petsch EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora